Irati Xtrem: Superando límites en los Pirineos


La Irati Xtrem es una marcha cicloturista no competitiva que tiene su punto de partida y llegada en el encantador pueblo de Ochagavía, también conocido como Otsagabia. Este evento, que ya ha celebrado su decimosexta edición, es famoso por su exigente recorrido. Se trata de un total de 128 kilómetros con un desnivel positivo acumulado de 3.800m y ocho puertos de montaña que desafían la resistencia y la tenacidad de los ciclistas.

 

El recorrido de la Irati Xtrem incluye algunos de los picos más duros y conocidos de la región. El puerto de Larrau, sin duda el más famoso de la marcha, nos tocaba subirlo al final de la marcha. Larrau cuenta con un tramo cronometrado, pero la cronometrada es a nivel individual y no se publica en ningún sitio. La organización solo envía el tiempo a cada participante para que conozca su desempeño. No obstante, esta quizá no sea la subida mas dura, ya que hay un pequeño coloso escondido y es que muchos ciclistas encuentran el puerto de Errozate aún más desafiante. Errozate, aunque sea menos conocido, es brutalmente duro, con pendientes que no bajan del 11% durante varios kilómetros, rompiendo el ritmo y la energía de los ciclistas.

La marcha comienza de manera suave, no como otras cicloturistas que inician a gran velocidad. La salida es especialmente destacable porque participan niños en lo que se llama la «Irati Txiki», un recorrido de unos dos kilómetros en bajada desde Ochagavía hacia Ezcaroz, un pueblo cercano. Este inicio tranquilo, con los niños animando a los ciclistas al lado de la carretera, crea un ambiente festivo y motivador.

Sin embargo, la verdadera dureza de la Irati Xtrem comienza alrededor del kilómetro 34, con el conocido «muro». Este es un tramo de 750 metros de rampa de hormigón con una pendiente media del 15% y picos de hasta el 26%. Este punto marca el inicio de las secciones más desafiantes de la marcha, entrando de lleno en la Selva de Irati.

El recorrido a partir de aquí es espectacular, con subidas y bajadas muy técnicas que hacen honor al nombre de la marcha. La Selva de Irati, con sus verdes hayedos y sus estrechas y sinuosas carreteras de montaña, ofrece un paisaje impresionante que acompaña a los ciclistas durante todo el recorrido. Las vistas son asombrosas, con tramos entre montañas vírgenes y sin apenas tráfico, haciendo del esfuerzo físico una experiencia mágica.

El día de la marcha suele acompañar bastante en cuanto a condiciones climáticas. En la edición más reciente, la ausencia de lluvia y sol excesivo permitió a los ciclistas evitar un calor extremo, cosa que habría incrementado la dificultad y dureza de la prueba.

Como decíamos anteriormente, los puertos de Errozate y Larrau son memorables. Errozate, con sus rampones, es un desafío que rompe el ritmo y te lleva casi hasta la extenuación. Después de coronar Errozate, los participantes aún deben enfrentarse a varios puertos más, incluyendo Surzai Lepoa, Bagargi y Col d’Orgambide. Estos puertos se podrían considerar más suaves, pero sus tramos son engañosos con pendientes que llegan hasta el 12-13% y algunos descansos en descenso hacen que sigan siendo duros.

Finalmente, el puerto de Larrau se enfrenta cuando los ciclistas ya están exhaustos. Con unos 15 kilómetros de subida, incluyendo una primera parte durísima, un descanso de tres kilómetros, y luego dos kilómetros finales muy exigentes, Larrau se convierte en una prueba de resistencia total. La recompensa llega con los últimos 18 kilómetros de bajada hacia Ochagavía, por una carretera recién asfaltada y con vistas impresionantes, que permite a los ciclistas terminar la marcha de manera más relajada.

Los organizadores se aseguran de que los ciclistas estén bien atendidos en todo momento, con avituallamientos completos y puntos de agua adicionales a lo largo del recorrido. Además, hay autobuses disponibles para aquellos que necesiten abandonar la marcha, ubicados estratégicamente después de los tramos más duros, como al finalizar la bajada de Errozate y antes de comenzar la subida a Larrau. Esta medida demuestra la buena previsión de la organización ante la dureza del recorrido.

La marcha transcurre entre España y Francia, con gran parte del recorrido en territorio español, pero con los tramos más duros en Francia. La Selva de Irati es un lugar espectacular, con su paisaje verde, sus altas montañas de las cuales no alcanzas a ver el final y su fauna mas autóctona con vacas y caballos que se cruzan por mitad del recorrido, ofreciendo una experiencia ciclista única e inolvidable.

Al finalizar la marcha, Ochagavía recibe a los ciclistas con un merecido aperitivo, permitiendo a los participantes recuperar fuerzas después de un día de intenso esfuerzo. La camaradería y el buen rollo hacen que la meta tenga un ambiente festivo y convierten la Irati Xtrem en una experiencia que muchos desean repetir, a pesar de su dureza.

La Irati Xtrem es más que una prueba de resistencia; es una celebración del ciclismo en uno de los entornos naturales más bellos y desafiantes de España. Con cada edición, sigue ganando adeptos que buscan desafiarse a sí mismos y disfrutar de un recorrido único. La fecha para la próxima edición ya está marcada, prometiendo otra jornada épica para todos los participantes.

 

A continuación os dejamos el video sobre lo que fue nuestra participación en la Irati Xtrem: