1974: Merckx, sin monumentos, con triple corona

El final de la temporada 73 no presagiaba nada bueno en la mente de un Merckx que empezaba la temporada 1974 en un mar de dudas. Su derrota en el Mundial de Montjuic ante sus rivales Gimondi y Ocaña, y la polémica con su compañero Maertens, no eran sino el preludio de algo peor. Merckx arrasaba en Lombardía llegando en solitario. Pero era posteriormente descalificado, yendo a parar la victoria al ganador del sprint por el segundo puesto, Felice Gimondi, que al igual que con la expulsión de Savona en el Giro del 68, se veía beneficiado de nuevo por una sanción al belga.

La temporada 74 empezaba con un Zoetemelk on fire, mientras Merckx por gripe se perdía San Remo. Empezaba la cosa torcida. Merckx volvía para las piedras y, si bien cumplía (sendos cuartos puestos en Flandes y Roubaix), veía cómo su archienemigo De Vlaeminck se alzaba con su segunda Roubaix, ante la ironía de un Merckx que señalaba que “ya tenía su victoria importante de cada año”. Una neumonía le impedía participar en las Ardenas y Merckx se veía en una situación que no se daba desde su primer año de profesional: no ganar ninguna clásica ni monumento en la primera mitad de temporada.

Esta curiosidad iba a convertir el segundo tramo de la temporada de Merckx en otra curiosidad, pero por lo positivo. Y es que iba a conseguir la triple corona cuando menos lo parecía: Giro, Tour y Mundial. El Giro iba a ser el reto que más le iba a costar, ya que iba a enfrentarse a un José Manuel Fuente (Tarangu). El asturiano llegaba tras ganar su segunda Vuelta a España y en la forma de su vida. Y es que Fuente iba a ponerse de líder en las primeras etapas e iba dejar atrás a Merckx en cada etapa de montaña, consiguiendo algo inaudito, como salir de líder de la contrarreloj larga de Forte dei Marmi, ganada por Merckx. Sin embargo, el belga iba a aprovechar la lluviosa etapa de San Remo para, tras pájara de Fuente, colocarse como líder.

Fuente seguiría atacando en cada etapa (con victoria, entre otras, en la otrora “cima Merckx” de Tre Cime di Lavaredo). Pero el rival de Merckx ya era el joven Baronchelli, que apenas cedería el Giro por 13 segundos en Milán. Merckx ganaba sobreponiéndose a todo, a todos e incluso a la desgracia, ya que en el tramo final de la carrera conocía el fallecimiento de su manager.

Se iba a presentar en el Tour (tras ganar la Vuelta a Suiza) para conseguir su tercer doblete Giro-Tour y sin grandes rivales a la vista. Con Ocaña ausente por enfermedad, Zoetemelk que había tenido una gravísima caída en la Midi Libre. Se fracturó el cráneo y se llegó a temer por su vida y perdió olfato y gusto incluso durante un tiempo. Y la ausencia sabida de Fuente, que ya había hecho dos Grandes Vueltas. Merckx sufría en montaña ante los Kas y Poulidor. Pero veía como su quinto Tour no sufría peligro, ganando 8 etapas. Y permitiéndose desafiar y ganar al pelotón para vengarse de las críticas que había recibido por su “debilidad” en la montaña.

Ya nadie se acordaba de su temporada de clásicas. Pero aún quedaba la guinda del pastel: el Mundial de Montreal. En él, la Selección Francesa se lo iba a poner muy complicado, con un Thevenet que por momentos en fuga se veía ganador. Y un Poulidor que le aguantaba en el arreón final para ser segundo. Era el final de una temporada atípica, pero histórica. Y es que solo Stephen Roche en 1987 ha repetido la gesta de ganar la triple corona. De la que Induráin se quedó a una posición con su medalla de plata en Oslo, en el Mundial de 1993.

Fotos: Walter Vermeulen / Flickr / Sirotti