La retirada de una leyenda: Nino Schurter

Ha habido últimamente una noticia que, debido a su importancia, en mi opinión ha pasado bastante desapercibida. Y eso dice muy poco del lugar que ocupa actualmente el MTB en el panorama ciclista global. Es curioso que el crecimiento del MTB a nivel popular —en marchas, pruebas de aficionados y eventos de masas— no se haya traducido en un mayor seguimiento a nivel profesional. Las estadísticas de Le Puncheur lo confirman: las publicaciones sobre competición de MTB apenas tienen visitas, mientras que las relacionadas con marchas o cicloturismo están entre las más leídas.

Pero creo que esta noticia merece que nos detengamos un momento: se retira el mejor biker de todos los tiempos, con el permiso de Julien Absalon. El palmarés de Nino Schurter es sencillamente inalcanzable: 9 generales de la Copa del Mundo, 36 victorias parciales (récord absoluto), 10 veces campeón del mundo, 9 veces campeón de Europa, medallista olímpico, además de victorias en la Cape Epic, prueba que seguirá corriendo por el momento. Una carrera legendaria que no solo se mide en números.

Porque creo que no se está siendo del todo justo: no se va solo un campeón, se va alguien especial. Nino cambió la forma de entender el MTB y fue capaz de competir contra los más grandes de varias generaciones: Absalon, Kulhavy, Koretzky, Flückiger, Van der Poel o Pidcock. Estos dos últimos, con egos y talentos descomunales, han declarado públicamente su admiración por el suizo. Si Pidcock dice que le admira, imaginad lo que significa.

Desde júnior ya era una promesa, pero además de ser extremadamente exitoso, fue un corredor disruptivo. Técnicamente, quizá solo Pidcock pueda compararse con él. Y en lo que respecta al material, marcó tendencia: ganó con ruedas de 27,5” cuando todos migraban a las de 29”, fue de los primeros en popularizar neumáticos anchos a baja presión, adoptó sin complejos los cambios inalámbricos y, sin duda, ha sido uno de los mejores testers de bicicletas del pelotón. Scott le debe mucho, en especial por el desarrollo y el éxito de la Spark con suspensión integrada, una referencia en el mercado.

Nino Schurter - KaleyKatelin

El circuito se queda huérfano de una leyenda. Y, seamos sinceros, salvo que Van der Poel o Pidcock decidan dedicarse al MTB con continuidad, Nino es insustituible. El inglés, al menos, se lo toma más en serio y, cuando corre, gana. Lo de Van der Poel es distinto: un cúmulo de improvisaciones que no hacen justicia al nivel que tuvo en MTB. Ahí lo tenemos, corriendo en carretera hasta tres días antes de Les Gets, con apenas dos entrenamientos en montaña antes de la carrera. Confía en su calidad innata, pero ya ha demostrado que no basta. Ellos podrían elevar el MTB a otro nivel, pero en sus prioridades siempre está al fondo de la lista.

Mi esperanza está en Martin Vidaurre. Tiene el carisma, el talento y esa sensación de que el MTB le corre por las venas. Ya ha mostrado lo mejor… y también lo peor, pero tiene ese magnetismo que engancha. Para mí, es el llamado a ocupar el trono de Nino. Un trono que, curiosamente, sigue perteneciendo al suizo incluso cuando ya no es el dominador de hace años, simplemente porque se ha ganado el respeto eterno.

De momento, nos quedan dos carreras para disfrutar del eterno Nino: el Mundial de Crans-Montana y Lenzerheide, su carrera preferida. ¿A que sería bonito que se retirase siendo campeón mundial?

Y, por si alguien quiere ver más de cerca la figura de Schurter, recomiendo su canal de YouTube. En dicho canal comparte experiencias, entrenamientos y reflexiones sobre el MTB:
👉 https://www.youtube.com/@nino.schurter

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