Toca hablar con Imanol Erviti. Se hace raro rotular Ineos-Grenadiers junto a su nombre. También leerlo, ¿verdad? Un ya ex ciclista que pasa al staff directivo del conjunto británico, pero que ha pasado los últimos 20 años formando parte de Illes Balears, de Caisse d’Epargne y de Movistar. El capitán de ruta de los telefónicos cuelga la bicicleta y vira sus perspectivas de dirección desde el seno del pelotón a llevar el volante desde fuera. Como siempre, sereno, tranquilo, sincero y con las ideas claras. Así se muestra uno de los grandes caballeros del pelotón, uno de los ciclistas más respetados de los últimos tiempos.
¿Qué tal todo? ¿Cómo han arrancado las cosas en 2024?
Imanol Erviti: «Bien, adaptándome en todo lo que puedo. Es un inicio de temporada diferente, son muchos cambios para mí: de profesión, de equipo y de idioma. Poco a poco, ir descubriendo, ir aprendiendo. Muy motivado por el cambio, la verdad»
La pregunta es obligada: ¿por qué Ineos?
IE: «Un poco por todo. Ya tuve una oferta suya cuando era corredor, en primer lugar. Por unos y otros motivos, no acabé allí. Le sigues dando vueltas, hablaron conmigo, me animaron a hacer la entrevista. Tengo 40 años y son decisiones y cambios que si no pruebas ahora ya no harás más adelante. Es un reto, me motiva y por eso es el cambio»
¿Qué tal con el inglés?
IE: «Académicamente perfecto seguro que no (risas). Pero progresando y avanzando. Me comunico. Se trata de vencer el respeto ese que te da hablar en público»
Precisamente en Inglaterra se extendió la expresión (más futbolera) de One Club Man. Tú siempre has sido del actual Movistar. Imagino que queda una puerta abierta para un futuro regreso, ¿no?
IE: «No lo sé, espero que sí, supongo que sí. Pero no es una cuestión para mí (risas)»
¿Cuál será tu función en el equipo?
IE: «Ser el director deportivo. Comenzaré haciendo carreras en breve. El proyecto consiste en comenzar suave, acompañado por otro al principio y aprendiendo la forma de trabajar. En ese sentido, progresiva, llevadera a la hora de tomar responsabilidades»
¿Qué tal la acogida? Menuda colonia de españoles allí…
IE: «Y los colombianos. Hay auxiliares, la verdad que es un buen grupo. Hay refugio del inglés (risas). La acogida ha sido buenísima. No sólo por ellos, sino por todo el equipo. Me daba más impresión de primeras, pero fue mucho más cálido de lo que esperaba. Fue bonito para mí, la verdad. Parecían más serios desde fuera y después todo lo contrario desde dentro»
¿Qué diferencias observas de primeras con tu anterior equipo?
IE: «A ver si arrancamos del todo con la competición y podemos comparar del todo. Pero aunque sólo sea por lo que ha evolucionado el ciclismo, ya es muy diferente a cuando empecé en 2005 con Illes Balears. Cuando llegué, la plantilla del equipo era mucho más reducidas. Los equipos son cada vez más grandes porque necesitan cada vez más infraestructura. La que tiene Ineos-Grenadiers es impresionante. Antes era todo más de andar por casa. Todo está muy tecnificado, pautado, acotado… es más científico. Pero imagino que si voy al equipo de al lado tendré la misma sensación»
El listado de corredores de la plantilla del Ineos es impresionante: Ganna, Pidcock, Thomas, Bernal, etc.
IE: «Lo que me ha sorprendido, aunque ya me lo esperaba, es que todos son personas muy normales. Es un muy buen grupo para trabajar. Filippo (Ganna) tiene una gran capacidad para hacer cosas muy grandes. Puede optar a clásicas, etapas, sprints, cronos… tiene los Juegos Olímpicos. Es una joya y hay que sacarle el mayor partido. Centrado, fijarse objetivos y seguir trabajando como sigue haciendo. Ha estado cerca de ganar la Milan-San Remo, ha ganado etapas en Grandes Vueltas…»
Ineos mezcla esa calidad y veteranía con talento joven. Esos ciclistas te mirarán a ti como una referencia…
IE: «Les diría que trabajen con pasión. Tienen una calidad muy bonita y deben disfrutar del camino, de la preparación, de todo. De ser ciclista profesional y estar en un equipo como Ineos»
Una pequeña maldad: al final sí que vas a compartir equipo con Carlos Rodríguez. ¡Menuda ironía! ¿Cuál es el plan con él?
IE: «El plan está definido. Después del Tour que hizo en 2023 tiene que volver, y hacerlo con la aspiración de hacerlo todavía mejor. Está en una edad muy buena, va dando pasitos y ya ha estado muy arriba. Así que creo que hay que apostar por él, que va a merecer la pena»
Después de tantos años como profesional, la pregunta es obligada: ¿cómo empiezas tú en la bici?
IE: «Pues por afición. En la zona de mis padres siempre ha habido afición y utilizábamos la bicicleta para andar por el pueblo. Te vas picando. Hice el Camino de Santiago con mis primos y me enganchó. Me apunté a competir, no se había apuntado nunca nadie de mi familia, me lo pasé genial y hasta hoy»
Naciste en 1983. Fíjate qué año de ciclismo y época de ciclistas.
IE: «De lo primero que me acuerdo es de seguir a Perico (Delgado). Mi primer ídolo creo que fue él. Después el impacto de Miguel (Induráin) fue enorme en todos los chavales de mi generación. Ahí te enganchas mucho más, claro»
¿Cuándo hablaste con Induráin por primera vez?
IE: «No recuerdo bien, no me atrevo a decirte una fecha. Le conocía del periódico, de la televisión. Alguna vez entrenando te cruzas con él, pero hablar no sucedió hasta que fui profesional. Quizá en algún evento habremos hablado más a fondo. Lo que destaco de él es lo sencillo que es, lo fácil que es hablar con él. Y la admiración que sigue despertando. Cuantos más campeones veo, más ciclismo veo y más tiempo pasa, más le admiro»
Induráin era muy respetado en el pelotón. Ahí hay paralelismo contigo, ¿no?
IE: «Me he sentido respetado dentro del pelotón. A ver, cuando disputamos, todos lo hacemos. Me gusta intentar ser correcto en todo momento, e imagino que eso es lo que me ha hecho sentir el respeto. Es una de las cosas bonitas que me llevo del ciclismo»
¿Ha sido el final esperado?
IE: «No sé si el esperado. El año anterior tuve un montón de caídas, problemas y fui muy a contrapié. Ese no hubiese sido un buen final para mi carrera. En 2023 también tuve algún contratiempo con una lesión. Pero fue de otra manera y de una forma muy tranquila y serena con el final. Ya lo tenía pensado antes de la Vuelta a España, pero tampoco me apetecía comentarlo y que todos me estuviesen preguntando todos los días. Sé que lo hubiesen hecho por cariño, por aprecio. Pero por eso lo decidí hacer así, mucho más tranquilo. Cuando estás compitiendo, es mejor no tener la cabeza en otro sitio. Y así vienen caídas, despistes…»
A Luisle (Sánchez) le pasó todo esto que describes.
IE: «Sí. Despedirte con varias caídas no es lo deseable. En ese sentido soy muy afortunado»
Aparte de las caídas, ¿qué vas a echar de menos de estar en el pelotón?
IE: «Echar de menos, muchas cosas. Al final son 20 años ahí. El ciclismo es mi pasión, he podido disfrutar de ello durante mucho tiempo. Cuando arranque a fondo el calendario, echaré de menos cosas cuando me vea por allí. He sido afortunado, he podido correr como profesional, vivir una carrera muy larga. Sin crispación, no quiero pensar en lo que queda atrás, estando satisfecho por lo que he vivido y ya está»
¿Te has sentido valorado como ciclista?
IE: «Sí, a ver, ser gregario es más ingrato, pasa más desapercibido. Si estás pensando en serlo, desde luego, no puedes estar pensando en la repercusión que tu trabajo va a tener. Sino en hacer bien tu cometido, ser útil y aportar. A mí me ha llenado serlo, y he tenido mucha suerte de haber estado en un equipo con muy buenos líderes, que encima respondían. Eso te hace sentir partícipe, hacerte entender que sumas, y eso es una sensación bonita»
De todos los líderes que han pasado por tu lado, ¿con cuáles has encontrado más afinidad?
IE: «Con muchos. Echando la vista atrás, hemos tenido un muy buen grupo que nos ha hecho, además de disfrutar, disputar más aún por ese compañerismo y sensación de grupo. Es parte del buen rendimiento deportivo. Hacer equipo hace mucho»
Vamos a hablar de tus victorias de etapa en la Vuelta a España. Tienes una más que Enric Mas y Mikel Landa.
IE: «Recuerdos muy bonitos, dos días especiales. Resumirlo es difícil. En la primera sucedió que teníamos a Alejandro (Valverde) para disputar la clasificación general, pero por aquello que pasó en el descenso del Puerto del Caracol, en Cantabria, perdimos la ocasión. Quedó fuera del podio por aquello, y a partir de ahí buscamos más opciones de victoria de etapa. Tuvimos más libertad, entramos en una fuga y pude rematarla. Es para lo que trabajas, la confirmación de que va todo en buena línea.
Es bonito besar la gloria alguna vez. La segunda vez fue en el pueblo de Isaac Gálvez (fallecido en noviembre de 2006 tras un accidente en la pista) y fue muy emotiva. Él fue uno de los que más me ayudó cuando llegué al equipo. Salí con toda la intención aquel día. Vi el libro de ruta, que era la llegada al pueblo de Isaac, entré en la fuga y pude llegar a meta en solitario. Fue una de las cosas más bonitas, especiales y emotivas de mi carrera. Las dos victorias fueron con el mismo patrón: fuga y rematar en solitario»
Te dejan un poco de libertad y ganas dos etapas. Y en las clásicas, muy buen papel. Único top ten en Flandes español hasta aquel momento quitando a Juan Antonio Flecha. ¿Hasta qué punto trabajar para los demás nos ha hecho perder a ese otro Imanol Erviti?
IE: «No me pena haber sido gregario. Por eso he tenido una carrera tan larga. Tengo un gran motor, sí, pero necesito escenarios muy concretos. Quizá no soy tan brillante para poder ganar. Los equipos se organizan en torno a quien tiene más opciones de ganar. A veces con hacer buenos puestos no basta. Hay que saber dónde se puede sacar más provecho a tus cualidades. Siendo gregario y trabajando casi siempre para otros también hay momentos donde ves tus opciones y hay que lucharlas cada una como si fuera la última»
Encontrar tu sitio.
IE: «Sí, efectivamente. Puedo tener un buen motor, pero no sprinto con los mejores, no subo con los mejores… Si quieres ser líder, es una responsabilidad que te tienes que ganar. Sino, te cambiarán de rol y tendrás que ajustarte. Querer no es, es responder, ¿no?»
Llegaste al Illes Balears (posterior Movistar) en 2005 junto a un tal Alejandro Valverde.
IE: «Él tenía todo eso. Es un talentazo, un genio. Ha sido muy sencillo convivir con él. Encima de la bici es muy sencillo y hace muy fácil el trato. No te va a poner pegas por su estatus, y eso le hace aún más grande. Pero no soy imparcial, eh. Que somos muy amigos»
Empezaste a hacer piedras desde tu primer año y no has fallado nada más que el año de la pandemia y en tu última temporada.
IE: «Sucedió por casualidad. Era el destino casi obligado para los ‘grandotes’ del equipo. Fue la época que empezó el World Tour (Pro Tour) y era obligatorio asistir, creo que por primera vez. Coincidía con la Vuelta al País Vasco y el GP Miguel Induráin, dos carreras que nunca he hecho. Las clásicas era donde te mandaban y lo bonito era que el equipo no tenía ningún gran líder ahí. Tenías tus opciones e ilusiones, libertad de movimiento. Vi la oportunidad e intenté sacarle partido. Sabes que el resto del año vas a estar apoyando a un gran líder, así que aprovechas esa libertad»
Dos años estuviste peleando con los grandes. ¿Cómo fue todo aquello?
IE: «Primero las vas descubriendo. Te da rabia que vas en carrera y de pronto hay un acelerón y te pilla por sorpresa. Te las dan por todos lados. No sabes por qué hay tanta tensión ahí, ya se enfila el pelotón, entrar mal colocado al pavés y, ciao, hasta el año que viene. Al año siguiente vuelves pensando que no te van a pillar, etc.
Antes era más ensayo y error. Ahora está todo más medido y estudiado. Pensaba que podía hacerlas bien, pero hasta que no supe cómo correrlas, cómo entenderlas, te cuesta. Es mi época de alergias, sufro bastante en lo respiratorio. No sé por qué en Bélgica me afectaba mucho. Bueno, sí, por las condiciones ambientales. Me daba rabia no poder dar mi verdadero nivel, es una historia de amor y odio entre la oportunidad, las ganas de hacerlo bien y quedar eliminado por colocación, estrategia o alergia»
Carreras por eliminación, la selección natural.
IE: «Sin duda. Hasta que llevas 200 kilómetros, es una carrera. Después, otra muy distinta. La pueden ganar únicamente 40 corredores entre 200 largos. San Remo será la más fácil en teoría. Y esa kilometrada impide a muchos hacerlo bien en ella. Es otro escalón»
Aquella Roubaix de 2021 te iría mejor por el tema de alergia, ¿no? (se celebró en octubre de forma ocasional y las lluvias previas dejaron el trayecto embarrado, dando imágenes la vuelta al mundo por las condiciones en las que llegaban los ciclistas a línea de meta)
IE: «Me dio mucha rabia, porque tenía buenas perspectivas. Me metí en una fuga, tuve una caída en el primer tramo de pavés y me rompí algunos huesos de la mano. Me dio mucha rabia porque en esa fuga iban Moscon y otros que estuvieron ahí hasta el final. Por tema alergia, mucho mejor, y con el golpe de pedal de la Vuelta recién disputada. Estar en ese grupo era un paso importante, iba con toda la intención y mira»
Este planteamiento de llevarte esas clásicas a esa fecha otoñal ni lo contemplas, ¿no?
IE: «Como no depende de mí, no sé qué decirte. No sé si se llevará a cabo algún día o no. Ellos decidirán. Si es con la intención de provocar que el clima sea más duro, es complicado porque nunca se sabe con ese tema. Si lo van a hacer de verdad, bueno. Pero no es tan sencillo acertar con el clima. Me daría pena que se cambiase de sus fechas tradicionales»
Muchos cambios en el ciclismo, y más que se plantean. Muchos desde que empezaste como ciclista.
IE: «Es un proceso. La diferencia del primero al último año de mi carrera sí que es mucha. Te vas adaptando. Son las reglas del juego y el ciclista al final intenta navegar con ello, adaptarse y hacerlo lo mejor posible. No queda mucha más opción»
Has corrido 15 veces el Tour. ¿Qué le dirías a alguien que, como Remco Evenepoel, va a debutar en esa carrera?
IE: «A Remco (Evenepoel) tengo poco que decirle. Que lo disfrute, que es el escenario más grande del ciclismo y que es una satisfacción correr esas pruebas que siempre has visto por televisión. Es diferente por repercusión y trascendencia. Cualquier cosa que haces ahí tiene mucho retorno»
En tu equipo de siempre (Movistar), siempre se ha luchado más por Tour y Vuelta como objetivos prioritarios. Eso te ha sacado del Giro, aunque sí lo corriste una vez (2006).
IE: «El Giro es espectacular. Fue la primera grande que hice. Estar tres semanas corriéndolo es una emoción enorme. Es muy bonito por cómo lo viven los italianos, por sus espectaculares montañas… Es una carrera especial, y para mí que fuese la primera de mi vida es un recuerdo precioso»
¿Una carrera o sueño por hacer o conseguir?
IE: «Como decía antes, nunca he corrido Vuelta al País Vasco ni el Gran Premio Miguel Induráin. Siempre coincidía con las clásicas y estaba complicado entrar en el equipo. Alguna vez estuve cerca de entrar en el equipo, pero nunca lo hice. Me dio rabia aquella etapa que terminé segundo en el Tour, porque me hubiese gustado haber puesto ese broche a mi carrera. Pero tampoco sufro por nada de esto, las cosas se han dado como se han dado y ya está. Mi camino ha sido así, y estoy contento»
Fotos: Ineos
Nacido en Madrid el 2 de abril de 1986, Jorge Matesanz ha pasado por ser fundador y director de proyectos como Revista Desde la Cuneta, Tourmalet Magazine o High Cycling, además de colaborar en otros proyectos como Palco Deportivo, Plataforma Recorridos Ciclistas o Con el Plato Pequeño. Tras más de 15 años dentro del mundo del ciclismo, llega el momento de fundar Le Puncheur junto a Sergio Yustos y seguir acercando artículos de opinión, casi siempre sobre ciclismo profesional.