La edición de 1974 de la Vuelta a España fue una de gran nivel, ya que contaba con el pódium completo del Tour de Francia de 1973: Ocaña, Thevenet y Fuente. Sin embargo, el último ganador, Eddy Merckx, no participó, ya que esa temporada tenía previsto correr el Giro y el Tour.
El pique entre Fuente y Ocaña, manifestado durante el anterior Tour (donde al Tarangu le costó no ganar etapas, ceder el maillot de la montaña y quizás perder el segundo puesto con Thevenet) y posteriormente en los mundiales de Montjuich, fue otro atractivo. En estos mundiales, Ocaña logró el bronce en uno de los mejores campeonatos de siempre, mientras que Fuente se negó a ir de suplente, tras semanas de controversia en las que ambos ciclistas declararon públicamente que no querían compartir selección.
Otro reto interesante para esta Vuelta era que Luis Ocaña, quizás crecido por su incontestable victoria en el Tour 73 y su gran actuación en el mundial, tenía la intención de correr las tres grandes vueltas en 1974 (aunque finalmente, debido a enfermedades y problemas varios, solo disputó la Vuelta).
El recorrido de la Vuelta 74 consistía en etapas relativamente cortas, concentrando la parte más importante en la segunda mitad, especialmente en Asturias (tierra natal de Fuente) y el País Vasco (de donde era su compañero y rival en el Kas, Miguel Mari Lasa).
La primera parte de la Vuelta transcurrió sin sobresaltos, con etapas al sprint y exhibiciones de poderío del líder Perurena, del equipo Kas de Fuente y Lasa. Eso sí, las condiciones meteorológicas fueron bastante duras. La verdadera competición comenzó en la contrarreloj por equipos del Jarama, donde el equipo Casera quedó muy mermado por una caída.
Fuente se colocó de líder tras la contrarreloj de 5 km a los Ángeles de San Rafael, un resultado provocado por la etapa anterior con llegada idéntica y previo paso por Morcuera, Cotos y el alto de los Leones. En una etapa de tanteo, Fuente dejó a todos sus rivales en la última subida, llegando en solitario a meta con más de 30 segundos de ventaja. Ocaña no pudo aguantarle y no parecía en su mejor forma.
Tras dos etapas de transición, la carrera llegó a Asturias con una etapa al Naranco, pasando previamente por Pajares (no puntuable), Padrún y San Esteban de las Cruces. Fue una etapa corta de 128 km que pasaría a la historia por su intensidad. En esta etapa, una fuga con Lasa y Agostinho puso el picante, con una ventaja que llegó a ser de 4 minutos sobre el grupo de Fuente, lo que suponía el liderato para Lasa y metía de lleno a Agostinho en la pelea, dejando a Fuente en desventaja. Vélez, director del Kas, ordenó parar a compañeros del Kas en la fuga para ayudar a enlazar a un Fuente que, tras coronar Pajares, se lanzó en plan kamikaze en el descenso y logró enlazar. Ocaña, que había quedado atrás, también logró alcanzar al grupo.
El momento decisivo llegó en San Esteban de las Cruces, donde Fuente atacó y dejó atrás a Ocaña. Lasa y luego el otro asturiano del Kas, Menéndez, se marcharon hacia Oviedo, con la afición rendida. En la última subida, Lasa y Menéndez no pudieron con el ritmo del Tarangu, que se marchó en solitario.
La subida al Naranco fue una locura, con Fuente escapándose de su compañero Lasa y toda la afición asturiana enloquecida con el Tarangu. Luis Ocaña, que tuvo que realizar una dura subida entre insultos, llegó a meta con la pierna izquierda en alto, dando a entender que había ganado «con una pierna». Este gesto añadió picante y polémica a una etapa que ya era controvertida, ya que en el Kas, Lasa sentía que no lo estaban tratando igual que a Fuente y que no le estaban dejando luchar por la Vuelta.
Fuente declaró a los periodistas que necesitaba sacar tiempo ya que en la contrarreloj final Ocaña era mejor y le recuperaría tiempo. Sobre su gesto de la pierna, Fuente comentó que era un agradecimiento a su doctor, quien le había ayudado con unas varices el otoño anterior.
Tras esta etapa, Fuente condenó los abucheos e insultos a Ocaña (como «perro francés» y otros más ofensivos) y habló con Ocaña antes de la salida del día siguiente. Parecía que la paz estaba sellada, aunque la rivalidad continuaba. Thevenet abandonó la carrera tras una caída el día anterior y durante esta etapa también lo hizo su compañero en el Peugeot, Delisle, también por una caída.
La Vuelta parecía decidida, pero en el camino a Cangas de Onís, Ocaña atacó en el Fito aprovechando un problema mecánico de Fuente. Fuente remontó y llegó a meta en solitario junto a su «nuevo» rival, el portugués Agostinho, compañero de Ocaña, que ganó la etapa.
Después de dos etapas de tanteo, la Vuelta entró en el País Vasco, terreno de Lasa. Primero saliendo de Bilbao y llegando a Miranda de Ebro, pasando por Orduña, donde Ocaña intentó un ataque similar al del año anterior (cuando hizo ceder a Merckx), pero sin éxito esta vez. La etapa fue ganada por Tamames. Al día siguiente, en Arrate, Fuente pudo haber consolidado la general, pero una caída en el descenso de Elgueta le hizo perder fuerzas y llegar a meta cediendo algo de tiempo con Lasa, Ocaña y Agostinho. La impactante imagen del Tarangu con la cara ensangrentada durante la dura ascensión a Arrate conmovió a los aficionados vascos, que, enfadados por el «ninguneo» a su paisano Lasa, inicialmente se prestaban a abuchearle, pero no pudieron menos que aplaudir su valentía. En la cima de Arrate, Tamames logró su segunda victoria consecutiva.
La Vuelta se complicó y quedaba el último día, con doble sector, siendo el segundo una larga contrarreloj de 36 km con llegada al velódromo de Anoeta en San Sebastián. Se afrontó la contrarreloj con Fuente como líder, con Lasa, Agostinho y Ocaña (a 1´32”, 2´35” y 3´12” respectivamente del liderato) con posibilidades de arrebatarle el maillot. Fuente estaba tocado del día anterior (como era habitual en él, esa noche las malas lenguas cuentan que, muy nervioso, estuvo fumando cigarrillo tras cigarrillo) y no era un buen contrarrelojista.
Llegó al velódromo Ocaña, y Agostinho rompió el crono, sacando más de un minuto a Ocaña y haciendo enmudecer Anoeta. La Vuelta parecía perdida cuando, de repente, apareció Fuente, quien al llegar al velódromo y escuchar el silencio pensó que todo estaba perdido. Cruzó la línea de meta entre confusión, algo de polémica y con 11 segundos de margen, los suficientes para ganar la Vuelta, la de menor diferencia hasta que 10 años después Caritoux le ganara a Alberto Fernández por un margen aún menor, de 6 segundos.
Fuente declaró que sin la sana rivalidad con su compañero Lasa, la victoria no habría sido posible, haciendo enloquecer a la afición vasca, que por momentos había visto la Vuelta camino de Portugal.
Han pasado 50 años desde aquella Vuelta, la segunda victoria de Fuente y la explosión asturiana en el Naranco. 50 años de recuerdos con Fuente, Ocaña y Agostinho, quienes hace mucho que nos dejaron… Sin embargo, sus gestas y su legado permanecerán siempre, como aquella lejana e inolvidable Vuelta.
De Sevilla, Pedro García Redondo es una auténtica referencia en cuanto a historia del ciclismo se refiere. Una auténtica enciclopedia de la historia ciclista, es toda una autoridad en la materia, siendo uno de los historiadores de ciclismo más certeros y respetados. Ahora dirige la sección histórica en Le Puncheur, además de escribir artículos que nos hacen viajar a épocas pasadas y revivir las gestas de ciclistas que ya no están en activo.