Los irlandeses Kelly y Roche en Paris-Niza: la batalla del 87

Empezaba la década de los 80 y la Paris-Niza gozaba de una salud excelente. En buena parte por ser una de las pruebas más importantes del calendario internacional. Y con una gran implicación histórica de los grandes (Anquetil, Bobet, Poulidor, Zoetemelk, etc). Curiosamente Bernard Hinault no había logrado ganarla (ni jamás lo lograría) y en el año 1981 surgía la figura de un ciclista que en su primer año como profesional se hacía con la prueba, el irlandés Stephen Roche. Esa victoria no por merecida, sorprendente, colocaba al entonces ciclista del Peugeot en la primera plana y ya los medios empezaban a catalogarlo como ‘el nuevo Hinault’.

No iba a ser Roche, sin embargo, a pesar de sus grandes actuaciones, el que iba a dejar una mayor impronta en la prueba. Y es que Sean Kelly, en medio de una evolución que lo estaba llevando de sprinter a ciclista completo, iba a tiranizar una prueba que sería suya durante siete ediciones consecutivas. Lo que le valdría arrebatarle el récord de la prueba a Anquetil, que se había quedado en cinco. Nunca ningún irlandés volvería a ganar Paris-Niza, ni nunca antes la habían ganado. Pero durante la década los duelos entre ambos irlandeses fueron sonados, si bien una de las ediciones en la que más lucha hubo fue la de 1987, en la que si bien Stephen Roche no fue pódium, sí fue merecedor de algo más, quién sabe si de una victoria.

Era aquella temporada 87 la que haría pasar a Roche a la historia por la triple corona de Giro-Tour-Mundial. Pero en Niza la cosa no iba a acabar tan bien. En el prólogo de Niza, Roche era tercero y se colocaba en lanzadera para el liderato. Liderato que obtendría la jornada siguiente, en la primera etapa, aprovechando la fortaleza de su equipo en la contrarreloj por equipos de 47 km de Champigny sur Yonne. Los Pedersen, Maechler, Leali y demás ponían a la locomotora italiana en primera posición de la etapa. Y a Roche en el nuevo liderato sucediendo al gregario de Kelly en el KAS, Jean Luck Vandenbroucke.

El duelo Kelly vs Roche iba a tomar forma en la llegada de la tercera etapa, en la que ambos llegaban en solitario, con victoria para Kelly y liderato retenido por Roche. Era el momento de Irlanda en la carrera, a pesar de los dos dobletes Kelly-Roche de las temporadas 84. Esa Paris-Niza en la que Hinault hizo tercero. Pero no sin antes liarse a ‘mamporros’ con unos manifestantes que impidieron un intento de ataque suyo por el liderato. También en el 85. El duelo de esta edición hacía parecer un relevo de Roche al intratable Kelly.

Sin embargo, la etapa siguiente iba a colocar de líder al ganador de la etapa. El ojito derecho de Bernard Tapie y gran esperanza francesa: Jean François Bernard. Un mal día de Roche y Kelly que veían cómo se esfumaba el liderato del primero (y ante un ciclista muy fuerte). Y el segundo que veía alejarse su sexta Paris-Niza, aquella con la que batir a Anquetil. Al día siguiente Roche se vengaría del líder con un ataque de salida que haría ceder a Bernard. Y le iba a poner la victoria de cara. O eso parecía. La etapa era para Laurent Fignon, que parecía recuperar sensaciones tras su mal Tour del año anterior.

Pero no era esta Niza una carrera sobre la que se pudieran hacer predicciones. Y el último día, en el primer sector con llegada a Niza, Fignon iba a conseguir su segunda etapa. Pero eran Kelly y Roche los protagonistas, con un Stephen que pinchaba a poco de coronar Vence y un KAS que ya iba poniendo ritmo y que no pararía hasta meta, quitando el liderato e incluso el pódium a un Roche que, presa de los nervios se quedaba solo con su compañero Leali (el líder por algunas etapas del Giro 93 en colaboración con Indurain). Y veía impotente cómo no podían enlazar con cabeza de carrera.

Esa misma tarde Roche ganaba la contrarreloj al Col d’Eze, demostrando que era el más fuerte. Pero siendo solo 4º en la general. Las fricciones entre Kelly y Roche por esta “traición” con el pinchazo del líder se solventarían inmediatamente. Si bien Roche tendría más que palabras con el director de Kelly, que (según Roche) había impedido a los coches superar a Leali y Roche dificultando la tarea de caza. Kelly 6 vs Roche 1… King Kelly ya era el rey de Niza y Roche no hacía sino demostrar que esa temporada 87 era un ciclista muy diferente del año anterior.

En el el año 88 Kelly repetiría, pero no volvería a ganar Paris-Niza. Y el que parecía momento ideal para Stephen Roche de recuperar aquel ya lejano entorchado del 81 se veía opacado por la aparición del fenómeno Induráin que, a pesar de las grandes actuaciones de Roche en la cronoescalada a Eze, no era capaz de remontar la ventaja con la que llegó en ambas ediciones el navarro a esa etapa final. Se cerraba aquí una década gloriosa de Irlanda en Niza. Gloria que ambos ciclistas lograron trasladas a otras muchas carreras. Pero en ninguna como en la Carrera hacia el Sol, en la que los irlandeses se encontraban como en casa y rendían como en muy pocos lugares.

Foto: L’Equipe / Eurosport