El sueño de ser ciclista profesional (I): de Nhacra a Vigo

¿Qué tienen en común Quedutar Cul Ialá y Samuel González Carrera? Aunque con más de 4.500 kilómetros de distancia, ambos nacieron en 1997 y, con apenas 21 años, aparecieron en enero de 2019 en la página web de la Unión Ciclista Internacional como miembros de un equipo de carretera con sede en Galicia: “Onde vai!

Empecemos por Quedutar Cul Ialá, quien nació en Nhacra, una zona rural a 20 kilómetros de la capital de Guinea Bissau, un país de África Occidental con apenas dos millones de habitantes y que fue colonia portuguesa hasta 1974. Quedutar tuvo hijos muy joven y abandonó sus estudios durante la Secundaria para centrarse en su trabajo en el campo. Por físico, Quedutar tenía más opciones de dedicarse a la lucha libre, como su paisano, el campeón africano y abanderado olímpico Augusto Midana, al que admira. Sin embargo, Quedutar empezó a utilizar una vieja bicicleta de su familia y se inscribió en carreras de la zona. Entre sus rivales más duros cabe citar al referente nacional Carolino Carlos Medina, alias «Cinco», veteranísimo pero todavía en activo, nacido 1966 y cofundador de la Associação de Ciclismo Desportivo en 1987. 

Quedutar en el Campeonato Africano de Ciclismo en Pista (Casablanca, 2018)

Quedutar fue mejorando su preparación y logró ganar seis de esas pruebas locales organizadas desde 2016 por la renacida Federação de ciclismo da Guiné-Bissau (FCGB), donde cada cual competía con lo que tenía, ni siquiera todos con bicis de carreras. De este modo, Ialá se ganó el apoyo de la FCGB para acudir a su primera experiencia internacional: el Campeonato Africano de Ciclismo en Pista disputado en Casablanca, en febrero de 2018. El fuerte “hexacampeón” – así se le presentaba – tal vez pudo motivarse con la célebre frase de Julio César: “veni, vidi, vici”, que también suena más clara en gallego: «chegar e encher«. La realidad se impuso a la ilusión: Quedutar nunca había pisado un velódromo y lógicamente ocupó los últimos puestos de la competencia, tanto en el Kilómetro contrarreloj (12º y penúltimo; 1 min 39.053 s; 36,3 km/h) como en Persecución Individual 4 km  (10º y penúltimo; 6 min 46.442 s; 35,4 km/h). En las fotos de ese tiempo, Quedutar aparece ataviado con varios maillots y culottes donados por equipos europeos amateur, ni siquiera había presupuesto para una maillot de equipo nacional. Aún así, la FCGB celebró en sus redes sociales el top10 logrado como un éxito.

 

La federación bisauguineana, con Sabino Nhasse como presidente y Biem João Emília Embana como secretario, dio un paso más en 2018, convirtiéndose en miembros de la UCI; por ello, acudieron al congreso celebrado durante el mundial de Innsbruck (Austria), en la última semana de septiembre de 2018. Justamente ese verano anunciaron, primero, que habían firmado un acuerdo de colaboración para la formación de ciclistas con la Federação Portuguesa de Ciclismo y que en noviembre acudirían con un equipo masculino a su primera competición internacional, el Tour de Guinée-Conakry. Sin embargo, el «bombazo» llegaría el 26 de septiembre de 2018 en un artículo en España, en La Voz de Galicia: «Club de Redondela, licencia de Guinea. El club Guerciotti usará una licencia africana para saltar al campo profesional con un proyecto innovador, el primero en Galicia tras el fin del Xacobeo.» La noticia era esa: a partir del Racing Cycling Team, un modesto club amateur pontevedrés patrocinado entonces por la marca de bicis italiana Guerciotti, surgía, de cara a la temporada 2019, el primer equipo bisauguineano con licencia UCI Continental, la tercera categoría de equipos tras los World Teams y los ProTeams.

 

El Racing Cycling Team es un proyecto personal de Enrique Salgueiro Alonso (Redondela, 1981), Kike, un ex-ciclista que llegó a ser profesional dos años, uno en el Karpin Galicia, el añorado equipo gallego Xacobeo, en 2007, y otro en el Extremadura-Spiuk en 2008. Los mejores resultados de Kike los alcanzó como amateur, como la Vuelta a León 2005, el Tour des Pyrénées 2006 y la Volta a Galicia 2009. Probó suerte en Portugal y en 2012 dejó temporalmente de competir tras un resultado adverso por hormona del crecimiento; no he sido capaz de confirmar si le llegaron a sancionar o si solo se aplicaba la sanción a Portugal, en la lista de sancionados UCI no aparece por ningún lado. En cualquier caso, eso supuso en la práctica un aparente punto y final para su carrera como ciclista. Kike se dedicó un tiempo a la hostelería, encargándose de un bar y un alojamiento en Vigo, pero simultáneamente dio forma a un proyecto de equipo amateur que comenzó como un grupo de amigos veteranos que corrían sobre todo marchas y pruebas de mountain bike.

 

En 2015 el Racing Cycling Team dio un giro considerable, Kike colgó la bici de manera definitiva y se volcó en la dirección: desde entonces corrieron competiciones en carretera principalmente en Galicia, algunas en el resto de España pero también salieron a pruebas UCI 1.2./2.2. élite y sub23 donde conseguían invitaciones incluso con más facilidad. Corrieron así en Marruecos, Argelia, Portugal, Italia (¡Il Lombardia sub23!), Gran Bretaña, Polonia o China. En ese período de expansión (2015-2018), me cuentan quienes coincidieron con ellos que estaban muy lejos, “a años luz”, tanto en medios y recursos como en nivel deportivo de los grandes clubs amateur gallegos (Grupo Deportivo Supermercados Froiz, Club Ciclista Padronés-Cortizo, Vigo-Rias Baixas…). Kike Salgueiro reconoce en entrevistas que desde el inicio hacían malabares para salir adelante con pequeños patrocinios de tiendas locales, como la de golosinas Gomistar, la diseñadora de interiores Lolalola, la tienda de bicis Borjas Bikes, el propio bar de Kike de la Rua Martin Codax de Vigo… Iban con una pequeña y simpática furgoneta y suplían la falta de medios con muchas horas invertidas por Kike y su mujer Mayte en la logística: vuelos, traslados, avituallamiento… La clave en un primer momento para sobrevivir se basaba en ahorrar con los patrocinios en «especies», cubriendo, sobre todo, el alto coste de las bicicletas aportando el nombre de las marcas al maillot. 

Pocos podían imaginarse en septiembre de 2018 que, entre los clubs ciclistas de Galicia, el modestísimo Racing Cycling Team, fuera el que anunciara el salto a equipo UCI continental. La Federación Española de Ciclismo incluía unos requisitos para este tipo de equipos, entre ellos seguros y contratos laborales con al menos el salario mínimo, que Salgueiro reconocía que no podría cubrir en ningún caso con sus patrocinadores. Ahí llegó la posibilidad africana: un país como Guinea Bissau ofrecía muchísimas más facilidades y, aparentemente, escasas exigencias en el tema de los contratos.

 

El 11 de octubre de 2018, desde la embajada en Lisboa, se anunciaba el fichaje oficial del primer ciclista del Guerciotti-Kiwi Atlantico para 2019, el mencionado Quedutar Cul Ialá, nuestro muchacho de Nhacra. Los medios de comunicación de Guinea Bissau contaban su historia de superación y cómo se convertía en el «primer ciclista profesional» del país, con un sueldo anual fijado en 10.000 euros y con el objetivo de participar en España en pruebas sub23. Se indicaba que, fruto del acuerdo con la federación lusa, en los primeros meses en Europa, Quedutar residiría en el Centro de Alto Rendimento de Anadia, a medio camino entre Lisboa y Porto. La televisión portuguesa, en su señal internacional para África, RTP, también se hacía eco y contaba la historia del ciclista de Guinea Bissau que aprendió a montar en la oxidada bicicleta de su padre, sin neumáticos; en ese vídeo, que os recomiendo ver, nuestro protagonista daba una vuelta por las calles portuguesas luciendo los colores de su equipo de manera pública… por primera y última vez. Ya en Europa, Quedutar no fue en noviembre al esperado debut internacional de su selección en el Tour de Guinée Conakry, donde solo completarían todas las etapas dos de sus compañeros (Apolinário Cá y Lefana Malou), ambos entre los últimos puestos de la clasificación.

¿Confiaba Salgueiro en el potencial de Quedutar Cul Ialá? Aparentemente sí, según sus declaraciones cuando anunció el fichaje: «Vimos que Quedutar Cul Ialá tenía capacidad para por lo menos tener una oportunidad dentro del ciclismo profesional y hemos hecho una apuesta firme para que pueda estar con los mejores equipos profesionales del mundo. Deseo que Quedutar tenga confianza en sí mismo, que disfrute de esta experiencia y que pueda dar lo mejor de sí.» Una confianza ciega, porque Kike reconocía en octubre de 2018, durante la firma del acuerdo, que la Federación bisauguineana la que elegía a este ciclista y no a otro: «Aún no hemos visto correr a Quedutar, pero sus referencias lo avalan como el mejor ciclista de su país, así que habrá que esperar para saber qué va a dar de sí.»

Antes de finalizar 2018, el equipo de Salgueiro anunció en sus redes que continuaría en Guerciotti el campeón chipriota, Andreas Miltiadis, y que también estarían con seguridad en el equipo tres prometedores ciclistas gallegos: el ourensano Nando Lopes (25 años, ya había corrido los años anteriores en el Racing Cycling Team) y los vigueses Daniel Rodríguez Dávila (20 años, de la cantera de la Fundación Alberto Contador) y Samuel González Carrera. La empresa pontevedresa Kiwi Atlántico, patrocinador ya en 2018, estaba interesada en resaltar el carácter gallego del proyecto.

Nuestro otro protagonista, Samuel González, como él mismo declaraba, «venía del monte»: hasta 2018, solamente había competido, con buenos resultados además, en mountain bike y en ciclocrós, siendo campeón de Galicia de la disciplina, con el apoyo de la tienda de bicis familiar. Valorando la dificultad de poder vivir de ese tipo de ciclismo, Samuel se animó a probar en carretera en Galicia en septiembre de 2018 con el Guerciotti y aceptó la atractiva propuesta para hacer un último año sub23, el 2019, allí, encantado de hacerlo en un equipo que sería de la categoría UCI Continental de carretera. Samuel era optimista porque cuando probó en amateur en carretera fue capaz de seguir el ritmo, meterse en alguna escapada en la Volta a Galicia amateur e incluso ser 7º en una prueba de la Copa de España en Vigo. Durante el final de la temporada 2018 y primeras semanas de 2019, Samuel también participó en competiciones de ciclocrós luciendo ya el maillot de su nuevo equipo. Me cuentan que él mismo tuvo que comprar ese maillot y pagarse la serigrafía con los colores del club.

 

Quedutar en la etapa de Volta Portugal 2019

En enero de 2019 la UCI confirmaba la inscripción del Guerciotti-Kiwi Atlántico y en el listado de componentes inicial aparecían, junto a Quedutar, Miltiadis, Samuel y los otros dos ciclistas gallegos, los nombres de seis «ciclistas bisauguineanos» más, todos entre 21 y 24 años: Serguio Aliu-Djalo, Cristian-Marc Gomis Lopez Tavarez, Manuel-Jose Nafiai, Shunhana M’Bali-Balu, Benjamin-Domingos Mendes y Mussa Ninto-Tchata. Curiosamente, era imposible encontrar datos y menos fotos de ninguno de los seis compatriotas de Quedutar; tampoco ni un solo resultado deportivo previo de ellos en la página de su Federación Ciclista, que nunca los había mencionado. No contaron con ninguno de los dos ciclistas que en noviembre habían completado el Tour de Guinea Conakry. En octubre de 2018, Kike Salgueiro había explicado cuál iba a ser la relación entre el Racing Cycling Team y Guinea Bissau: «Para la próxima temporada la idea es poder trabajar con cinco o seis corredores jóvenes de Guinea Bissau y poner todo el material que manejamos nosotros para que puedan disponer de unos medios. Otros años ya enviamos para allí cascos y diverso material como unos GPS Garmin, lo que sucede es que no lo publicamos. Ahora vamos a reforzarlo. Creo que es algo bonito poder tener una vertiente social.» Sin embargo, por mucho que miremos, ni en 2018 ni en 2019 vimos en la página de la federación bisauguineana ni en la del equipo de Salgueiro ninguna foto de un solo ciclista con material del Guerciotti en Guinea Bissau, aunque sí con maillots de otros muchos equipos europeos…

El 26 de marzo de 2019, el Guerciotti daba de baja oficialmente en la UCI a dos de sus ciclistas gallegos, Samuel González y Daniel Rodríguez, sin dar ninguna explicación. El equipo debutaría el 6 de abril en el Gran Premio Miguel de Indurain en Estella (Navarra) y, para entonces, en la “lista UCI” aparecían los bisauguineanos, el chipriota Miltiadis, un portugués de 24 años (Paulo Silva), el gallego Nando Lopes y otros cinco ciclistas españoles (Mikel Ugarte, José Carlos Núñez, José Manuel Gutiérrez, Jesús Alberto Rubio y David Galarreta). Entre estos últimos ciclistas, todos menos Ugarte (debutante con 37 años) tenían ya experiencia previa en algún equipo UCI continental.

El 2 de abril de 2019, el diario Atlántico publicaba una breve explicación de los dos jóvenes ciclistas gallegos que finalmente no estarían en Guerciotti: «El vigués Samuel González no debutará en el pelotón internacional profesional en la actual temporada. Tampoco lo hará Daniel Rodríguez, formado en la Escola de Ciclismo de Redondela. Ambos se desvincularon del Guerciotti-Kiwi Atlántico el pasado 26 de marzo a menos de dos semanas del inicio de la temporada de la entidad. Samuel González optó por desvincularse del equipo antes de comenzar el curso por las diferencias existentes con una formación que dirige el redondelano Enrique Salgueiro.» En mayo de 2019, en sus redes sociales, Samuel, durante el Campeonato Gallego de Fondo amateur, escribía: «¡Qué bonito es el ciclismo, y qué duro! Y por eso no debemos rebajarnos a cualquier precio, por el sacrificio que conlleva llegar a intentar cumplir nuestros objetivos y metas.» Indagando un poco más, años después, desde su entorno más cercano nos confirman que el desencuentro tanto de Samuel como el de Daniel vino porque habían acordado que, pese a no tener un sueldo como tal, el Racing Cycling Team se encargaría de los gastos de su preparador, algo que no cumplieron. Intuimos que no habría seguramente nada firmado por escrito, así que el acuerdo verbal quedó en papel mojado. Samuel y Daniel se tuvieron que buscar la vida y siguieron corriendo y disfrutando de la bicicleta a otros niveles, pero se les escapó la opción de correr en un equipo UCI Continental. Teniendo en cuenta que era evidente que había otros ciclistas interesados en conseguir un “hueco” en UCI Continental, quien escribe este artículo intuye que el equipo priorizó lo que pudieran aportar esos ciclistas frente al coste que les suponía lo que pedían dos jóvenes promesas gallegas como Samuel y Daniel.

 

El Guerciotti-Kiwi Atlántico disputó 17 días de competición UCI en 2019 y en ninguno de ellos lució un dorsal ni Quedutar Cul Ialá ni, por supuesto, como imaginábais, ninguno de sus compatriotas, de quienes ni siquiera tenemos pruebas gráficas sobre quiénes son ni si alguna vez habían siquiera montado en bici. La única foto de Quedutar con sus compañeros del Guerciotti se dio, vestido de calle, en julio durante la disputa en Portugal del Gran Premio Torres Vedras-Trofeo Joaquim Agostinho, cerca de Lisboa, donde sí estuvo corriendo el equipo de Salgueiro. 

 

Días después, el 6 de agosto de 2019, la Federación de Guinea Bissau y varios medios locales publicaron que Quedutar había hecho historia siendo el primer ciclista del país en disputar la Grandissima Volta a Portugal em Bicicleta. La foto era extraña, ya que Quedutar Cul Ialá no aparecía ni con la bicicleta ni con la equipación de su «equipo gallego«, sino de blanco, con el dorsal 1096. ¡1096! En realidad, como ya has deducido, lo que había corrido Quedutar era la 13ª edición de la Etapa da Volta-Via Verde RTP, un marcha cicloturista de 69 kilómetros que coincidía con parte del recorrido de la jornada de la Volta en Guarda aquel día. Aunque durante la mayor parte de las 3 horas que duraba la marcha, el recorrido se hacía en grupo, de manera neutralizada, sí se competía en el tramo final: Quedutar fue el 64º ciclista en entrar por meta, a 10 minutos del ganador, Ricardo Lameira, campeón portugués Máster 35 en 2018. Esta sería la última vez que tendríamos noticia de la participación Quedutar en una prueba ciclista. Por su actividad en redes sociales, creemos que lo más probable es que siga residiendo a día de hoy en Portugal, cerca de Lisboa. Hay quien me cuenta, pero no me puede confirmar, que Quedutar aprovechó su entrada en Portugal con el acuerdo con el Centro de Alto Rendimiento de Anadia y con el Guerciotti para quedarse en el país, trabajando en el sector de la construcción, donde veía más futuro que sobre dos ruedas. Cuando intenté contactar con él en portugués recientemente, sobre su experiencia en el equipo ciclista Guerciotti, se limitó a contestarme con un emoticono con una simpática sonrisa.

 

A finales de 2019, la página de la Federação de Ciclismo da Guiné-Bissau (FCGB), dejó prácticamente de tener actividad. La retomó en 2023, con bastantes conflictos: hubo dos juntas directivas enfrentadas que llegaron a coexistir. Finalmente parece que las riendas las lleva actualmente Cabi Bute, quien ya formaba parte del equipo anterior, junto al mismo secretario que se hizo la foto en Lisboa con Enrique Salgueiro y Quedutar Cul Ialá. Esta nueva junta directiva volvió a organizar pruebas locales en el país y fueron noticia en mayo de 2024 por inscribir por error un equipo masculino en la Vuelta a Andalucía femenina, causando un perjuicio económico a los organizadores, quienes ya habían reservado su espacio en hoteles.

 

Competición en Guinea Bissau 2016. Nótese cómo muchas bicicletas son convencionales o muy antiguas.

 

El Racing Cycling Team de Enrique Salgueiro continuó siendo equipo UCI continental tres temporadas más, pero, sin dar demasiadas explicaciones, ya no lo harían con licencia de Guinea Bissau, sino con la de Venezuela, con cuya federación establecieron un acuerdo. Continuó el patrocinio gallego de Kiwi Atlántico, pero cambiaron igualmente de marca de bicicletas, pasando de Guerciotti a Gios (2020-2021) y luego a Java (2022). Entre los ciclistas inscritos oficialmente en esos tres últimos años, figuraron 15 venezolanos, de los cuales 6 no llegaron nunca a entrenar ni competir con el maillot del equipo (Luis Kleiber Garcia, Clever Martínez, Junior Flores, Rumy Maigua, Rubén Parra y José Cote). Sin embargo, estos 6 ciclistas (junto al campeón nacional Jesús Villegas, que sí llegó a hacerse la foto en Vigo pero nunca corrió con Gios), cumplieron entre 2020 y 2022 una función similar a la de sus compañeros bisauguineanos en 2019.

 

La UCI pone como norma a los equipos UCI continentales que se inscriban en la Federación nacional en la que tengan un mayor número de ciclistas. Por tanto, por ejemplo, para inscribir a 6 ciclistas españoles en 2019, necesitaban inscribir a 7 de Guinea Bissau, supiesen o no dar pedales como Quedutar Cul Ialá. Por tanto, entre 2020 y 2022 el requisito que debían cumplir era tener una mayoría de ciclistas con pasaporte de Venezuela. El equipo Racing Cycling Team se movió también en esos años cumpliendo siempre, al menos sobre el papel, la «norma de nacionalidades», e incluso cambiando de estrategia para facilitar un poco las matemáticas: en 2022 tuvieron inscritos a ciclistas de hasta 10 nacionalidades, de manera que para «compensar» los dos ciclistas españoles o los tres japoneses, solamente «necesitaron» mantener en la plantilla a 4 ciclistas venezolanos, de los que 2 que sí habían tenido dorsal en 2021 pero que ni siquiera llegaron a correr ese año 2022 (Juan Belandria y Jatniel Figueroa). En la parte deportiva, 2022 fue probablemente su temporada más destacada, con el tercer puesto del mallorquín Xavi Cañellas en la clásica de Ordizia y su primera invitación a la Volta a Portugal.

 

El Racing Cycling Team pasó a estar registrado en Vigo como asociación MLuz ProDeporte; también aparece en las publicaciones y en el autobús del equipo como Fundación Mari Luz o María Luz Alonso, como homenaje a la madre de Kike, que falleció en 2019, aunque realmente es una asociación, no una Fundación. A finales de 2022, Salgueiro rompió unilateralmente el vínculo con la Federación Venezolana de Ciclismo y con la marca china de bicicletas Java. Firmaron por Kuota, otra empresa china y mantuvieron el apoyo de Kiwi Atlántico, incorporando como nuevo patrocinador principal a la conservera gallega Cabo de Peñas. Quizá por ello “dieron la lata” con un nuevo cambio de guion: en 2023 intentaron conseguir licencia UCI Continental esta vez a través de Polonia. La UCI les denegó la licencia, así que, tras concentrarse unos días en L’alfàs del Pi (Alicante), el equipo avisó a sus ciclistas de la imposibilidad de competir. Nunca hicieron un comunicado oficial; respondieron entonces a un correo que les mandé diciendo que tenían algunos problemas para desvincularse de la empresa Java, con la que habían firmado dos años de contrato de los que solo habían cumplido uno. Pero parece ser que había otros problemas añadidos. En una entrevista de diciembre 2023, Enrique Salgueiro explicaba así el motivo para la denegación de la licencia UCI Continental en 2023: «Cuando íbamos a correr en Valencia a principio de la temporada 2023, antes de la Challenge de Mallorca, con un equipo con licencia en Polonia, nos llegó una notificación de la UCI diciendo que no cumplíamos los requisitos. Y no nos dieron ninguna opción para subsanarlo. Escribí a la UCI pero nadie contestó. Te sientes indefenso, no sabes nada, no puedes hacer nada. Así que un año en blanco para el equipo. Luego me dijeron que lo que no cumplía era la cobertura de seguros; pero es que nadie te hace el seguro que te pide la UCI, es imposible, ninguna compañía te da una asistencia sanitaria ilimitada en el extranjero. Al final la UCI tiene la sartén por el mango para decidir si te dan o no la licencia UCI. Si la UCI no da la licencia, el contrato que yo haga con el corredor, no vale nada, se rompe y no tiene nada que pedirme. Menos mal, porque si no te toca asumir una responsabilidad con el corredor, no puedes hacerlo.»

 

En enero de 2024 volvieron a concentrarse en Alicante de cara a esta temporada, solicitando licencia UCI Continental de Croacia tras fusionarse con el veterano club Kamen Pazin, en el que habían corrido ciclistas importantes como Davide Rebellin cuando tenían un acuerdo con una estructura italiana y corrían bajo el nombre Meridiana. Nuevamente, la UCI rechazó su licencia UCI continental para 2024. En ambos años, alrededor de una veintena de ciclistas, se quedaron sin equipo con la temporada ya empezada y no tuvieron más remedio que buscar otras opciones. En 2024, completando con otros corredores y con Víctor Conde como director, sin ninguna mención a Salgueiro, sí han lucido su maillot como club amateur croata con copatrocinadores gallegos en el maillot en algunas pruebas puntuales de categoría UCI 2.2. y no UCI en Portugal, Marruecos, Serbia, Croacia y Albania.

Pocas explicaciones tuvimos hasta que el 12 de febrero de 2024, la Comisión Disciplinaria de la Unión Ciclista Internacional publicaba una sanción firme, recurrible ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo, inhabilitando para participar en competiciones UCI hasta final de 2028 al director del Java-Kiwi Atlántico, el español Enrique Salgueiro Alonso, así como al mánager del mismo, el venezolano Gerardo-Daniel Guzmán Marquina, en su caso, hasta final de 2025, por varias irregularidades que incluían: tergiversaciones y falsedad documental («misrepresentations and the production of false documents«), uso sin autorización de las firmas de un responsable de la UCI y de un ciclista en contratos y, por último, eludir las regulaciones sobre la nacionalidad de los equipos UCI Continentales. El comunicado UCI indica que Guzmán, residente en Comunitat Valenciana desde hace años, figuraba como mánager en 2022 pero no ejercía las tareas propias de su puesto, sobreentendiéndose que Salgueiro era quien desempeñaba ambos roles. De hecho, en algunas publicaciones y entrevistas del equipo, a Guzmán se le presentaba como ayudante, asistente o a veces como mecánico, nunca como mánager, además de ser el hermano del ciclista Juan Belandria.

No hubo ninguna respuesta a la sanción por parte de Salgueiro ni del equipo, pero en la misma entrevista de diciembre de 2023 que citábamos arriba, Enrique Salgueiro explicaba su versión: creía que todos los problemas provenían de una denuncia a la UCI por parte del ciclista estadounidense Barry Miller, miembro del equipo en 2022, a través de su representante, Juan Campos, de Velofutur. Según Enrique Salgueiro, Miller reclamaba que, cuando en junio de 2022 solicitó su baja para poder correr en otro equipo en Portugal, Salgueiro demoró el trámite intencionadamente para perjudicarle y, además, el director pontevedrés había amenazado verbalmente al estadounidense. Salgueiro no ha sido sancionado por esta causa que imaginamos que estará ya cerrada, pero una hipótesis muy probable es que la denuncia de Barry Miller fuese acompañada de documentos como su contrato y este fuese uno de los que pudiesen incluir irregularidades que generasen, a su vez, una investigación más en profundidad desde julio de 2023. Lógico que un proceso así terminase de bloquear la licencia UCI continental también para 2024, dada la inminente comunicación oficial de la sanción disciplinaria.

En febrero de 2024, la mayoría de la prensa deportiva se limitó a publicar la traducción de la sanción de la UCI realizada por una misma agencia de noticias. Algunos también buscaron algún titular llamativo para señalar al ex-ciclista Enrique Salgueiro como el «malo de esta película«, sin indagar en más detalles. Desconocemos si Salgueiro ha recurrido o no su sanción al tribunal de arbitraje deportivo y tampoco se ha hecho pública la multa que la UCI le impuso. Me dicen, pero no lo podemos confirmar, que esa multa sería de alrededor de 20.000 euros, aunque en francos suizos.

 

Intenté contactar sin éxito con Salgueiro y Guzmán en varias ocasiones desde febrero de 2024. Sí me respondió en febrero por correo electrónico la Federación Venezolana, que poco después de mi mensaje, emitió un comunicado en el que se declaraban totalmente ajenos a las actuaciones realizadas por Salgueiro y Guzmán, que no representaban al ciclismo venezolano ni contaban con su conocimiento ni consentimiento.

 

En cuanto a Guinea Bissau, tampoco conseguí aclarar mucho. A raíz de los conflictos internos de la Federación bisauguineana, sí localicé los comentarios de un ciclista ya retirado, muy veterano,  evidentemente descontento, que denunciaba públicamente en una red social que varios miembros de la junta directiva de la Federación que estuvo al cargo en 2018 y 2019 habrían utilizado, presuntamente, sus cargos y los fondos de la Federación para realizar viajes a Europa e incluso para establecerse con su familia en Portugal. Una acusación grave que no podemos confirmar (ni desmentir). Tengo dudas sobre qué pasó con los 10.000 euros que la prensa africana decía que iba a recibir Quedutar Cul Ialá, pero los datos que encuentro me hacen imaginar que ese dinero muy probablemente fue «gestionado» por la propia junta directiva de la Federación y no llegaron al 100 % a Quedutar. ¿Fue ese el coste, 10.000 euros, lo que pagó el Racing Cycling Team de Salgueiro para tener licencia UCI Continental de Guinea Bissau en 2019? Lo desconozco, hay quien me cuenta que se pagó bastante más, el doble, pero 10.000 o 20.000 euros siguen siendo muchos menos euros que lo que costaría tener un equipo UCI Continental en España. Sí, también lo he preguntado y, según me explican personas ligadas a este mundillo, en España un equipo de esta categoría, entre sueldos y material, supondría un desembolso cada temporada de no menos de 500.000 o 600.000 euros, en el mejor de los casos.

En cuanto al acuerdo con la Federación de Venezuela (2020-2022), también he intentado indagar un poco más qué condiciones se pusieron por una parte o por otra. Me cuentan, aunque tampoco puedo confirmarlo, que el equipo de Salgueiro mandó bicicletas Guerciotti a Venezuela (¿15?) sin recibir compensación por ello. También es un dato curioso que en el primer año, en 2020, la sede UCI del equipo fuera un edificio institucional de la Federación Venezolana y en 2021 y 2022 pasase a ser un domicilio particular la zona de la que es originario quien figuraba como mánager, Daniel Guzmán. Del mismo modo, varios ciclistas venezolanos inscritos en 2020 nunca habían corrido en Europa, mientras que en 2021 y 2022 casi todos eran ciclistas con pasaporte de Venezuela que ya tenían experiencia en equipos amateur de España y, por tanto, ya residían en nuestro país cuando se les inscribió.

Respecto al vínculo con África o América, en 2019 anunciaron que iniciarían la temporada en la Tropicale Amissa Bongo en Gabón. En 2020 la pretensión era competir en enero en la Vuelta al Táchira. Una planificación que parecía muy coherente con las licencias de cada uno de esos años. El Kiwi Atlántico, no os sorprenderá el dato, no llegó a correr ninguna de estas dos pruebas. Ni en esos años ni después.

Quedutar y Salgueiro firman en Lisboa el acuerdo en 2018, con miembros de la Federación de Ciclismo FCGB

Sí pudimos hablar con varios ciclistas que pasaron por el equipo y por personas relacionadas con este deporte y que han conocido al Racing Cycling Team desde sus inicios. Entrecomillo algunos de estos comentarios que no son los míos, sin ánimo de ofender a nadie: “Con sentidiño!” Aunque  sí he encontrado a algún ciclista que me confirma haberse sentido «engañado» por las falsas expectativas alimentadas por Enrique sobre todo en estos dos últimos años (2023 y 2024) en los que el equipo no ha salido como UCI Continental, lo cierto es que la mayoría de personas con las que he llegado a hablar en estos meses, afirman que recibieron un trato «estupendo, muy cercano y afable«, por parte de Kike Salgueiro: «teníamos un gran ambiente de equipo«, «no puedo hablar mal de Kike«. Todos reconocen que Salgueiro ha trabajado mucho para sacar adelante un proyecto con muy pocos medios, pero varios piensan que, muy probablemente, ha sido un poco «chapucero» con algunas cosas o quizá ha «pecado de exceso de confianza» en los trámites y papeleo, “apurando demasiado”, “yendo muy al límite”, pensando que «todo vale» o que, si las federaciones no ponían pegas, «nadie se iba a dedicar a comprobar» en la UCI esos documentos. Enrique siempre ha querido destacar en las entrevistas que «controla de estos temas«. No en vano, esta es la autodescripción que incluye en su perfil profesional en LinkedIn: «Enrique Salgueiro: Forjando el Éxito en el Ciclismo. Líder destacado en el mundo del ciclismo, dirige proyectos deportivos y asesora equipos para alcanzar el éxito. Como presidente de MLuzProDeporte, ha llevado la asociación a nuevas alturas, supervisando equipos profesionales en varios continentes. Su pasión y dedicación continúan inspirando a atletas y aficionados por igual.”

Algunas de las personas con las que he hablado imaginan que, si lo ha confirmado la UCI de manera tan contundente, será porque «algún contrato seguramente se falsificó«, pero “con buenas intenciones”, “no por hacer ningún fraude”, por ejemplo, sin ir más lejos, hacía falta tener un documento oficial si algún casero se lo pedía a algún ciclista para «justificar la firma de un alquiler«. No es fácil dudar de la UCI, y suponen que, “irregularidades, haberlas, haylas.” También hay personas cercanas a Salgueiro que me comentan que Salgueiro es también «víctima» de algunas de estas irregularidades, y que, de nuevo presuntamente, personas en las federaciones con las que tramitó la licencia entre 2019 y 2022 terminaron «sacando bastante más provecho» que el propio Kike.

 

Del mismo modo, hay quienes me dicen que tal vez con algunas declaraciones o acciones puntuales, Salgueiro puede «haber metido la pata» y «haberse buscado enemigos«, como cuando protestó por no ser invitado a la Volta a Galicia amateur 2021 o, más recientemente, cuando logró que el entonces presidente autonómico Alberto Feijóo escribiese oficialmente a los organizadores de «O Gran Camiño» pidiéndoles explicaciones sobre «por qué un equipo gallego» no había sido invitado en 2022 a esta prueba, haciendo tambalear el apoyo institucional. A lo mejor, pese a que se agradece su sinceridad, fue un tanto inoportuna la entrevista de diciembre de 2023, donde Salgueiro decía quizá «demasiadas cosas que no le convenía decir públicamente«, teniendo en cuenta que el proceso de la UCI aún estaba abierto, aún no había una resolución y, cuando la tuviera, Kike siempre podría recurrirla.

 

“E logo?” Más allá de chascarrillos y opiniones, eso sí, he podido confirmar con varias personas muchas de las cuestiones principales de las que trata este artículo, como que es un hecho demostrable que todos los ciclistas bisauguineanos inscritos y varios de los venezolanos nunca entrenaron ni compitieron con el resto de compañeros. Cumplieron por supuesto su papel para lograr la “bandera de conveniencia” que tocara esa temporada. Desconozco, eso sí, si, en algún caso, se utilizaron algunos nombres sin preguntarles o si a algunos de estas personas se les compensó de alguna manera por figurar en la lista entregada a la UCI.

 

En la misma entrevista que le hizo a Kike el exciclista Jesús González para su canal Nordés Sports en diciembre de 2023, que os recomendamos, Enrique Salgueiro explicaba su forma de trabajo y muchas de las preguntas que podríamos haberle hecho para este artículo si hubiese aceptado responder: «Yo pensé en crear el equipo para ofrecer algo que yo no tuve: poder correr fuera en Europa. Me moví mucho y con el equipo conseguimos entrar en las principales carreras de ciclismo, en el calendario europeo sub23 y 2.2. Sales de casa, tienes que coger el coche. Es una logística complicada. Nosotros lo conseguimos, quizá no en las mejores condiciones, con lo básico, con un bocadillo, un maillot y un culotte, pero demostramos que se podía hacer. El resto de equipos españoles se acomodaron a la Copa de España. Yo me hice un calendario alternativo: en muchos casos íbamos a carreras UCI en Europa que nadie de España solicitaba y, cuando nos inscribíamos, no nos ponían problema, precisamente porque representábamos a España. Nos acogían muy bien como equipo español (…) Yo busco obtener la licencia UCI de un país porque me conviene tenerla de ese país, eso está claro. Pero la UCI te pone como condición que tengas la mayoría de ciclistas de un país para tener licencia UCI continental de ese país. En realidad esa obligación de la UCI es una discriminación en términos laborales. (…) La Federación Española exige más que prácticamente todas las demás a los equipos UCI continentales porque imagino que quiere proteger el ciclismo, profesionalizar esta categoría y dar unas condiciones dignas a los ciclistas. A mí también me hubiera gustado cuando era ciclista estar en un equipo y tener esas condiciones, no lo voy a negar. Pero la realidad es que no salen equipos españoles UCI continentales o duran poco. Cuesta mucho conseguir patrocinadores, cuesta mucho conseguir que el ciclismo sea rentable en España. (…) Una vez intenté salir con licencia UCI continental española, pero tendría que pagar a cada ciclista al menos el salario mínimo interprofesional, unos 27.000 euros al año. Además, te obligan a tener al menos cinco personas en el «Staff», también con contrato. (…) «El agente pagador es mi sociedad, mi razón social está en Vigo, en España, donde tengo mi CIF. El agente pagador es el que tiene el aval ante la UCI. Mi asociación es gallega y como tal tiene responsabilidad de aquí. Utilizo una licencia de otro país, pero en ese país no tengo nada. La categoría UCI continental te permite tener licencia en otro país diferente.» Se puede estar de acuerdo o no con él, pero desde luego que es claro como nunca Enrique Salgueiro en esa entrevista: Aí falaches!”

Samuel González en una foto luciendo los colores del Guerciotti de cara a 2019.

Llegados a este punto, si has alcanzado hasta aquí, paciente lector o lectora, sí quiero hacer una aclaración basada en un detalle aparentemente insignificante. En la firma de sus correos electrónicos y en algunas partes desaparecidas de su página web, el Racing Cycling Team aparecía como “equipo UCI continental profesional» (sic), una categoría que realmente no existe. Por definición, sólo son con seguridad profesionales los ciclistas que pertenecen a las dos primeras categorías UCI: los UCI World Teams y los UCI ProTeams. Los equipos de la tercera categoría, los UCI continentales, que dependen de las Federaciones nacionales, ofrecen a sus ciclistas condiciones económicas muy variables. Hay quienes cobran un sueldo y serían a todos los efectos profesionales, siempre y cuando reciban una cantidad digna y no una mera compensación. Otros está claro que no cobran nada, aunque sí reciben la bicicleta y equipación. Por supuesto, hay equipos en los que incluso algunos pagan directamente por correr o son “fichados” con la condición de que aporten patrocinadores que pongan ese dinero o material. Nada que nos sorprenda si lo comparamos con cómo alguien puede conseguir un asiento en un Fórmula 1. No soy Broncano y no estoy acostumbrado a preguntar cuánto dinero gana o tiene alguien en el banco; a mí me cuesta hablar de dinero. No es un tema que surja con facilidad y a más de uno le incomoda, así que reconozco que no cuento con suficiente información contrastada para saber las condiciones laborales que ha tenido cada uno de los ciclistas que han pasado por el Racing Cycling Team estos años. Por lo que me cuentan abiertamente o entre líneas, entiendo que los acuerdos que tuviesen han sido muy variados y probablemente se han dado todas o casi todas las casuísticas posibles entre las que he enumerado antes. Así lo explicaba Salgueiro en un artículo de 2018: «Tenemos el presupuesto que tenemos. Contamos con algunas plazas libres a la espera de que si a final de año algún corredor que dé más nivel se queda sin equipo y acepta nuestras condiciones.» En la entrevista de diciembre de 2023, lo explicaba en la misma línea: «»No tengo corredores de renombre. Tengo lo que puedo y los que quieren venir y aceptan las condiciones. No lo escondo (…) No engañamos a ningún corredor. No debemos dinero a nadie. Tratamos a los corredores bien. Cada vez tenemos mejores medios. Los ciclistas tienen comida especial, se duchan en el autobús después de la carrera…»

¿Héroes o villanos? Como articulista, no me corresponde juzgar a ninguno de los protagonistas. Sí he querido darle la vuelta un poco a esta historia, no quedarme con un titular sobre fraudes y empezar hablando de la parte seguramente más débil en el duro sueño de conseguir ser ciclista profesional. Estoy pensando por supuesto en Quedutar pero, como desconozco si él tuvo o no expectativas reales de convertirse en ciclista profesional o aprovechó conscientemente la «oportunidad ciclista» para labrarse un futuro en Portugal dedicándose a lo que pudiera encontrar. ¿Mi opinión? Hay mucho «adorno innecesario» y muchas dudas en torno a lo que nos contaron sobre el ciclista de Nhacra. Viendo resultados de aquellos años, creo que el billete para probar en Europa, objetivamente, lo merecían otros compatriotas de Quedutar, por ejemplo, Apolinário Cá quien posiblemente, ya pasada la treintena, tenga su compensación 5 años después: aparece entre los preinscritos para el mundial de carretera 2024 que se disputará en Suiza dentro de un par de semanas. Quién sabe si veremos en esta ocasión a un representante de Guinea Bissau en Zürich compitiendo al más alto nivel: al menos esta vez hay cierto avance, ya que la Federación ha registrado a su ciclista para una prueba masculina y no femenina.

 

Estoy pensando, evidentemente, mucho, en el gallego Samuel González, al que se le escapó el tren de darse una oportunidad en el ciclismo en carretera. Me acuerdo mucho mientras escribo el artículo del prometedor ciclista guipuzcoano Imanol Álvarez, 25 años, uno de los pocos que ha explicado en los medios, con muy poco eco, su drama de quedarse plantado y sin dar el salto a un equipo UCI continental dos años seguidos, pues confió en el proyecto de Salgueiro tanto para 2023 como para 2024. Reconozco que es fácil empatizar con sus historias y sus sueños, que pudieron ser hace tiempo los míos, los tuyos o los de otras personas muy cercanas a las que apreciamos y admiramos. Personas que lo han dado todo por este deporte, por el ciclismo, y no han tenido sin embargo una oportunidad real de demostrar su valía. Probablemente en este cuento hubo un momento en la carrera de Kike en el que también estuvo en una situación parecida a la de Samuel o Imanol, cuando trataba de encontrar hueco en un equipo profesional.

Con este artículo inicio una serie sobre este camino tan complicado y lleno de obstáculos cuando alguien se pone entre ceja y ceja ser ciclista profesional. Vaya por delante mi admiración por igual a quienes lo han logrado y a quienes no. ¡Quedáis a-Bissaus… perdón, avisados! Confío en que os interese el tema y espero vuestros comentarios. Mientras llegan, voy a sacar el paraguas. “Non vaia ser o demo. No quiero acabar como un pito. Malo será!

Fuente de las fotos: página oficial del equipo Java Kiwi Atlántico y página de la FCGB.