El Giro 2024 llega a su fin y es tiempo de obtener las conclusiones pertinentes. Tadej Pogacar se ha paseado por una carrera con un tono triste, bastante gris, producido por una participación bastante mejorable. Aún así, algunos nombres se han ganado la mención por derecho propio y otras situaciones, también por derecho propio, en los ámbitos más negativos de los análisis. Carrera que, en resumen, se podría catalogar como muy predecible. La segunda fila de favoritos ha demostrado muy poca ambición, lo que unido en muchos casos a la falta de motor les ha dejado en una situación bastante delicada dentro de sus equipos. Algunos ciclistas sí salen reforzados, si bien deben relativizar la euforia porque el listón de este Giro ha sido muy modesto. Eso sí, los que salen perdiendo, deberían preocuparse. Vamos a ver todos los casos relevantes para, a través de diez conclusiones, reflejar todo lo vivido en la edición 2024 de la corsa rosa.
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Pogacar, sin oposición
El líder del UAE era tan favorito que no ha tenido oposición alguna. Ni siquiera sabemos el nivel real del ciclista en comparación con otros rivales de mayor enjundia, ni siquiera le podemos medir consigo mismo porque los presuntos rivales no han comparecido. Porque quienes han comparecido no han corrido la misma carrera que Tadej. Le han dado por inalcanzable y han luchado por otros objetivos, como el podio o las victorias de etapa en algunos casos. En otros, ni siquiera. El esloveno consigue el objetivo, que era añadir el rosa a su colección de conquistas. Veremos si las exhibiciones a veces involuntarias le permiten presentarse en la línea de salida del Tour con total garantía de pelearle el título a Vingegaard. Pero ese análisis corresponde a otro momento.
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DFM y Thomas, los más reforzados
En el caso del colombiano, este podio debe saber a gloria. Más que por haber finalizado en él, por haber encontrado la regularidad necesaria para pelear por este tipo de carreras. Bora ha demostrado que está ahí. Geraint Thomas encabezaba al Ineos con algún aspirante más claro como Arensman, que se ha quedado varios pasos por detrás. El galés, pese a encontrarse lejos de su plenitud, ha derrochado veteranía y saber hacer para conseguir un resultado óptimo. Segundo podio consecutivo en el Giro, lo cual tiene mucho más valor del que parece. Con unos rivales de mayor enjundia tal vez no hubiese tenido opción, y ése es el análisis que ambos deben hacer. Si la conclusión es que Martínez y Thomas están para luchar por podios en vueltas de tres semanas, se equivocan. Lo están si los rivales dimiten antes de empezar. Uno ya ha demostrado y el otro tiene mucho por hacer.
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O’Connor y cía, fuera de concurso (¿para siempre?)
En plena polémica por los recortes de la 16ª etapa, Ben O’Connor hizo unas declaraciones fuera de lugar. Más ofensivo en los micrófonos que en la carretera, donde pasó de ser un candidato al podio a ser un mero top ten que sabe a nada. Si en este contexto no es capaz de aspirar a un podio, quiere decir que no es un tipo de corredor para estas batallas. Su caché y su imagen, perjudicados. Por otro lado, Einer Rubio sufre un revés similar. Más discreto en los micrófonos, sí que ha demostrado que no puede ser líder del equipo en una gran ronda. Un top ten en este Giro significa entre cero y nada. Empezó la carrera muy bien, pero fue de más a menos. Algo mejor que O’Connor, que fue de menos a menos. Thymen Arensman aún tiene margen de mejora, si bien parece que de no mediar las fugas que en otras ocasiones le han permitido, su capacidad de escalar puestos se reduce notablemente.
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Jonathan Milan y Antonio Tiberi se consagran
Buenas noticias para el ciclismo italiano, que consagra a Jonathan Milan como uno de los velocistas de referencia. En los sprints sí ha habido competencia y tiene mucho valor que haya logrado la maglia ciclamino. Tim Merlier le arrebató alguna victoria, así como Olav Kooij, que debuta en una grande con victoria. Por su parte, el joven del Bahrain demuestra que está para grandes cosas. Aún faltan evoluciones por tener lugar, pero los signos de crecimiento son evidentes. Zana, Fortunato y Piganzoli rellenan de banderas italianas los primeros puestos, colores que se echaban de menos. Una pequeña victoria de autoestima para el pelotón italiano.
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Nairo Quintana está de vuelta
Un año largo después de haber sido expulsado del ciclismo, Movistar le recupera para la causa. El colombiano vuelve al Giro de Italia, a un gran escenario. Si bien decepciona ante la flojera de las primeras etapas, llegada la alta montaña eleva el vuelo y sólo Pogacar evitó que el menudo y veterano escalador se llevase de los puertos italianos una victoria con sabor a revancha. Sabe interpretar las carreras como nadie. Intuye cuál va a ser la fuga buena y la consigue. Después sabe cómo no sacar el codo a paseo y, como es uno de los escaladores que más clase ha tenido en los últimos años, vuela hacia las cimas con la facilidad que envidia el resto. No hay que olvidar el bajo nivel del Giro, pero…
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Ojo con Steinhauser
El alemán (sobrino político de Jan Ullrich) conquistó la etapa reina. Tras una temporada de largas fugas, le llega la gloria a los 22 años en su debut en una vuelta grande. Buen escalador, rondó la victoria también en el día más largo. Fugas de nivel, juventud y mucho talento. Uno de los ciclistas que más revalorados sale del Giro de Italia. Una perla que EF debe cuidar y que prometer muchas alegrías después de unas temporadas en las que ha pasado más desapercibido. Hijo de ciclista, lo tiene todo para estar presente en las etapas de montaña, donde seguro nos muestra más registros. Da gusto volver a ver victorias de ciclistas alemanes en el Giro.
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Pelayo, el único aprobado español en Italia
El asturiano se llevó una etapa de forma brillante. Gran futuro el de este ciclista, más aún si en un futuro busca nuevos aires que no le frenen de una escapada para tirar del pelotón hacia ningún lugar (ni que hubiese tenido de líderes a Induráin y Delgado). Su victoria ante Alaphilippe fue espectacular, demostrando manejo y buen hacer, además de piernas y velocidad. Mucho mérito. Por su parte, Juanpe López decepcionó mucho. Se esperaba que se implicase en la general tras haberse llevado el Tour de los Alpes, pero ha quedado claro que fue un espejismo. Se necesita más constancia. Albert Torres se dedicó al trabajo para su equipo, el Movistar, y lo hizo bastante bien. Rubén Fernández, del Cofidis, estuvo bastante discreto. También Francisco Muñoz, del Polti Kometa, que debutaba en una grande.
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Buen Giro de Alaphilippe
El francés ha sabido hacer su carrera. Una victoria de etapa que le permitió completar la triple corona, mucha presencia en fugas y en general una actuación muy digna. Acaba contrato y en breve se dejará querer por los numerosos equipos que se pelearán por su ficha. Con un buen Giro como actualización de sus condiciones, más motivos para exigir un buen trato contractual por parte de su nueva escuadra. Porque parece que no será Soudal quien le ofrezca la renovación. Aunque con Lefevere nunca se sabe…
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La organización, en evidencia constante
A la vergonzante presión de los corredores para terminar de desmantelar la que antaño fue una de las carreras más bellas del calendario hay que unir la tendencia organizativa de RCS y Mauro Vegni. Evitar a toda costa los puertos altos y los recorridos imposibles no les garantizan esquivar el mal tiempo, y tampoco una buena actitud por parte de los ciclistas. Son muchos los que acuden a competir (por llamarlo de alguna manera) por obligación, y eso se nota. La ausencia de líderes italianos se deja sentir. También la implicación de los capos del pelotón, más permisivos con evitar los jaleos y no enemistarse que en ejercer ese liderazgo. El Giro está gestionando fatal el pulso constante de los corredores, pero también sus propios recorridos, modificados hasta la saciedad entre noviembre (presentación oficial) y mayo, cuando se celebra el evento. Mucha reflexión es necesaria en la organización.
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El papel del Giro
Tras esta durísima edición, casi más para el espectador que para el ciclista, cabe preguntarse cuál debe ser el rol del Giro de Italia en el futuro. Las grandes figuras, con excepciones puntuales, se dejan caer sólo a golpe de talonario. Al mismo tiempo, la organización diseña menús descafeinados que alejan la imagen del Giro de lo que fue. No hay italianos dominantes, al menos en la actualidad, y la Corsa Rosa ha pasado a ser la tercera grande en importancia de forma clara. Revertir esa situación es complicado, pero se debe debatir si las fechas, los recorridos, el formato de selección de equipos y la actitud del pelotón y la organización en los conflictos son los adecuados. Mientras tanto, año tras año el Giro pierde adeptos e imagen de gran carrera. Una lástima.
Nacido en Madrid el 2 de abril de 1986, Jorge Matesanz ha pasado por ser fundador y director de proyectos como Revista Desde la Cuneta, Tourmalet Magazine o High Cycling, además de colaborar en otros proyectos como Palco Deportivo, Plataforma Recorridos Ciclistas o Con el Plato Pequeño. Tras más de 15 años dentro del mundo del ciclismo, llega el momento de fundar Le Puncheur junto a Sergio Yustos y seguir acercando artículos de opinión, casi siempre sobre ciclismo profesional.
Hola Jorge,
De acuerdo con tus conclusiones.
Quiero profundizar un poco en lo referente a los españoles y a Movistar.
Tienes razón…cuando se tiene un diamante, Pelayo lo es, no hay que desaprovecharlo y ponerle a hacer “labores sucias”. Movistar siempre quiere poner el talento y el compromiso individual a favor del líder…esté bien o no ese líder, haya dejado dudas o no ese líder…o incluso cuando has ganado brillantemente una etapa batiendo al mismísimo Alaphilippe en el sprint.
Movistar tiene un serio problema en cuanto a mantener el balance entre “ aprovechar el talento individual y dar libertad al individuo” vs “trabajar para y tener compromiso con el líder sea como sea”. Con Movistar la balanza siempre se inclina hacia lo último; son muy, muy conservadores y lo peor es que la visión que Movistar tiene de si mismo no se corresponde con la realidad. Lo vemos una y otra vez. Ocurre tantas veces que nadie en el panorama internacional del ciclismo entiende nada de la táctica de Movistar en carrera. Como la etapa en la que le dijeron a Pelayo de atacar y esperar a Rubio o Quintana…..que locura. Movistar fue el hazmerreír !
Por qué se llevó a Cimolai y a Torres para preparar el sprint a Gaviria cuando una y otra vez queda demostrado que Gaviria , por si sólo, sabe colocarse perfectamente. Gaviria no necesita ayuda…cuantas veces no hemos visto a un Movistar haciéndole el “ lead-out” para el sprint a Gaviria y completamente perder de vista a Gaviria ( como por ejemplo en la última etapa).
Pero lo he repetido un millón de veces: Gaviria no está para competir en los sprints en carreras World Tour. Siempre comete los mismos errores: se precipita o llega demasiado tarde. Gaviria está para las carreras de segundo rango. Por lo menos consiguió bastantes puntos UCI pero yo nunca llevaría a Torres y a Cimolai para ayudarle. Nunca ! Eso significa quitarle oportunidades a otros dos ciclistas ó significa que le quitas dos escuderos a líderes que sí se lo merecen (Rubio o Pelayo o el mismísimo Quintana).
Quiero comentar sobre Juan Pedro López. Muy, muy decepcionante aún cuando nos enteramos a través de Laura Taberner que tenía algunas molestias. Quiero dejar claro lo que no me gusta de JuanPe:
Por que va siempre a cola de pelotón? Por qué se obliga siempre a cerrar huecos y desperdiciar energías? Le aconsejaría un científico para que le calculase la enorme cantidad de energía que gasta en cada etapa y así le abriera los ojos. Aparte del argumento de la energía está también el argumento de la táctica. Siempre que haya cortes le toca trabajar para cerrar también esos huecos. Juanpe: por ser bajito no hace falta adoptar siempre la táctica de Calimero !
No sé yo si lo de Juanpe son las carreras de tres semanas. Creo que motor siempre le va a faltar ( lo digo por las 3 semanas y por las contrarrelojes donde siempre va a fallar). Quizá mejor focalizarse en pruebas de una semana y donde bastante menos gente llega para despuntar.
Quizá los 10 días en la maglia rosa de hace dos años le han engañado…
Cuantas ganas tengo de que llegue el TdF….
Un saludo,
Paco Avila