Sí, una vez más hablamos de Movistar. Reflexiones sobre el único equipo de bandera española en el panorama World Tour y, cómo no, el centro de la atención de una gran mayoría de aficionados españoles e incluso de países latinoamericanos debido a los vínculos presentes o históricos con algunos ciclistas como Nairo Quintana o Richard Carapaz. Reflexiones sobre los puntos UCI, la escasez de victorias y una opinión generalizada que va desde el desdén hasta la crítica más intensa y desmesurada. Nada nuevo, dirán. Pero en este 2024, lo cierto es que incluso la presencia de los hombres de azul en los puestos y grupos cabeceros se está convirtiendo en noticia, lo que constituye por sí solo una muy mala noticia para los intereses del equipo telefónico.
Ver a Aranburu en el puesto decimocuarto en Lieja es interesante, no cabe duda. Pero hasta cierto punto. Si se observa el resultado de las carreras más prestigiosas y dejamos de lado las apariciones de Enric Mas en la Volta Catalunya o Romandía, el balance es bastante pobre. Ni siquiera en esas otras pruebas más modestas como la Vuelta a Asturias, que antaño fue un monólogo de Movistar y sus pupilos en preparación del Giro de Italia. Los «excusadores» oficiales espetarán que UAE dominó a su antojo la carrera asturiana. Y no es mentira. Pero tampoco lo es que la unidad posterior a dicho equipo no fue Movistar, sino Burgos BH. Puntos muy sabrosos para un conjunto Continental que está sabiendo leer mucho mejor el calendario, a ojos de muchos, que el conjunto de Unzué. Ver al primero de ellos, Pelayo Sánchez, en octava posición ofrece muchas lecturas, y casi ninguna positiva.
A esto se une la ausencia de algunos corredores en plazas clave. Por ejemplo, la selección de Iván García Cortina para la Volta Catalunya en lugar de ser alineado en Milán-San Remo, o la ausencia del equipo en una clásica de piedras de menor nivel, como la Flecha Brabançona, que quizá se adapte mejor al nivel actual del equipo. El buen arranque de la temporada de clásicas por parte de Lazkano no se ha resuelto en nada. Bueno, sí, en rumores que lo acercarían al Bora-Hansgrohe a partir de la próxima temporada. Como sucede habitualmente en esta escuadra, la rigidez y falta de previsión acabará por alejar talentos que han pasado por sus filas o por su órbita. Véanse los casos de Carlos Rodríguez o el propio Lazkano. Incomprensible que el granadino se escapase del mismo modo que lo sería que el vitoriano hiciera las maletas después de varios años dando que hablar y mostrando un potencial extraordinario.
Lo que preocupa (relativamente, porque finalmente el problema es del equipo) es la sensación de despreciar cierto tipo de calendario donde tendrían opción de sumar muchos puntos, de esos que les alejen de los fantasmas del descenso el próximo curso, cuando finaliza el cómputo total del presente trienio. Que Enric Mas compita en la Volta Catalunya es lógico, más aún con un recorrido tan montañoso. Que no lo haga en la Itzulia ya es más incomprensible. Ante una circunstancia como la que se dio, el destino le habría llevado a ocupar quizás alguna plaza en el podio, quién sabe cuál. Porque en estos momentos no es demasiado inferior a los Ayuso o Rodríguez de turno, esa segunda unidad que se impuso en Éibar con cierta facilidad.
Todo envuelto por una elección de grandes vueltas que con casi toda seguridad volverá a estrellar al ciclista mallorquín contra el mismo muro. Enric ha demostrado que es capaz de doblar Tour y Vuelta perfectamente. El problema procede del hecho de que el Tour concentrará a los mejores corredores del calendario (como siempre), y en él tendrá una competencia que no habría encontrado, por ejemplo, en el Giro de Italia.
La ronda italiana es, como de costumbre, el patito feo para el conjunto español. Y es cierto que en estos momentos es la más perjudicada de las tres grandes en cuanto a participación brillante y rica en nombres ilustres, por muchos motivos. Pero en el contexto actual, se sabía desde diciembre que la programación de los ciclistas que están por delante en potencial de Enric Mas se decantaría por guardar fuerzas para el Tour, esquivando el Giro. Sí, a excepción de Tadej Pogacar, que encontrará, si la salud le respeta, un lugar idóneo para un monólogo de rosa. La primera plaza será complicada de abordar para cualquiera, de acuerdo. Pero, ¿y la segunda plaza? Un segundo puesto en el Giro y un puesto entre los cinco primeros en la Vuelta ya redondearía una más que decente temporada para un ciclista como Enric Mas. ¿Miedo a la contrarreloj? El mismo que le debería tener a la del Tour, bastante similar. Si son los intereses comerciales los que le alejan de Italia, mal asunto y el pez que se muerde la cola. Quizá era año para optar por correr las tres grandes, a lo Valverde en 2016.
Pero no, mejor un papel discreto en competiciones de gran nivel. Todo tras un inicio de campaña bastante bueno y que reportaba esperanzas a sus aficionados. ¿Cola de león o cabeza de ratón? El eterno debate. Pero hay una realidad objetiva que se acabará imponiendo: la necesidad imperiosa de recabar puntos de aquí y de allá para evitar la palabra que más pavor puede crear en la estructura: descenso. Aunque, llegado un punto, no sería el peor de los escenarios. Si de alguna forma se garantiza la presencia en Tour y Vuelta, que son las grandes plazas donde cada año deben brillar, conformar un calendario a su medida y esquivando pruebas donde el interés de Movistar (y de otras escuadras) es nulo les puede ayudar a optimizar mejor sus recursos. Aunque no nos engañemos, las decisiones para este 2024 tampoco están siendo acertadas.
La elección de hombres para el Giro tampoco se comprende. Davide Formolo, el más experto en la ronda italiana y italiano, reserva sus fuerzas para el Tour. Tal vez era una promesa sine qua non para fichar el pasado invierno, quién sabe. Sergio Samitier sigue esperando oportunidades. Ni siquiera en un Giro de perfil muy bajo ha tenido cabida. Termina contrato a final de temporada. Con esta gestión de las oportunidades, tampoco se extrañarán en la dirección del equipo si termina por hacer las maletas y encontrar un acomodo más apropiado.
Este podría ser el caso de algún otro, como el del colombiano Iván Ramiro Sosa, que mantuvo el tipo en el Tour de los Alpes, histórico prólogo del Giro de Italia. Sin embargo, el colombiano quedó fuera del ocho para el Giro. Si exceptuamos a Einer Rubio, que resistió el primer envite de la montaña, el resto del equipo comienza a clasificarse a partir de la 38ª plaza, a más de seis minutos en dos etapas. Prometedor, ¿verdad? ¿No había opción de preparar la mejor versión de varios de sus jóvenes y presentarlos en Italia para ofrecer un papel bastante menos anónimo?
Nacido en Madrid el 2 de abril de 1986, Jorge Matesanz ha pasado por ser fundador y director de proyectos como Revista Desde la Cuneta, Tourmalet Magazine o High Cycling, además de colaborar en otros proyectos como Palco Deportivo, Plataforma Recorridos Ciclistas o Con el Plato Pequeño. Tras más de 15 años dentro del mundo del ciclismo, llega el momento de fundar Le Puncheur junto a Sergio Yustos y seguir acercando artículos de opinión, casi siempre sobre ciclismo profesional.
Hola Jorge:
Gracias de nuevo por abordar este tema que de verdad nos preocupa a todos los que amamos el ciclismo español.
Cometer fallos es normal incluso diría que es esencial para crecer.
Lo que no es normal es que Movistar parece no aprender de sus errores y sigue aferrándose a su estrategia y gestión conservadora de antaño.
O lo que es lo mismo…Movistar no quiere cambios de verdad…
Noto que hay un abismo entre la autoimagen de Movistar y como los demás le ven desde afuera. Hay que aceptar cambios y ciclos pero Movistar sigue haciendo lo que siempre ha hecho y eso, de facto, se llama retroceso !
Estoy totalmente de acuerdo contigo que para este Giro tocaba apostar por Formolo, por Sosa y por Samitier todos con una condición física buena). Y que hace Movistar…malgastar medio equipo apoyando a Gaviria con Torres, Cimolai y Milesi.
Gaviria no está para carreras WT…lo he dicho muchas veces ya. Está para hacer un calendario (secundario, p.e. el francés) con pruebas llanas, con el mínimo de obstáculos ya que todos sabemos y vemos que se le atragantan todas las cotas de más de 2 km’s. Ojalá me equivoqué y Gaviria consiga 1 o 2 victorias en el Giro pero en lo que no me equivoco es en mi análisis global de este ciclista.
He leído que Abarca hará lo posible para mantener a Lazkano (pero un potente Red Bull / Bora tirando ya de él) pero también he leído que Aranburu está prácticamente perdido ya que fichará por “ un equipo francés”. O sea pinta mal, muy mal, la cosa. Diría que hace falta un reestructuración profunda de Movistar.
Ojalá pronto se les abra los ojos a los de Abarca. Hay que aceptar e implementar ciclos y cambios, pero en los de verdad !
Un saludo y gracias de nuevo,
Paco Avila