Pello Bilbao y Alex Aranburu: el éxito de dos incomprendidos




Mientras transcurría el Tour de Suiza y las disputas amistosas o enemistadas entre Yates y Almeida, única comidilla real de la carrera, el fin de semana ofrecía alegrías para el ciclismo español. Pello Bilbao levantaba los brazos en el cada vez menos exótico Tour de Eslovenia y Alex Aranburu hacía lo propio en el Baloise Belgium Tour (la Vuelta a Bélgica, vamos). Ambos vascos, dos grandes talentos del ciclismo del entretiempo (entre la montaña y el llano) y con más méritos y cualidades que el aficionado medio y sus propios equipos han reconocido a lo largo de estos años en el candelero.

Bilbao ha vivido a la sombra de Landa u otros líderes que eclipsaban sus opciones. Y es que el ciclista del Bahrain Victorious es capaz de finalizar en el top ten de un Tour de Francia como de resolver una fuga, como pelear por una clásica o por una vuelta de una semana. Esa versatilidad que le da ser un 8 en todo y un 10 en nada le ha permitido vivir escondido del favoritismo, de sonar en la cabeza de cartel de las participaciones, más proclives a coronar al ciclista famoso de moda. Él, Pello, ha ido haciéndose un hueco en el estrellato, y los corredores que comparten pelotón con él, que no son tontos, ya saben de su calidad y de que debe ser tenido en cuenta para prácticamente todo.

Ahora que Landa emigró de Bahrain y que los líderes del equipo parecen venir a menos (a excepción de Buitrago, quizás), es su momento. Veterano, hecho y buscando horizontes donde brillar y probar que está más que listo para la gran cita del año: el Tour.

Por su parte, Aranburu vence y convence en Bélgica. Sí, no es la Dauphiné ni ninguna prueba con los mejores ciclistas del panorama internacional. Pero vence. Y ante rivales nada fáciles como Philipsen, local y gran favorito, Stuyven, Asgreen… Ciclistas que perfectamente podrían haberle levantado la victoria o haberle tapado el túnel hacia la gloria y nadie hubiese mentado apenas palabra. El caso es que el de Movistar sacó su clase, sumó su séptima victoria como profesional y añadió Bélgica al catálogo de países en los que lograr la victoria tras España y Francia.

Bilbao sí que tiene un currículum más extenso, si bien no se cuestiona su continuidad en el Bahrain, donde es una de las referencias. La de Aranburu tampoco se cuestiona, más que nada porque se da por hecho que se marcha de Movistar. Victoria que vendrá muy bien a sus representantes para encontrarle el destino más adecuado. Suena para Arkéa B&B, para algún otro conjunto francés, pero para quien no suena es para Movistar. Las dudas vienen ahora con su participación o no en el Tour. No está precisamente el conjunto español sobrado de efectivos tan efectivos (valga la redundancia) como para permitirse el lujo de dejar a Aranburu en casa.

Estos éxitos, ensalzan una vez mas la clase media-alta del ciclismo nacional, a la espera de ver que acontece en el Tour con los Enric Mas, Mikel Landa, Juan Ayuso o Carlos Rodríguez de turno. Ellos, teóricos puntas de lanza de nuestro ciclismo, tendrán que seguir demostrando que son merecedores de este «título» en las carreteras francesas en tan solo 12 días.

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