El sueño de ser ciclista profesional (II): de Oggi a Elo

Los potentes «passistas» Mario Scirea, Valerio Tebaldi y Stefano Zanatta. El general Abelardo Rondón, «el mejor gregario del mundo» con Perico o Miguelón, para las etapas de alta montaña. Giovanni Fidanza para cazar algún triunfo al sprint. Dos novatos debutantes que acabarían siendo muy buenos «croners» Bruno Boscardin y Andrea Peron. Y, por supuesto, «le professeur» Laurent Fignon, para lo que quisiera o pudiera mostrarnos en su despedida. Sí, estos fueron los nueve compañeros del maillot arcoiris, Gianni Bugno, en el Tour de Francia de 1993, con los que buscaba plantar cara al entonces invencible Banesto de Miguel Indurain. En un equipo muy internacional, los miembros del Gatorade aquel año también incluían al español Pello Ruiz Cabestany o al belga Dirk De Wolf. ¡Casi nada! Tener un hueco en ese Tour y en ese equipo italiano, no era precisamente fácil.

Lo que poca gente conoce es que ese Tour de Francia era el sueño de un ciclista mucho menos conocido, Жамсрангийн Өлзий-Орших en mongol cirílico. El gran Jamsran Ulzii-Orshikh, en mongol romanizado. O, para simplicar un poquito el artículo, «Oggi», que significa «hoy» en italiano. Así le conocían en el pelotón. Después de mucho tiempo queriendo hacerlo, hoy toca que conozcamos su historia.

Oggi nació el 14 de junio de 1967 en Tarialan, Khövsgöl, una pequeña localidad rural al noroeste de la capital mongola y con un clima aún más extremo que esta: media de temperatura bajo cero entre octubre y marzo, con hasta menos 24ºC en enero, pero máximas que superan los 30ºC entre mayo y septiembre, la época de lluvias. Condiciones complicadas para practicar cualquier deporte al aire libre. Que de allí, de un país de menos de dos millones de habitantes, saliese un ciclista como Oggi no entra en ninguna lógica actual, pero sí en lo que era el ciclismo internacional antes de la caída del muro de Berlín.

La entonces República Popular de Mongolia estaba muy ligada a la Unión Soviética y mucho menos a la también vecina China. El deporte era una cuestión de estado, siendo relevante la Educación Física durante la etapa escolar y el alistamiento militar. Los ciclistas de estos países jugaban en otra liga, la del deporte amateur, donde se primaba el éxito grupal sobre el individual y el máximo exponente era cada año la contrarreloj de 100 km por equipos nacionales de cuatro miembros disputada entre 1962 y 1994 en Mundiales y Juegos Olímpicos. También había un interesante calendario de pruebas para ciclistas no profesionales, entre las que destacaban la Course de la Paix (Carrera de la Paz, en Alemania, Polonia y Checoslovaquia), el Tour de l’Avenir (Tour del Porvenir, en Francia) o la Milk Race (en Gran Bretaña).

Aunque los deportes nacionales en Mongolia son la lucha libre, la hípica y el tiro con arco, Mongolia también comenzó a formar un equipo nacional de ciclismo que llegó a acudir desde 1964 a algunos mundiales, olimpiadas y a la Carrera de la Paz. Un desarrollo rápido teniendo en cuenta que la primera prueba ciclista en Mongolia se disputó en 1950, en la capital, en la única carretera pavimentada del país.

Oggi explicaba que encontró la motivación para dedicarse a esto cuando, a los 13 años, vio ganar al gran Sergueï Soukhoroutchenkov la prueba en línea de los Juegos Olímpicos de Moscú en 1980. Una victoria que puso el foco sobre el ciclismo amateur, con portadas que especulaban sobre si «Soukho» podría competir «de tú a tú» con Bernard «Le Blaireau» Hinault, un duelo que no llegó a producirse.

En cualquier caso, ese ciclismo del otro lado del «telón de acero» no cuadraba realmente con un deporte para aficionados que dedicasen un ratillo en su tiempo libre. Como en otras disciplinas, los futuros representantes de la Unión Soviética eran seleccionados entre cientos de niños y formados de manera intensiva, con un método sistemático y «duro hasta el dolor»; con horas y más horas dando pedales, muy posiblemente también utilizando productos que mejorasen el rendimiento, los «elegidos» no solían aguantar más de 3 o 4 años al máximo nivel, pocas veces más allá de los 24 o 25 años.

Tras los juegos de Moscú, en Mongolia, Oggi intentó pasar las pruebas para entrar en un instituto de alto rendimiento en ciclismo que contaba con entrenadores soviéticos. Lo consiguió más tarde de lo que le hubiera gustado, a los 17 años, y ya esa temporada se convirtió en campeón nacional junior; solo un año después, ganó su primer título absoluto, el primero de quince. El siguiente paso lógico era representar a su selección en la mítica Carrera de la Paz, que logró completar en esos años ochenta, por primera vez en 1986, aunque muy muy lejos de los primeros: Ludwig, Pulnikov, Saitov …

El muro de Berlín cayó y la selección mongola, con Oggi a la cabeza, corrió algunas carreras amateur en Europa. En 1991, disputando varias de esas pruebas para «dilettanti» en Italia, algún ojeador avispado recomendó el fichaje de Oggi a Gianluigi Stanga, el mánager del Gatorade-Château d’Ax que un año antes había ganado el Giro con Bugno. Pero Oggi no era dueño de su destino ni de su pasaporte, así que pidió retrasar su fichaje a la siguiente temporada. La Federación de Ciclismo de Mongolia, tenía otros planes para Oggi: los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992.

En la contrarreloj por equipos olímpica, de 100 km, el 26 de julio de 1992, la selección de Mongolia, con Oggi y otros tres compañeros, logró un meritorio 19º puesto entre los 31 países inscritos. A 15 minutos de Alemania, que ganó el oro con Uwe Peschel, Michael Rich, Christian Meyer y Bernd Dittert. A 10 minutos de España, quinta con Álvaro González de Galdeano, David Plaza, Eleuterio Mancebo y Miguel Fernández.

Una semana después, el 2 de agosto de 1992, en la prueba en línea, al comienzo de la última de las 12 vueltas al circuito, el mongol Oggi formaba parte del grupo perseguidor de menos de diez ciclistas que perseguían a los tres de cabeza. Por detrás de ambos grupos, el pelotón buscaba un sprint masivo que no llegaría. La mala fortuna hizo que Oggi chocara contra un ciclista doblado de Filipinas que, ya retirado, circulaba en sentido contrario. Dolorido, nuestro protagonista, ya descolgado del pelotón principal que volaba en su tarea de caza, se esforzó para, aún así, llegar a meta, en el puesto 79º, a casi diez minutos del ganador.

Eran los últimos Juegos Olímpicos con ciclismo amateur en carretera y muchos de los participantes allí en Barcelona pasaron ese mismo verano o en la temporada siguiente a profesionales: Fabio Casartelli (1º, de Italia, a Ariostea y luego a Motorola), Erik Dekker (2º, Países Bajos, al Buckler que terminó siendo el Rabobank), Erik Zabel (4º, Alemania, al Team Telekom), un tal Lance Armstrong (14º, Estados Unidos, al Motorola), Ángel Edo (15º, España, al Kelme), Davide Rebellin (20º, Italia, al GB-MG Maglificio), Kiko García (24º, España, a ONCE), Wanderley Magalhães Azevedo (28º, Brasil, al Lotto), Carlos Alberto Maya (40º, Venezuela, al ZG Mobili-Selle Italia), Emili Pérez Font (82º, Andorra, al Lotus-Festina)… entre otros.

¡Nunca una lista de ciclistas amateur «lució» más profesional! Un tren, el del profesionalismo, que se le escapó a Oggi, pues Stanga finalmente fichó para Gatorade a otro «ciclista exótico», Gene Samuel, «Geronimo», un pistard olímpico de Trinidad y Tobago que figuró en la plantilla pero que no llegó a debutar en carretera.

La selección de Mongolia «licenció» a Jamsran Ulzii-Orshikh y a sus tres compañeros de esa especie de «servicio militar obligatorio» tras Barcelona. Alguno de ellos intentó la aventura europea, como Zundui Naran (de madre lituana), quien estuvo un par de temporadas en el club amateur ASPTT Nancy de Francia. Oggi no descartaba seguir un camino similar, pero a principios de 1993 tuvo una accidente de coche muy grave que le tuvo hospitalizado durante meses y en el que murió otro de sus compañeros de entrenamientos.

Cuando se recuperó, Oggi aprovechó para irse a formar en Actividades Físicas y Deportivas a la Universidad de Kiev, en Ucrania. Con 25 o 26 años, «todo un veterano» para los cánones soviéticos, Oggi, se resistía a colgar la bicicleta y siguió compitiendo en Mongolia y otros lugares de Asia, sobre todo en China y Malasia.

Tras los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, donde otro compañero representó a Mongolia, Oggi encontró una ocasión estupenda para dejarse ver de nuevo. La Unión Ciclista Internacional decidió organizar un «Mundial de Carretera B» para países que estaban aún lejos del nivel de los más destacados. Hubo cinco ediciones entre 1997 y 2007 y Oggi hizo podio en la prueba en línea de las dos disputadas en Asia: 3º en 1997 en Ipoh (Malasia) y 2º en 2001 en Qinhuangdao (China). También hizo top20 en los Juegos Asiáticos 1998 y fue subcampeón continental contrarreloj en 2001.

De este modo, en 2002, ¡con 35 años!, Oggi consiguió fichar por el Giant Asia Racing Team, un equipo taiwanés de categoría UCI continental (entonces TT3) muy internacional. Al año siguiente, cambió a otro club de esa misma categoría, el Marco Polo Cycling Team, con el que haría otras 5 temporadas, hasta cumplir 40 años como «jefe de ruta».

El Marco Polo (2001-2012 y 2016-2023) era un equipo claramente diferente. Con licencia primero de Taiwán y después de China, fue creado en Nijmegen por tres ciclistas holandeses (Remko y Gudo Kramer y Anno Pedersen) y un neozelandés (Nathan Dahlberg, el más conocido, ex de 7-Eleven y Motorola, y que falleció el pasado agosto). Pasaron por el equipo ciclistas de cualquier rincón del mundo, como Léon van Bon, Fuyu Li o Maarten Tjallingii. Disputaron pruebas en todos los continentes, con un proyecto que recogía donaciones para la ayuda al desarrollo del ciclismo en países poco habituales; en su segunda etapa, alineaban a ciclistas refugiados. Oggi cuadró a la perfección con la filosofía de este «proyecto trotamundos» y compitió en rincones de casi todo el mundo: Alemania, Holanda, Estados Unidos, Corea del Sur, Chile, Tailandia, Indonesia, Qatar, Japón… 

Oggi acumuló experiencias y anécdotas, como cuando, en Japón, ganó en una fuga contra dos rápidos ciclistas locales con los que iba escapados porque golpeó con su bidón en una farola para despistarles mientras los dejaba de rueda en el último kilómetro. O cuando en California aguantó con los mejores en plato grande, porque un coche de la Televisión se lo llevó por delante y le dejó magullado, sangrando y con el pasador del cambio fastidiado.

Los que corrieron con él dicen que era un gran rodador, un gregario y a la vez un líder capaz de llevar a sus compañeros a la victoria. Disfrutó de la bicicleta hasta que un cáncer de huesos le obligó a parar en 2008, con 41 años, para recibir tratamiento en Corea del Sur, gracias a un amigo de ese país, también ciclista. Cuando se recuperó lo suficiente, Oggi aún se marcó un objetivo más: volver a un podio. Lo consiguió en 2009, con la medalla de bronce en su último campeonato nacional en ruta.

Tras retirarse, Oggi siguió ligado al ciclismo como director deportivo y con cargos relevantes en la Federación de Mongolia. Su sueño era que un ciclista mongol llegase a la categoría profesional. La apuesta personal del Oggi Cycling Team / XacBank fue Maral-Erdene Batmunkh, nacido en 1994 en la misma región que su mentor. Batmunkh fue campeón continental asiático contrarreloj sub23 en 2016, además de múltiple campeón nacional absoluto (cinco veces contrarreloj y tres en línea).

 

El 4 de abril de 2019, Jamsran Ulzii-Orshikh, «Oggi», murió en Mongolia en un accidente de coche. Justamente cuando el ciclismo de su país se acercaba cada vez más a su sueño. El pupilo Maral-Erdene fichó en 2016 por el mejor equipo de Asia, el Terengganu Cycling Team de Malasia, de categoría UCI continental, y logró interesantes resultados internacionales, con victorias de etapa en Tailandia, China, Indonesia o Japón. El equipo local de desarrollo que fundó Oggi también ha seguido adelante con A. Altansukh, el hermano de Maral-Erdene, al frente. 

En la misma temporada en la que Oggi falleció, 2019, cuatro ciclistas mongoles sub23 probaron en otro equipo UCI continental, el Ferei Pro Cycling Team dirigido por Anatoli Sizko, con licencia de Ucrania ese año y de Bielorrusia en 2020. Entre ellos, destacaban dos corredores, Jambaljamts Sainbayar (nacido en 1996 en la capital) y Tegsh-bayar Batsaikhan (de 1998). 

La pandemia detuvo el calendario de ciclismo de Asia en general, y poco a poco, desde 2022, se retomó la parte mongola del equipo Ferei, ya con sede en el país de Oggi. Tras este parón, Maral-Erdene Batmunkh encontró equipo en Japón primero (Levante Fuji Shizuoka en 2022 y 2023) y más recientemente en Indonesia (Nusantara CT en 2024). 

Jambaljamts Sainbayar, conocido como «Elo», fue quien fichó por el potente Terengganu Polygon malayo en 2021, consiguiendo ese año y el siguiente ganar un par de pruebas de un día en Turquía, pertenecientes por tanto al UCI Europe Tour. El logro de «Elo» de ganar en una prueba UCI en Europa solamente lo había alcanzado antes Oggi, en 2002, en el Tour del Sur de Bulgaria. «Elo» demostraba también su potencial en Asia, llevándose el Tour de Tailandia en 2021 y siendo segundo en 2023. En 2022 Elo logró más de 450 puntos UCI y otros 640 en 2023.

Tegsh-bayar Batsaikhan, al que apodan “Monster”, es el más joven de los tres ciclistas más prometedores de Mongolia. Tras su paso por Ferei, fichó por el equipo Roojai Insurance de Tailandia, que en las dos últimas temporadas ha sido el gran rival del Terengganu en Asia. “Monster” ganó el Tour de Tailandia 2023 por delante de Elo gracias a una valiente escapada en la primera etapa y este año también ha logrado llevarse la general final del Tour of Bostonliq UCI 2.2. en Uzbekistán.

A finales de 2023, el equipo español Burgos-BH, un ProTeam (segunda categoría del pelotón), anunció el fichaje del ciclista Jambaljamts Sainbayar, que se convertía oficialmente en el primer ciclista profesional de Mongolia. Aunque Elo creció en el equipo del ejército de Mongolia, el Aldar Military Team, el más antiguo del país y rival del Oggi Cycling Team, estoy seguro de que el propio Oggi se alegraría mucho de esta noticia que llegó 30 años después de su frustrado fichaje por el Gatorade de Bugno.

Al igual que Oggi soñaba con correr el Tour de Francia o el Giro de Italia, Elo confiaba en correr una Gran Vuelta, en su caso la Vuelta a España 2024. El «chasco» llegó cuando los organizadores anunciaban que el Burgos BH no estaría en la Vuelta por primera vez desde que en 2018 pasaron a esa categoría conocida primero como ProConti y luego como ProTeam.

Es verdad que no es seguro que Elo hubiese conseguido hueco entre los 8 de Burgos para la Vuelta; de hecho, Jambaljamts Sainbayar ha formado parte del grupo de ciclistas que más ha alineado el director francés Damien Garcia en el calendario alternativo de Burgos-BH por Asia en 2024, en el que han ganado muchos puntos con el propio Elo y, sobre todo, con el neozelandés Aaron Gate y el arandino Mario Aparicio, muy bien secundados por otros compañeros como el griego Georgios Bouglas o el también kiwi George Jackson.

Elo no ha hecho un calendario muy distinto al que hacía en Terengganu: solamente ha corrido con Burgos BH en una prueba del World Tour en 2024, la Volta a Catalunya. Aunque no ha sido su mejor temporada en puntos UCI, Elo ha protagonizado fugas importantes este año, como en el Tour de Turquía, en el Tour of Qinghai Lake en China o en uno de los movimientos de los últimos kilómetros en la prueba en línea de los Juegos Olímpicos en París.

Una anécdota de este año me sirve como reflexión final a esta historia. En la primera etapa de la Volta 2024, en marzo, varios ciclistas se descolgaron en los últimos kilómetros y se desentendieron de cabeza de carrera en el tramo final, algunos de ellos por sentirse mal, pero seguramente otros también para dejarse tiempo y poder meterse en fuga en las siguientes etapas sin ser un peligro para la general.

En un canal de televisión español, uno de los comentaristas aseguraba que esta última sería seguramente la intención de uno de los descolgados más ilustres, el admirado ciclista belga Thomas de Gendt del Lotto Dstny. No se equivocaban: De Gendt se fugaría durante más de 130 km en la cuarta etapa. Sin embargo, otro de los que llegó con retraso en la etapa inicial, Jambaljamts Sainbayar, recibía un comentario muy diferente del mismo comentarista, poniendo en duda que un corredor de Mongolia pudiese seguir el ritmo en una prueba del World Tour. Elo no esperó demasiado para llevar la contraria: en la segunda etapa pasaba 151 de los 186 km en fuga.

Es cierto que Jambaljamts Sainbayar no ha logrado ninguna victoria en 2024, pero no ha desentonado para nada en un ProTeam como Burgos BH, que le ha renovado por méritos propios para 2025. Los 274.3 puntos UCI que ha conseguido Elo le colocan como el cuarto ciclista del equipo que más ha sumado, solo por detrás de Gate, Fagúndez y Díaz.

Por otro lado, aunque Elo no pertenecía entre 2021 y 2023 oficialmente a un equipo profesional (en teoría solo lo son los World Teams y ProTeams), estoy convencido de que el sueldo que recibía o el material con el que contaba en el equipo Terengganu malayo, UCI Continental, en las últimas temporadas no eran necesariamente inferiores a los que ha tenido este año en el Burgos BH, ProTeam español. Como me explicaba hace un tiempo el experimentado ciclista pucelano Eddy Nieto, afincando en Filipinas, en Asia no hay equipos de categoría ProTeam porque el calendario que hacen no requiere pagar esta licencia a la UCI, no porque ofrezcan peores condiciones que algunos de esos equipos europeos que sí son considerados profesionales.

Algo cambió con Oggi en el “orden del ciclismo mundial.” Desde 2005, el circuito UCI Asia Tour dominado por países como Kazajstán, Irán y Japón. El pionero Oggi llegó a ser 12º del UCI Asia Tour en 2006. En esta nueva generación, Elo ya ha sido 3º en 2021 y 2024, 2º en 2022 y 2023.

Habrá quien sea escéptico respecto al fichaje de ciclistas de países poco habituales en el «ciclismo top», como pueda ser Mongolia, pero, desde mi punto de vista, es una barrera cultural que debemos ir venciendo en un ciclismo cada vez más global como el actual. Del «casi profesional» Oggi al profesional Elo ha habido una brecha de 30 años que ha sido muy difícil vencer. Valgan sus historias como ejemplos de un sueño que se ha convertido en real venciendo muchos obstáculos por el camino.

 

Fuente de las fotos: Federación de Ciclismo de Mongolia y Burgos BH.

Hola 👋

Regístrate para recibir todo nuestro contenido en tu correo electronico

¡No hacemos spam! Lee nuestra política de privacidad para obtener más información.