Mononucleosis, el virus más temido del pelotón

Siempre escuché hablar a compañeros sobre la mononucleosis o enfermedad del beso, pero no ha sido hasta este año, cuando más de un pupilo la ha padecido, que he tratado de aprender sobre este temido virus.

La mononucleosis es una enfermedad viral causada comúnmente por el virus de Epstein-Barr, y su impacto en los deportistas, especialmente ciclistas, puede ser significativo debido a los síntomas prolongados y la debilidad que puede causar. A día de hoy sigue habiendo un gran desconocimiento sobre ella, y es que a ningún ciclista le afecta por igual.

A la cabeza me viene Mark Cavendish en el año 2017, cuando le bajó de la bici por un buen tiempo, llevándolo incluso a pasar una depresión, como pudimos ver en su documental de Netflix. También me viene a la mente la perla Beñat Intxausti. A este le costó su carrera ciclista: estaba en su mejor momento después de vestir la maglia rosa en el Giro de Italia y fichar por el poderoso Team Sky, pero nunca volvió a ser el mismo. Recuerdo coincidir en carreras con él en 2019, durante su último año, y asombrarme de verlo sufrir tanto.

Esta enfermedad no afecta a todos por igual, incluso hay quien la pasa y no lo sabe, notando tan solo una bajada de rendimiento puntual. Sin embargo, no todos tienen esa “suerte”. Fatiga extrema, fiebre, dolor de garganta, ganglios linfáticos inflamados, dolores musculares y articulares, así como el aumento del tamaño del bazo, son síntomas que pueden durar semanas o incluso meses, afectando significativamente la capacidad de entrenar y competir.

¿Cómo se recupera un ciclista de esto?

  1. Descanso absoluto
    • Es fundamental evitar actividades físicas hasta que los síntomas principales hayan desaparecido y el médico lo autorice.
    • El tiempo de recuperación puede variar entre 2-4 semanas en casos leves, y hasta varios meses en casos severos.
  2. Evaluación médica
    • Análisis de sangre para evaluar el estado general del sistema inmunológico.
  3. Reincorporación progresiva al entrenamiento
    • Una vez recuperado, el regreso al entrenamiento debe ser gradual, con un enfoque inicial en ejercicios de baja intensidad.
    • Ajuste de cargas de entrenamiento según la respuesta del cuerpo.

Este último punto es el más difícil de gestionar. Las prisas pueden empeorar los síntomas y ralentizar la recuperación. Aquí está el gran desconocimiento sobre este virus. Observo cómo, dando negativo en el análisis y cuando parece que ya estás recuperado y confiado, de un día para otro el corredor se enferma nuevamente. Hay que ser realmente paciente, individualizar al máximo, ajustar las cargas diariamente, escuchar al ciclista y apoyarle en todo.

¿Cómo se puede prevenir?

El ciclista en forma está muy fino y tiene que cuidarse como si de una persona enferma se tratase. El estado inmunológico, debido a la carga de entrenamiento, puede estar más débil, y esto puede traerle un mayor riesgo de contraer infecciones, incluyendo la mononucleosis.

Normalmente se transmite por la saliva, por lo tanto:

  • Evitar compartir bidones o barritas con los compañeros de la grupeta.
  • Cambiar los bidones con frecuencia y no dejarlos meses en la bicicleta.
  • Meterlos en el lavavajillas regularmente.
  • Mantener una dieta equilibrada.

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