Lotte Kopecky, campeona del mundo en #Glasgow2023

Si pensamos en Bélgica como una potencia sideral en el mundo del ciclismo, hacemos bien, porque lo es, y no sólo del ciclismo profesional. Carreteras para bicis entre ciudades, vías de comunicación, cuidado de caminos utilizados para el transporte por este medio, infraestructuras, mentalidad y voluntad. Cultura al fin y al cabo. Lotte Kopecky se proclama a sí misma campeona del mundo, levanta los brazos en la recta final y hace su 1,70 parecer 1,90 de lo grande que está llegando a ser esta ciclista. Hace un par de semanas subía al cajón del Tour Femmes como segunda clasificada para ratificar el dominio del SD Worx, equipo al que pertenece la nueva portadora del maillot arco iris.

Tercer oro para una corredora que fue la más fuerte y como tal se terminó imponiendo pese a la insistencia de la danesa Ludwig (tercera en meta) y la oposición leve de Demi Vollering, quien quedó a siete segundos del oro. La campeona del Tour ha constatado el dominio de este equipo allá donde ha corrido, incluso cuando no han lucido el mismo maillot. Habrá quien especule con que la holandesa no pisó el acelerador para arrebatarle el premio a su compañera de equipo, pero eso en un duelo Países Bajos – Bélgica no se puede decir en alto.

Desde aquella polémica forma de resolver la Strade Bianche parece que Vollering es más cuidadosa en permitir a Kopecky su espacio. Reusser fue cuarta, para rematar el dominio del equipo holandés. Cualquiera de ellas podría haber firmado la victoria, pero nadie lo merecía más que Lotte, quien ha tenido un año bien difícil en lo personal. La luz se impone y la sonrisa también en su rostro. Una corredora que es mucho más que eso. Con el título de élite femenino, la belga se lleva tres oros de su presencia en Glasgow. Motivos para celebrar, motivos para ilusionar.

Quién dice que con un Tour naciendo en Países Bajos en 2024 y con la alta montaña lejos de su alcance no termina teniendo a Kopecky como firme candidata al maillot amarillo. Bélgica recuperaría el pulso ante sus vecinos, los grandes dominadores históricos del ciclismo femenino, acentuado más que nunca en las últimas dos décadas. Este campeonato resucita un oro para Bélgica que ha tardado 50 años en regresar. Las tornas han cambiado, con un holandés campeón del mundo en la versión masculina y una belga en la femenina.

Quedan competiciones por venir y será un gustazo ver a una ciclista tan competitiva, tan pura en su pasión por el ciclismo vestida con el arco iris, distinguida entre todas las ciclistas del pelotón. El relevo de Van Vleuten, quien entró entre las diez primeras, pero lejos de la pelea. Su última prueba corrobora que es un buen momento para poner punto y final a la leyenda. Justo detrás finalizó Mavi García, décima y primera de las dos ciclistas españolas capaces de finalizar la prueba. Sandra Alonso terminó muy lejos, perdida en la clasificación.

Es justo mencionar a Elise Chabbey, quien intentó dar la sorpresa como la dio en el Tour de Francia. Escapada y reviviendo el espíritu que le dio un oro olímpico en Tokio a la austríaca Anna Kiesenhofer, a quien las favoritas concedieron una ventaja que después fue demasiado para echar abajo. Las suizas están demostrando un paso adelante en este 2023 y terminan el gran meollo de la temporada como una de las naciones sorpresa. Pero el año tiene unas vencedoras claras, que son las de SD Worx. Es difícil recordar una carrera de máximo nivel en la que no hayan dominado. Una tiranía a analizar.

Foto: UCI