De campeón a seleccionador: el futuro de Alejandro Valverde

Esta semana se ha conocido una noticia que, aunque aún no es oficial, ya está dando mucho de qué hablar: Alejandro Valverde podría convertirse en el nuevo seleccionador nacional de ciclismo (lo adelantaba AS en esta noticia), superando en las preferencias a Óscar Freire. Este cambio vendría tras la salida de Pascual Momparler, quien parece haber decidido dejar el cargo después de una etapa que, en términos de resultados, no ha sido demasiado fructífera, ya que no se consiguió ningún Top 5 en campeonatos importantes durante su gestión.

Algunos argumentan que el bajo rendimiento estuvo condicionado por las circunstancias, señalando que, tras una generación dorada, España entró en una fase menos exitosa con corredores distintos. Sin embargo, bajo el mando de Momparler hubo figuras de renombre como un todavía competitivo Alejandro Valverde, Luis León Sánchez, Mikel Landa, Enric Mas, Iván García Cortina, Ion Izagirre, Álex Aranburu y otros destacados ciclistas. Además, estuvo Pello Bilbao, quien fue en muchos momentos el corredor español más en forma del año, pero al que Momparler ignoró en repetidas ocasiones. Cuando finalmente quiso contar con él, ya fuera por las negativas de otros corredores, pareció que era el propio Bilbao quien no estaba dispuesto a ser el segundo plato de nadie. Sin tener un equipo para arrasar, tampoco parecía lógico que los resultados fueran tan mediocres. Más allá de los números, lo que más se criticó fue la falta de actitud proactiva en las carreras, algo que solo cambió este último año, coincidiendo curiosamente con los mejores resultados.

Con el final de la etapa de Momparler, la Federación Española parece haber pensado en Valverde como primera opción, por delante de Óscar Freire. Aunque ambos son leyendas del ciclismo español, su elección genera dudas. Valverde, si bien ha sido un corredor excepcional, no destacó por su capacidad táctica; sus victorias solían venir de ser el más fuerte y de saber reservar fuerzas, más que de estrategias complejas. En un contexto actual, donde las opciones de España pasan por ser valientes y arriesgar tácticamente, esta falta de experiencia como director podría jugar en su contra. Como leí recientemente en un símil futbolístico, que Messi haya sido un gran jugador no significa que vaya a ser un gran entrenador.

Por otro lado, Valverde conoce bien a los corredores actuales, ya que compartió pelotón con ellos hasta hace poco, y ha mantenido vínculos estrechos con el ciclismo profesional desde su retirada. Esto podría ser un punto a su favor a la hora de trabajar con los ciclistas y recibir feedback del entorno. Actualmente, el murciano sigue con su nueva vida tras colgar la bicicleta: además de ser embajador del Movistar Team y competir en carreras de gravel, está en conversaciones con la estructura navarra para continuar colaborando. Sin embargo, este vínculo podría complicarse si finalmente Valverde asume el cargo de seleccionador, aunque la compañía telefónica, que también patrocina a la Selección Española, facilitaría esta dualidad.

Samuel Sánchez, Alejandro Valverde y Óscar Freire – Imagen RFEC

La opción de Óscar Freire tampoco está exenta de incógnitas. Aunque su experiencia como director es incluso menor que la de Valverde, el cántabro tuvo un don especial para ganar en las grandes citas sin ser el más fuerte, gracias a su inteligencia táctica y capacidad para sacar oro de situaciones aparentemente imposibles. Sin embargo, surge la pregunta: ¿ese instinto se puede transmitir, o era algo innato de Freire?

Un aspecto que genera controversia es el requisito de titulación. Valverde tiene el título de nivel 3 nacional, pero aún no ha obtenido la licencia de la UCI, necesaria para ser director en pruebas internacionales. Aunque esto no le impediría ser seleccionador, sí limitaría su margen de acción en otras facetas. El murciano estaba previsto para asistir a la última convocatoria de la UCI en Suiza, pero una enfermedad se lo impidió, por lo que no podrá obtener esta licencia hasta noviembre de 2025, salvo cambio en el calendario.

Más allá de quién sea el próximo seleccionador, hay un problema estructural que persiste en el ciclismo español: la mentalidad que se inculca a los corredores. Una cultura demasiado enfocada en las grandes vueltas ha llevado a subestimar otras carreras importantes. Ejemplos recientes no faltan, como el de Oier Lazkano, quien tras destacar en etapas de montaña este año ya se veía encaminado hacia el perfil de «nuevo Indurain».

Deseamos toda la suerte del mundo a Alejandro Valverde, si finalmente es él quien asume el cargo. Aunque personalmente no sea mi opción favorita, no puedo dejar de admirar al murciano, como también admiro a Freire. ¡Ojalá esta nueva etapa traiga los éxitos que tanto necesita el ciclismo español!

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