Inés Cantera (abulense, 30 de julio de 2002) disputa el Campeonato de España de 2021 con el maillot del extinto Sopela. No sólo es una de las sensaciones, sino que finaliza en cuarto lugar, tras las grandes favoritas. Con ellas ha estado a dentelladas durante el recorrido, en la provincia de Alicante. Con 19 años se muestra al mundo, pasa al Roland suizo que después desembocará en el Israel para volver a ser Roland, en el World Women Tour (WWT). Y tras regresar al panorama español con el Laboral Kutxa, equipo claramente en alza, anuncia que deja el ciclismo. Con 21 años, con la temporada a medio terminar. Un movimiento que extrañó a los seguidores de esta excelente ciclista que dijo basta.
«Estoy en un capítulo de mi vida donde estoy creciendo exponencialmente. En el último año me he centrado en volver a conocerme a mi misma. En ser fiel a mi esencia y en saber aprovechar mis puntos fuertes en cada situación que se me pone por delante. He vuelto a reírme, a pasármelo bien, a hacer cosas que creía que nunca haría. A ser feliz y a tratar de buscar la felicidad de los míos. Básicamente puedo decir, en mi caso, que he aprendido a quererme y a valorarme como lo merezco, a tratar de ser una mejor versión cada día que pasa». Esta respuesta evidencia que la ya ex ciclista abulense dejó de disfrutar del mundo de la bicicleta.
Caben muchas dudas, muchas preguntas, pero Inés continúa contando cómo llegó hasta ese punto en el que se dio cuenta de que el camino que había emprendido no era precisamente el suyo: «Considero que empecé a cavar un hoyo en modo automático del que me convencí que para salir solo tenía que seguir cavando. No era consciente de lo que estaba viviendo o dejando pasar, sin nada de autoestima ni confianza. Hasta que llegó un día que dejé de engañarme y supe que necesitaba un cambio radical para volver a ser yo, para volver a ser Inés Cantera Carrasco».
Todas las reflexiones que diferentes artículos en Le Puncheur han cuestionado este método de presionar a jóvenes talentos que apenas han madurado. Cuando se separa la evolución de la ciclista de la persona que hay detrás, comienzan los problemas. Pese a los malos momentos, no se arrepiente de los pasos dados:
«Mi trayectoria es lo que me ha llevado hasta el día de hoy. Claro que considero, mirándolo desde mi perspectiva de presente, cómo debería y en qué condiciones haber afrontado diferentes etapas. Pero como digo es lo que me han llevado a ser lo que soy ahora, una persona de la cual estoy muy orgullosa. Ha habido momentos que guardo con un gran cariño, personas que me han aportado conocimientos muy importantes y que ya no tengo en mi vida diaria, pero que aún así tengo presentes. Otras situaciones, por el contrario, me llevaron hasta un limite de no poder más, de los cuales he sabido recomponerme y ganar fuerza».
Sin embargo, no ha estado sola en este proceso, con gente que ha intentado animarla a regresar. Y otras personas que han apoyado incondicionalmente su decisión de abandonar el ciclismo: «Claro que han sido muchas las personas las que trataron de convencerme para haber seguido, y también ha habido muchas que han empatizado de verdad con mi decisión. Yo agradezco con el corazón todos los razonamientos de apoyo que he recibido».
Lo que sí parece haber regresado, a tenor de las palabras de Inés Cantera, es su autoestima (palabra que aparece en varias respuestas de la joven). Y la confianza en escoger el camino que ella decida en cada momento, tener el control sobre sí misma. ¿Es volver una opción? «Esta es una pregunta que no puedo responder con certeza, ya que sé que no puedo adivinar el futuro ni ninguno sabemos a ciencia cierta en realidad donde estaremos mañana. Lo que si que puedo responder, es que soy plenamente consciente de las aptitudes físicas que tengo, unidas a un hambre competitivo incesable en cualquier aspecto de mi vida, cuya característica creía haber perdido para siempre hace mucho, pero que ha regresado de la mano de mi autoestima, más fuerte que nunca».
Pese a ser necesaria, la retirada siempre arroja consecuencias. La buena noticia es que el ciclismo, tras un descanso en ella, ha regresado. Aunque de una manera diferente… «En mi retirada pasé un periodo de shock en el que no podía ver ni tocar una bicicleta. Una emoción demasiado fuerte que rodeada de las personas acertadas y la ayuda que necesitaba. He sabido conducirlo hasta una vía donde he vuelto a salir a rodar (y a a picarme algún rato). He reaprendido una definición de disfrutar que había perdido, la de montar en bicicleta, como una forma de desconexión, queriéndola como siempre había hecho».
La bicicleta es una opción, no una obligación. He ahí la sutil e importante diferencia: «Hago lo que me pide el cuerpo según el momento, hasta el mes pasado acudía de vez en cuando al gimnasio o a pasear por la sierra. Pero una fractura trabecular en la tibia, por una caída esquiando, me tiene un poco alejada de ello todavía por el impacto que me ocasiona». Sin embargo, hay una nueva pasión que asoma en el horizonte de Inés: «El diseño gráfico es un mundo que me apasiona, desde pequeña siempre he tenido mucha creatividad. Recientemente he estado muy centrada en mis estudios universitarios. A la par que he viajado bastante al extranjero y he conocido personas de las que estoy aprendiendo mucho. Actualmente tengo varias ideas en mente para explorarlas y ponerlas a prueba».
Fotos: Getty / Laboral

Nacido en Madrid el 2 de abril de 1986, Jorge Matesanz ha pasado por ser fundador y director de proyectos como Revista Desde la Cuneta, Tourmalet Magazine o High Cycling, además de colaborar en otros proyectos como Palco Deportivo, Plataforma Recorridos Ciclistas o Con el Plato Pequeño. Tras más de 15 años dentro del mundo del ciclismo, llega el momento de fundar Le Puncheur junto a Sergio Yustos y seguir acercando artículos de opinión, casi siempre sobre ciclismo profesional.