Arranca la quinta temporada en el Movistar Team del ciclista nacido en Artà. Enric Mas empieza un año 2024 repleto de ilusiones, como cada mes de enero. La funcionalidad del botón ‘reset’ de cada invierno que recarga las esperanzas. También en su caso las responsabilidades y las metas. Como si del día de la marmota se tratase, el programa del balear regresará a los dos puntos fuertes habituales. El foco estará puesto de nuevo sobre los meses de julio y septiembre, es decir, sobre el Tour y la Vuelta. Son cinco años consecutivos con los mismos blancos, con las mismas barreras de clasificación que parecen por el momento imposibles de superar.
En el Tour no ha pasado del quinto puesto, logrado en septiembre de 2020. Movimiento de fecha debido a toda la afectación del COVID y que no deja de ser sintomático. Porque ha sido en dicho mes cuando más cerca ha estado Enric Mas de disputar las Grandes Vueltas, todas ellas en la Vuelta a España. El acercamiento al otoño le sienta bien, el equipo sabe de esa afinidad y por ello no fallan sus objetivos en la ronda española. Ser tres veces segundo no está al alcance de cualquiera. Es más, sólo Alejandro Valverde y Luis Ocaña han alcanzado esa cifra de medallas de plata en la Vuelta. Con la diferencia de que ambos sí se han hecho con el triunfo absoluto en la carrera.
Enric apenas encuentra ese feeling con el Tour. Y no es por no haberle dado oportunidades. Cinco presencias en la Grand Départ, saldadas con dos abandonos, un 5º y un 6º puesto. 22º en su debut. Serán seis participaciones contando la de 2024 para un Mas que pese al infortunio de 2023 supo salvar un tanto los muebles con una digna actuación en la Vuelta. Partió en ella sin competición tras su caída en la primera etapa del Tour de Francia que le obligó al abandono. Una decisión cuestionable cuanto menos. El resultado no fue excesivamente malo (6º), pero las aspiraciones de tocar podio se resquebrajaron rápido. Competir contra según qué ciclistas parece fuera de las ensoñaciones del propio Movistar. Y de las de todos los aficionados al ciclismo.
Estando a su nivel, es capaz de estar ahí. En 2024 hay más enemigos que los propios rivales de otros equipos. Y es el recorrido, con dos contrarrelojes importantes y una etapa de caminos de tierra que ha apuntado su nombre para filtrar la lista de favoritos al podio. En esa tesitura, ¿por qué no plantearse un año de Giro-Vuelta? Es incomprensible cómo un buen escalador como el balear, con resistencia, regularidad y un cartel menos estrellado en Italia no se ha estrenado aún si quiera en la corsa rosa. Pasan los años, las oportunidades se desvanecen temporada tras temporada y Movistar sigue separándole de objetivos bastante más asequibles.
Un corredor que necesita triunfos. O medallas. Por el momento, su mejor triunfo corresponde con su etapa en la Vuelta a España de 2018. La venció sin haber relevado a Miguel Ángel López en los últimos kilómetros en su época pre-Movistar. Con los telefónicos, su palmarés se reduce al Giro dell’Emilia, conseguido este sí brillantemente ante varios de los capos del ciclismo internacional, y un parcial en la Volta a la Comunitat Valenciana. Siendo la bandera de un conjunto que suspira por las Grandes Vueltas, bagaje muy pobre para un ciclista de tanta calidad. El español necesita éxitos para terminar de vencer a una parte de la crítica que aún le acecha.
Por lo demás, temporada tranquila hasta la primavera. Progresión hacia la Itzulia, siempre un primer test, donde por cierto estrenó su palmarés en 2018, con victoria en el siempre prestigioso Arrate. Dauphiné, como en 2023, y dirección Italia para comenzar el Tour. ¿Un calendario demasiado vacío de objetivos? Guardar la ropa para rendir en julio, séptimo mes del año, no suele funcionar tan bien como se espera. El propio Jonas Vingegaard acumuló numerosas victorias antes del Tour y fue imbatible en él. Porque la ambición no está regañada con guardar balas y piernas para dos carreras que llegan ya muy tarde, con el pelotón muy maduro de haber batallado en innumerables pruebas durante seis meses completos.
Tal vez haya miedo a que el mallorquín no responda y se mine la moral, como le sucedió en la Volta a la Comunitat Valenciana de 2021, donde perdió la general ante Stefan Küng por apenas unos segundos. El pinchazo en su rueda trasera fue un lastre, sí. Pero se obvió demasiado por parte de la opinión publicada que el español tenía para entonces la carrera perdida. Sus prestaciones en contrarreloj son bastante mejorables, y normalmente no es una disciplina decisiva en estos últimos años. Pero casualmente 2024 sí ofrece kilómetros cronometrados para sufrimiento de los escaladores y gloria de los especialistas, que tendrán además la última palabra del Tour. Camino de Niza no sólo se puede perder un maillot amarillo o un podio, sino un puesto de honor. Los ansiados puntos que han exigido sacrificios a los protagonistas de la plantilla del Movistar.
Enric Mas afronta el enésimo viaje en tren bala contra la pared. Con el precio a pagar de acercarse peligrosamente a la treintena sin haber cosechado las expectativas generadas a su alrededor. Ojalá haya suerte y este pueda ser el año. Aunque es de esperar que haya una conversión en la forma de correr. Un papel similar a Fernando Escartín, conservador y regular hasta que Álvaro Pino le convenció de buscar fortuna de una forma distinta. El problema de Enric es que el input que suele recibir es bastante más tendente a conservar que a probar esa fortuna que le acerque a los días grandes. Al propio Escartín se le recuerda más por la victoria en Piau Engaly que por los puestos de honor conseguidos. Enric Mas necesita quitarse demonios y sambenitos de encima. Movistar, ayúdenle.
Fotos: Getty / Movistar
Nacido en Madrid el 2 de abril de 1986, Jorge Matesanz ha pasado por ser fundador y director de proyectos como Revista Desde la Cuneta, Tourmalet Magazine o High Cycling, además de colaborar en otros proyectos como Palco Deportivo, Plataforma Recorridos Ciclistas o Con el Plato Pequeño. Tras más de 15 años dentro del mundo del ciclismo, llega el momento de fundar Le Puncheur junto a Sergio Yustos y seguir acercando artículos de opinión, casi siempre sobre ciclismo profesional.