El ciclista vasco de Movistar está viviendo un momento bastante dulce en la recta final del año 2023. Aranburu ha acumulado algunos buenos resultados tanto en Canadá como en Luxemburgo. La victoria se sigue resistiendo, pero el de Movistar ha rozado la gesta, lo que al menos le ha servido para reivindicarse. Ante ciclistas de calidad, Alex se ha acercado al nivel que todos le suponemos y le hemos visto en la época en la que vestía con los colores del Astana. Aún con todo, 2023 ha superado con creces a 2022.
Año en el que se quedó fuera del Tour o de la Itzulia, aunque no de la victoria, con la general del Tour de Limousin como gran trofeo hasta la fecha de su paso por el equipo telefónico. Es lo que le ha faltado en este 2023 que llega a su fin, levantar los brazos. No ha sido posible, pero las sensaciones han sido mucho mejores, con una gran participación en la Vuelta a la Comunidad Valenciana, el Nacional Español, el Tour de Alemania o el Tour de Luxemburgo. En esta última el balón rozó el poste, si bien sus mejores sensaciones han tenido lugar en las clásicas canadienses, con un 4º y un 3º puesto como botín.
Han faltado esos puntos de fuerza en determinados momentos, pero al menos ha estado ahí, que era lo que echábamos en falta y lo mínimo exigible a un ciclista de este calibre. A ver si este final de año le sirve para coger confianza y progresar de cara a un 2024 que se presume importante por tener por delante retos como la renovación de su contrato en las filas del equipo español. Pedirán lo máximo de un hombre como este, rápido y con capacidad para rematar la faena en meta. Con la ausencia de grandes fichajes, el papel de Aranburu se torna importantísimo en busca de los dichosos puntos.
Una lástima que el equipo no permitiese su participación en el Campeonato de Europa, porque tenía una oportunidad clara de liderar al equipo español. La política de búsqueda de puntos para el Movistar llevó a la dirección del equipo a no permitir la convocatoria con la Selección y, por tanto, el provecho de una oportunidad muy interesante. En el Mundial de Glasgow ya fue el primer clasificado del grupo (19º) y de los pocos (dos) que pudieron finalizar. De nuevo, perdiendo ocasiones para desarrollarse individualmente en favor de su casa comercial. Entendible hasta cierto punto.
Pensar en su 2024 es pensar conjuntamente con el interés del Movistar, que estará más en que busque resultados en escenarios donde sacar provecho en forma de puntos. Visto que en las grandes clásicas su papel es en estos momentos bastante secundario, será en estas carreras de segundo orden donde podrá tener su protagonismo. Si es además un momento de final de temporada donde los rivales estén ya más cansados y pensando más en desconectar de cara al próximo ejercicio, más efectividad, seguro. Se trata de asegurar la salvación.
Lo que debe aumentar un poco es su palmarés. Continúa con las seis victorias, una cifra bastante escasa para un hombre de esta calidad y punta de velocidad. Sólo dos se han producido con el maillot de su actual equipo, y ya son dos años completos los que ha cumplido, lo que ya da para hacerse una idea y pensar en balances, que no han sido hasta la fecha positivos. Pero siempre se está a tiempo de revertir la situación, más si continúa el buen momento que parece atravesar Alex Aranburu.
Fotos: Getty Sport / Movistar