¿La renuncia de Tadej Pogačar a ser ganador de 5 Tour?

Una de las novedades más comentadas del invierno ciclista ha sido la confirmación de lo que era un secreto a voces: Tadej Pogačar estará en la línea de salida del Giro de Italia. Es la única de las tres grandes que falta en su colección de dorsales, también su primera respuesta al dominio de Jumbo-Visma en 2023 y a la presunta continuación de dicho aplastamiento en 2024. Al menos en lo que se refiere a vueltas de tres semanas en general y al Tour en particular, lugar al que Jonas Vingegaard parece haberle tomado la medida. La ruta del esloveno hasta Florencia -ciudad de arranque del Tour de Francia- esquiva los adoquines de Flandes, fija otra pica en Milán-San Remo y no se olvida de nuevas conquistas como la Volta Catalunya. Veremos si los Juegos Olímpicos, veremos si el Mundial.

Por edad y por matemáticas, no sólo cinco, sino que Pogačar podría ganar aún siete veces el Tour, a sabiendas de que en la actualidad acumula dos victorias absolutas en París. Ese es el análisis simplista, ajeno a la historia y a la lógica. Nació en 1998 y hasta 2028 no habrá cumplido los 30 años de edad, esa marca psicológica que antaño se tomaba como referencia e indicaba la cocción completa de un gran campeón. Ahora los plazos son distintos, el punto de arranque del líder del UAE en la élite tuvo lugar a los 19 años.

¿Cuándo será el final de su era competitiva al máximo nivel? Terrenos inexplorados que no pueden tener una respuesta certera. Aquello de «quien mucho corre pronto para» aplicó para varios que mostraron lo mejor de sí mismos poco después de los 20 años. Nairo Quintana iba a comerse el mundo con su debut desde el segundo puesto del podio del Tour, con 23 años. Qué decir de Peter Sagan. Con 22 Jan Ullrich parecía el sucesor de Miguel Induráin y acabó por ser el de Joop Zoetemelk, seis veces segundo en el cajón de París.

En 2020, Tadej Pogačar se convirtió en el tercer ciclista más joven en alzarse con el triunfo en la considerada mejor carrera del mundo. Su imponente victoria de 2021 y la sensación de ser un campeón sin fisuras ni compasión convencerían a la opinión pública de que era el destinado a suceder en los tronos históricos a los cuatro grandes: Jacques Anquetil, Eddy Merckx, Bernard Hinault y Miguel Induráin. Los cuatro que han vencido cinco ediciones del Tour.

El Giro de Italia no ha estado en los planes de los aspirantes a ganar el Tour en las últimas décadas. Es lógico, el riesgo a una caída en las siempre complicadas etapas italianas o a mostrarse en desventaja ante rivales que sí se han reservado en exclusiva para el mes de julio ha producido un efecto llamada inverso histórico en ese sentido. Ir al Giro significa suicidar las opciones de julio en el 99,9% de los casos. Si alguien es capaz de retar al viento en contra y ganarle la partida, ése es el esloveno. En sus parecidos estadísticos con Merckx hay un pequeño halo de esperanza. El gran Eddy sufría en el Tour cuando su carretera no pasaba por la del Giro de Italia. Ironías.

Como es terreno inexplorado para él, no podemos saber cómo le afectará. Procedente de una durísima caída y operación fue capaz de plantar cara durante dos semanas a Vingegaard hasta que se puso la careta de extraterrestre. El danés repetirá fórmula, y lo normal es que cuente con ventaja sobre Pogačar en el Tour. El peso del Giro, que ha contraído sus montañas para atraer al esloveno, debería hacerse sentir. Pero con Tadej nunca se sabe. Ya fue bastante desafío a la lógica que venciese en un sprint a otro danés (Pedersen) y pelease hasta la última vuelta un Mundial ante rivales de 5-10 kilos más de peso.

Los moldes han nacido para romperse. El último en conquistar el doblete ha sido Marco Pantani, casualmente el año de nacimiento de Tadej Pogačar: 1998. Ese guiño del destino y de la casualidad hace que esté cerca de empatar precisamente al italiano en victorias de alta montaña en el Tour de Francia. Cuando un ciclista vive en el paralelismo con gente del calibre de Merckx o de Pantani, poco más hay que añadir sobre sus capacidades ciclistas.

Llevarse la maglia rosa a casa le puede aportar la tranquilidad de tener la temporada hecha, a poco que complemente el palmarés de 2024 con alguna clásica o vuelta corta. 17 victorias en 2023. Otros tendrán más urgencias en julio. Todo en el supuesto de que nuestro protagonista se alce con la victoria, algo que no se puede dar por supuesto en una carrera tan traicionera y envenenada como es el Giro de Italia.

Lanzar la presión fuera del estadio le puede venir bien ante un rival como Vingegaard, que parte en todas las quinielas como dorsal 1. Roglič, Evenepoel, Carapaz y otros candidatos pueden generar un avispero incómodo al equipo Visma. Debe ser recordado que Wout Van Aert se ausentará del Tour esta temporada. Eso resta muchas papeletas tácticas al campeón de las dos últimas ediciones, aunque la formación de ‘las abejas’ siga dando auténtico pavor. Con Ayuso y Almeida debutando y con galones en el UAE de Adam Yates, el papel de Tadej Pogačar puede girar más en torno de pescar en río revuelto que en llevar la iniciativa, como suele suceder habitualmente. Esa sangre fría puede acercar al segundo clasificado en 2022 y 2023 al primer puesto. Sangre fría que no acontece en sus ambiciones de coleccionar conquistas y trofeos.

De haberse concentrado exclusivamente en el Tour, la carrera que, no nos engañemos, da y quita la gran fama en el mundo del ciclismo, nadie sabe hasta qué cota hubiese llegado. Es ciclismo ficción y de nada sirve planteárselo cuando el ciclista que ha resultado ha sido todavía mejor. La puerta de los cuatro grandes se hubiese abierto de par en par si los registros hubiesen acompañado. Por diferentes motivos, esa puerta no se ha abierto para Chris Froome, ni para Lance Armstrong, página negra arrancada de cuajo de un libro del que nunca formó parte. Esos cuatro grandes cubrieron más horizontes en sus conquistas. Ganador en pavés y en París, nadie desde Hinault. Sin contarle, desde Merckx. Y de ese ciclismo han pasado cinco décadas.

Pogačar es un ciclista de otro tiempo. Capaz de parar el contador muy arriba. Merckx, 19 Monumentos. Pogačar lleva 5. En activo, VdP tiene 4. Y un Mundial. El arco iris pasa por sus planes, cómo no. En las piernas tiene muchas carreras, más incluso que rivales en las ruedas, en una generación difícilmente repetible y con rivales que son, como él, de otra galaxia. Los 5 Monumentos están en su radar. Sino por qué la alineación en San Remo y no en Flandes de nuevo.

La búsqueda del repóquer y ser el primer no belga en alzarse con ese título honorífico. Van der Poel tiene la misma lucha, pero al menos él nació en Bélgica. Siempre quedaría el resquicio histórico de ser el primer no nato en dicho país en lograrlo. Otro logro que no se consigue desde hace… Gilbert ha sido quien más cerca se quedó, a una victoria en Vía Roma de hacer bueno su origen belga.

El campeón de tres Lombardías puede sufrir una extraña maldición que ha afectado a más grandes nombres del ciclismo. La maldición de Bretaña consiste en que aquel que venciese el Tour de Francia con salida desde dicha región francesa no volviese a ganar la carrera gala de nuevo. Así fue con Sastre en 2008, así fue con Induráin en 1995, con Merckx en 1974 y con Tadej Pogačar en 2021. Ahí ganó su último amarillo tras partir de Brest. 30 días de competición en las piernas. En 2024, si la teoría no falla, se presentará en Florencia con 38. Y sin intermedios entre mayo y julio. Pero eso no es novedad, ya lo hizo en 2023 y le dio para ser segundo, peleando el primer puesto hasta la crono. Por tanto, si alguien puede, es él.

Esa renuncia expresa a ser un ganador de 5 Tour se hace más evidente en 2024. Pero era una realidad anterior. Ningún pero a un ciclista que rebosa ambición, talento y ganas de ganar cada día. Si corre el Giro y le perjudica en el Tour, bien. Si encara el doblete, también. También si no es capaz de ganar el Giro y acaba quedándose entre dos aguas. Tiene mérito, tiene crédito y el apoyo de todos los aficionados, que estamos viviendo el paso por la historia de quien será a su retirada una leyenda del ciclismo. Si no lo es ya. Si Pogacar sacrifica el Tour, bien hecho está. Desde 2021 no lo gana y su relevancia y aplauso generalizado no sólo no ha decrecido, sino que se encuentra cada vez en cotas más elevadas.

Fotos: Sprint Cycling Agency / UAE // ASO – Ballet