Aurélien y Valentin, la bonita evolución de los Paret-Peintre

Zipi y Zape, Simon y Garfunkel, Lock y Key, Andy y Frank, Mortadelo y Filemón, incluso Ramón y Cajal si quieren. Aurélien y Valentin, la saga de los Paret-Peintre que vive en Decathlon-AG2R días de vino y rosas. Poco hedonismo para ser ciclistas, esforzados día tras día en dejar impronta en un deporte donde los hermanos han sido tradición, menos común la coincidencia espaciotemporal de estos dos chicos franceses. Separados por cinco años de edad, ambos comparten aventura en el Giro de Italia, en el que comparten aventuras.

Una de ellas, una fuga a modo de último vagón al que agarrarse tras una intensa carrera desesperada, llevó al menor de los dos, Valentin, a alzar los brazos sobre la línea de meta de la segunda meta más al sur de esta edición de 2024. La casualidad quiso que el pequeño de los hermanos viviera su día de gloria a pocos kilómetros de Lago Laceno, donde Aurélien, el hermano mayor, obtuvo su mejor carta de presentación hasta la fecha en la edición de 2023.

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Tras un tiempo sonando ambos como futuribles para las tertulias y las sobremesas con ciclismo encendido, los cada vez menos jóvenes talentos se han aupado al podio de una grande. Sí, una grande venida a menos en cuanto a participación, con victorias que saben a escapada, que no se han producido en un tête-à-tête, que dirían los franceses, ante los capos. También curioso que Aurélien observase desde el quinto puesto de la etapa el gran día de su hermano. La alegría, inmensa; el valor de la victoria, elevado. Valentin no se lo creía, estrenaba su palmarés nada menos que en el Giro.

Cerca quedaba su hermano, sonriente y feliz por haber completado el puzzle, la foto perfecta y repetida de ambos triunfando en la misma carrera que reposará en el salón de su familia para siempre. El vencedor en Bocca della Selva es más fino, con más tipología de escalador puro. Apenas levanta de los 50 kilos de peso, por los más de 60 de Aurélien. Todos ellos ayudan a Ben O’Connor, un australiano que fantasea con subirse al podio más barato que una grande haya ofrecido en mucho tiempo. La presión en Decathlon será mucho menor gracias a este triunfo.

Tour des Alpes

También a la tranquilidad de tener a estos dos buenos representantes en las escapadas. Porque haber mostrado piernas a esas alturas de la carrera significa que hay contenido y que el continente se dejará ver en más ocasiones. Soñar con otra pica en Flandes es complicado, pero cosas más extrañas se habrán visto en la faz del ciclismo. Paret-Peintre será un apellido a seguir, ahora y en el futuro. Sí, no son las réplicas de Virenque, ni de Jalabert, ni de Hinault o Fignon. Pero esa clase media que sale enriquecida de forma notable es la que se ve mejorada con la presencia de ambos ciclistas, productos clásicos del eterno AG2R que comenzó el siglo formando un equipo y ciclista y hoy recoge los frutos.

Esos granitos de arena aportados por los Paret-Peintre irán fortaleciendo un proyecto ambicioso que quiere estirar su calidad para alcanzar objetivos de gran importancia. Sonaba Aranburu como futurible, con Alaphilippe, pero el presente y el futuro pasan por conservar y potenciar a este tipo de corredores como son los hermanos que hoy dan presencia en el Giro y mañana lo darán, a buen seguro, en el siempre presente Tour de Francia. Aurélien firmó un quinto en Lieja que deja adivinar la idea de su versatilidad. Larga vida a los ciclistas esforzados y presentes en todas las batallas.