Tomas Vaitkus nació a la orilla del mar Báltico, en Klaipèda, a escasos kilómetros de la frontera con Kaliningrado (Rusia). «Siempre fui un hombre de equipo», en sus propias palabras. En ese rol ha ido desfilando por conjuntos de primera línea, incluyendo el polémico Astana de Contador y Armstrong. Experimentado en multitud de países y con una época más oscura en su década larga en la élite, el lituano nos cuenta sus pinitos en el gravel y cuánto le gustaría seguir relacionándose con el ciclismo. Sincero, humilde y sencillo, así contesta Tomas Vaitkus a nuestras preguntas:
¿Qué tal todo? ¿Qué tal va la vida?
Tomas Vaitkus: «Bien, nada especial. Podía ir mejor, sería más interesante si pudiese competir más. Mal tiempo, me gustaría rodar más en manga corta que en manga larga»
Lituano, nacido cuando aún el país formaba parte de la URSS, ¿cómo llegó el ciclismo a ti?
TV: «Mi padre era ciclista en el equipo nacional de la Unión Soviética. Era un buen ciclista, muy fuerte. Podríamos decir que lo llevamos en la sangre, en nuestro ADN. Mis inicios no fueron tan sencillos. Éramos un país muy cerrado, teníamos que correr en otros países. Una vez se abrieron las fronteras, mis padres me llevaron a Bélgica. Puedo decir que fue mi mejor escuela de ciclismo. Estuve viviendo allí desde los 13 años»
No es de extrañar que arrancases en profesionales en el Landbouwkrediet Colnago en los años 2003 y 2004.
TV: «En 2002 me proclamé campeón del mundo en sub-23 en la modalidad de contrarreloj. Fue en Zolder (Bélgica), además. Así fue cómo me llegó el primer contrato con Landbouwkrediet»
¿Cómo fueron esos primeros años?
TV: «¿Como profesional? Puedo decir que los corredores de los países del este tenían todavía muchas dificultades para conseguir plaza en un equipo profesional. No lo sé. Puede que se deba a la mentalidad, que algunos ciclistas pensasen que no éramos capaces de estar a la altura, que no sabíamos cómo montar en bicicleta. Los tiempos han cambiado, y mucho. Mis primeros dos años fueron muy interesantes. Cuando estaba ganando posiciones en un sprint o ante días de viento todavía algunos corredores pensaban que era ruso, no sabrían que Lituania era ya un país diferente. Algunos me hablaban como si fuese de un país africano, fuera del circuito»
Todo eso fue cambiando, ¿no?
TV: «Cuando empecé a ganar carreras, empezaron a verme en los podios y ahí empiezan a respetarte y a saber quién eres. Siempre fui un hombre de equipo, me gustaba más serlo que tomar la responsabilidad de un equipo. Me sentía mal cuando todos los chicos trabajaban para mí y no conseguía tener toda la suerte posible en un sprint. No quería decepcionar a mis compañeros, así que prefería jugar otro rol más de gregario que de líder, sin toda la presión. A veces estaba más fuerte que los líderes, pero da igual, me gustaba ese tipo de trabajo, era el mejor para mi cabeza. Al final, ese rol me ha llevado a grandes equipos y creo que en esa función era muy bueno, con muchos kilómetros delante en el pelotón para mis líderes»
Hablando de equipos, has probado fortuna en varios países y varios equipos top: Astana, AG2R, Orica Green Edge, Radioshack… Con grandes corredores como Contador o Armstrong. De hecho, cuando coincidieron ambos en el mismo equipo.
TV: «Ése fue un año muy extraño. Cuando Lance llegó yo era un mero hombre de equipo, así que no le di mucha importancia, porque al final trabajaba para quien dijese la dirección. Si tenía que trabajar para Lance, para Lance. Cuando era para Alberto, para Alberto. Si era para… no sé, Chechu Rubiera, para Chechu Rubiera. Me da igual. Era como un perro, si mi dueño me pedía hacer algo, lo hacía»
Ese rol te hizo tener una carrera larga, aunque no participaste en muchas Grandes Vueltas. ¿Por qué?
TV: «No lo sé. Nunca me gustó subir grandes montañas, soy un tipo grande con piernas largas y algunas etapas eran más ver cómo podía sobrevivir a las subidas. Cuando el grupo era más pequeño tenía la capacidad de sprintar. Cuando los sprinters clásicos se quedaban, yo tenía más opciones. Siempre estaba ahí. En 2006 gané una etapa en el Giro. Fue duro. Conocí hace poco a Quique Gutiérrez, que fue segundo en Milán, en una competición de Gravel en Valencia»
¿Qué corredores te han impresionado más?
TV: «En los equipos en los que he estado, me impresionaron por su carácter Lance (Armstrong) y Alberto (Contador). Eran dos cabezotas que no aceptaban perder y luchaban hasta el final por ganar. Fueron dos modelos para mí en ese aspecto. Después me gustaba mucho Johan Museeuw. Era encantador en el pelotón, muy respetado y una gran estrella para mí. También Paolo Bettini. Le gané una etapa en el Giro de Italia por muy poco. Se quedó muy decepcionado, pero yo estaba muy contento por haberle ganado. Cómo no, Alejandro Valverde, que todavía sigue compitiendo a gran nivel. Me encantaría formar parte de su equipo en gravel (risas) para seguir compitiendo. Si necesitase mi ayuda, estaría dispuesto»
Hacemos un llamamiento desde aquí.
TV: «No tengo su número, así que me parece bien. Hago mucho gravel ahora, dependes más de ti, de cómo manejas la bicicleta, es más individual. Me gusta mucho esta nueva disciplina y creo que tiene mucho futuro»
Incluso el Tour se atreve a ir introduciendo tramos en esa superficie.
TV: «Llevan algunos años metiendo finales en esta superficie y algún que otro tramo. He estado con Skoda haciendo todo el Tour, así que lo he podido ver de primera mano. Creo que está bien, aporta más “drama”, hace que los corredores estén siempre atentos y sin relax. Así los corredores tienen que ser más completos para ganar: en montaña, en el sprint, en todas las facetas, como Pogačar»
Por cierto, ¿por qué dejaste el ciclismo en 2013 y regresaste después? ¿Qué pasó?
TV: «Después de estar dos años en Orica no me renovaron y aquel 2013 fue bastante malo para el ciclismo, con varios equipos muy importantes desapareciendo, con muchos corredores en el mercado. En ese último año no competí demasiado y, por supuesto, los equipos optaron por otras opciones. Intenté encontrar equipo, pero nadie me quería. Estuve durante más de un año en casa, comienzo pizza, bebiendo cerveza y jugando a la Play Station, ganando peso y bastante deprimido, bastante fuera de todo. En la primavera de 2016 estaba viendo una etapa de la París Niza y cómo sufrían todos con el viento.
Aquello me animó a regresar, no sé qué me pasó. Me vestí, subí a la bici y desde entonces ya no he parado. Competí en algunas carreras pequeñas en Lituania sólo por diversión y al final del año estuve en el Tour de China. Hice algún podio y además del buen resultado fue una buena experiencia. Después ya recibí alguna propuesta de un equipo pequeño y regresé a las carreras. Logramos victorias en África, en Argelia… No era el máximo nivel como antes, ya se complicaba todo por mi edad. Los equipos en ese momento preferían corredores más jóvenes y más baratos. Decidí parar entonces y no regresar»
Ahora comentabas que estás más en el gravel.
TV: «Si lograse un sponsor para viajar o competir aún todavía estaría a un gran nivel. Gravel es muy diferente, todo depende de ti. Aún soy capaz de sufrir mucho en la bicicleta…»
Estamos un poco locos los ciclistas…
TV: «Para mí es peor un año como 2014, cuando me sentía inútil y que ningún equipo se interesaba por mí. Le sucede a muchos ciclistas cuando terminan su carrera, no saben qué hacer, dónde ir. Es difícil ese cambio. Es complicado porque cuando estás en activo tu rutina es siempre parecida: te levantas por la mañana, sales con la bicicleta, entrenas, descansas… Cuando eso se acaba, empieza otra vida. Otros se reinventan, en federaciones, como directores, entrenadores… Seguir conectado al ciclismo de otra manera supongo que te mantiene conectado, te hace sentír que aún estás ahí. Poder compartir lo que has aprendido. Es bueno para ti y por supuesto para los demás»
Aún así, el invierno es duro.
TV: «Hace unos días, en Lituania, salí a rodar y después de una hora y media paré y me pregunté “¿por qué estoy haciendo esto?”. No me estoy preparando para nada, no sé si el año próximo correré en algún sitio o no. Si tienes un objetivo es todo mucho más sencillo para la cabeza, mentalmente te conviertes en alguien más fuerte durante estos días de frío y tiempo adverso. Cuando no tienes ese objetivo, vuelves a la pizza y a sentirte inútil»
¿Cómo te veías como corredor? ¿Más un velocista? ¿Más un contrarrelojista?
TV: «Nunca me gustó la contrarreloj (risas). Sé que podía hacerlas deprisa, que en solitario soy bueno, que era mi parte. Pero me sentía más como un ciclista para clásicas, más de potencia. Si tenía buenas piernas y estaba por allí, intentaba meterme en la lucha por las victorias. Los velocistas de verdad no disfrutan de lanzar las llegadas desde lejos y era exactamente lo que hacía yo. Arriesgaba mucho para conseguir la posición y a mí no me gustaba mucho arriesgar. Si hubiese dedicado más tiempo a las contrarrelojes, hubiese sido mucho mejor, con más resultados, pero nunca lo hice»
En los Nacionales de Lituania ganaste alguna vez…
TV: «Sí, unas 16 veces en total. Pista, MTB, carretera… todo. El nivel no era tan elevado cuando yo era profesional. Cuando participaba, el resto sabía que tenían que luchar por la segunda posición. Nunca estás seguro de que vas a ganar, pero siempre era el favorito»
Sin embargo, pese a la falta de nivel, sólo estuviste en dos Campeonatos del Mundo.
TV: «La subida no es mi fuerte y sufro mucho. Los Mundiales suelen ser más ondulados y duros, por eso no tenía mucho que hacer allí. Para mí ya estaban fuera de temporada. Cuando es llano, como hemos visto alguno, me veo capaz de hacerlo bien, pero en las subidas…»
En Lituania aún así han salido varios corredores importantes…
TV: «Si hablamos de la época de Rumsas, Kasputis o Sarkauskas. Muchos pertenecíamos a la escuela soviética, que era una escuela muy dura. Todavía hablo con algunos ciclistas de Colombia como Víctor Hugo Peña, quien vio muchos ciclistas muy importantes en Lituania. Es más, se formó el equipo Manzana Postobón, que era mitad colombiano y mitad lituano y allí se incluyeron varios corredores de esta nacionalidad.
El sponsor era debido a un chico lituana que vivía en Colombia. Con el tiempo esa tradición se fue rompiendo, y ya en el pelotón más de élite no queda mucho, sólo Ignatas Konovalovas. Fui este año al Tour de Lituania y no vi ciclistas lituanos a los que vea futuro para llegar al gran pelotón. Creo que se debe volver a nuestro hábito de correr fuera. Si compiten aquí, nadie les va a conocer»
Fotos: Wikimedia Commons, TV3, De Morgen
Nacido en Madrid el 2 de abril de 1986, Jorge Matesanz ha pasado por ser fundador y director de proyectos como Revista Desde la Cuneta, Tourmalet Magazine o High Cycling, además de colaborar en otros proyectos como Palco Deportivo, Plataforma Recorridos Ciclistas o Con el Plato Pequeño. Tras más de 15 años dentro del mundo del ciclismo, llega el momento de fundar Le Puncheur junto a Sergio Yustos y seguir acercando artículos de opinión, casi siempre sobre ciclismo profesional.