Dicen que la experiencia es un grado, así que después de haber pasado por ser ciclista aficionado, profesional y ahora como ciclocurrante, considero que puedo aportar algunos consejos basados en mis propias experiencias. Como cualquier ciclista he cometido las típicas “cagadas”, como no descansar lo suficiente, no periodizar correctamente el enteramiento y la nutrición, meter demasiada carga en el gimnasio, etc.
Afortunadamente hoy en día hay muchísima información al respecto, pero a veces la infoxicación provoca demasiadas turbulencias que pueden llegar a corromper la verdadera esencia de este deporte. Considero que un ciclocurrante ya tiene bastantes cosas en la cabeza como para llenársela de complejidades para poder disfrutar de su pasión, los vatios y sus métricas, dietas cetogénicas, ayunos intermitentes, suplementos, etcétera.
Son la guinda del pastel en la planificación de una temporada, pero no olvidemos que hacer bien lo básico es lo más importante. Este deporte es demasiado duro como para no amarlo, así que al margen de los estereotipos potenciados por el postureo en las redes sociales en los últimos años piensa qué es lo que te hace pedalear, qué te aporta este deporte, y, a partir de ahí, planifica objetivos si los necesitas dentro de tu contexto, familiar, laboral, etc.
Para unos será salir a descubrir rutas con sus colegas y para otros disputar unos campeonatos nacionales, pero procura que sean realistas, tarde o temprano la carretera o el camino nos pone a cada uno en nuestro sitio. Para disfrutar necesitaremos un mínimo de preparación que desarrollarás sobre todo en los meses de pretemporada, como le digo a mis ciclistas: los buenos guisos se hacen a fuego lento, así que intentaré sintetizar qué ingredientes considero imprescindibles:
• Una buena adaptación cardiovascular, para ello es imprescindible los típicos rodajes extensivos incrementando las intensidades a medida que nuestro cuerpo lo pida. Saber ir lento cuando toca hará que puedas ir rápido cuando quieras.
• La fuerza es imprescindible, se puede trabajar con tu propio peso, ejercicios funcionales, calistenia, en gimnasio y, por supuesto, el trabajo de toque encima de la bicicleta. Hay infinidad de maneras de hacerlo y hay que ser constantes y mantenerlos durante toda la temporada.
• La progresión de las cargas y el descanso ya sabemos que son claves. Pero nos seguimos apretando más de la cuenta y entrenando pese a estar cansados, lo cual va a impedir que nuestro cuerpo asimile las adaptaciones del estrés provocado por el entrenamiento. Así que, como les digo a mis deportistas, en caso de duda utiliza el comodín del descanso y seguro que acertarás.
• Aprende a nutrir tu organismo con lo que necesitas, periodiza los micronutrientes y macronutrientes en función de cada periodo de la temporada, disfruta de la comida, al igual que el entrenamiento es un lujo que tenemos que saber valorar.
Y, por supuesto, si te lo puedes permitir, ponte en manos de especialistas que realmente puedan ayudarte y asesorarte: nutricionistas, readaptadores, fisioterapeutas, entrenadores, biomecánicos o psicólogos deportivos. Sin duda, te van a aportar mucho más que el último modelo de cualquiera de los componentes para tu bici.
¡Salud y pedales!
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Foto: @ACampoPhoto