El Mirador de la Cabra Montés es una subida bastante interesante en la provincia de Granada. Por ubicarnos, nos encontramos en la línea montañosa a la espalda de localidades tan turísticas y veraniegas como Nerja y Almuñécar. Desde esta última nos dirigimos al interior a través de la A-4050 en dirección Jete, donde da comienzo el puerto en sí. La travesía del pueblo se hace bastante larga, pero la echaremos de menos por gozar de la sombra, sobre todo en días calurosos donde quedaremos absolutamente a merced de los fenómenos atmosféricos, sobre todo del calor, que al ser vertiente sur se hará sentir.
El inicio es duro, con alguna rampa de doble dígito, siempre con compensación en forma de tramos más sencillos. Hasta que pasemos la localidad de Otívar y su mirador, no encontraremos el primer descanso en esta subida. Y el último. Eso sí, tenemos incluso descenso que disfrutar para que la velocidad nos permita disfrutar de los últimos segundos de comodidad. Después nos esperan 11 kilómetros (el puerto tiene 17 en total, como se puede ver en la magnífica gráfica de Miguel Baeza) sin descanso. La carretera es ancha aún y reduce nuestra sensación de avanzar. El asfalto es bueno, por lo que al menos se rueda bien.
La carretera estrecha un tanto y desde el pueblo ya no gozamos de señalización horizontal. Llegamos a una curva de vaguada en la que observamos que el puerto vuelve a coger entidad. A partir de ahí, los kilómetros entre el 6 y el 7% se suceden sin descanso. Hay alguna rampa del 11%, pero nada fuera de lo normal. Lo que no habrá es descanso. Empiezan las curvas de herradura, que nos irán haciendo ganar altura muy rápido. Aparecen los primeros mojones de piedra, lo que le da a la subida una estética magnífica. Unido a que el paisaje abre y se gana vista sobre el mar, que queda ya bastante lejano.
La protección del arbolado brilla por su ausencia. El paisaje gana en color gris de piedra y en combinación con el verde que mantiene en épocas más húmedas hace del Mirador de la Cabra Montés una delicia. El trazado de la carretera, que veremos sobre nuestros pies, es espectacular y serpentea a lo largo de este cordal montañoso para alcanzar la primera cima, la que se encuentra junto al mirador que da nombre a la subida. Las antiguas instalaciones ofrecen unas vistas impresionantes sobre todo lo ascendido. Y viene un descansillo, que tomaremos con mucho gusto después de más de diez kilómetros sin respiro.
En una curva de vaguada a izquierdas, aparece a la derecha un camino que lleva a Lentegí, localidad a la que se habrá observado un desvío asfaltado poco después de Otívar. Es la alternativa para ruedas gordas, en bastante buen estado para éstas. El puerto sigue, y se va a poner duro, con dos kilómetros al 8% separados por una zona algo más cómoda. Después de ese descanso tras el Mirador de la Cabra Montés nos va a costar coger el ritmo. Se hace muy larga la subida desde que arrancamos en Almuñécar. En total, la distancia supera los 24 kilómetros, que con calor se hacen eternos.
La parte final es dura y muy escénica. Quitamiedos de piedra, un buen cortado a un lado y roca al otro. Hay incluso un pequeño túnel escarbado que le da un toque bastante estético a la subida. Una vez salimos de él, sabremos que nos restarán mil metros de sufrimiento, con los últimos algo más duros. Pero veremos ya el final, la cima. Un cartel de «gracias por su visita» nos adentra ya en la inexistente vertiente norte de esta montaña. Es el conocido como Alto de los Pollos del Pescado. Curioso nombre para un puerto como este.
A los pocos cientos de metros de descenso existe un mesón que abre algunos días en torno al fin de semana. Mejor consultar previamente. Habremos bordeado el Parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, de gran valor ecológico y paisajístico. En la zona tenemos más montañas, sobre todo coincidiendo con el arranque junto al mar. Itrabo, Conjuros, Haza del Lino, Peña Escrita… En la zona norte tendremos el Alto del Legionario, desde cuya cima sale una pista en dirección Albuñuelas que ha sido cementada recientemente en su parte final, pero vuelve a ser para ruedas gordas.
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Fotos: Andalucía Cicloturismo
