Con la entrada de la primavera y pasadas las lluvias de abril, el mes de mayo se presenta, como cada año, vestido de rosa con motivo de la primera de las Grandes Vueltas del ciclismo profesional masculino: el Giro de Italia, conocido por los “tifosi” como La Corsa Rosa.
A nivel personal, era la única de las Grandes Vueltas en las que no había tenido el placer de haber podido acudir todavía, aunque paradójicamente siempre ha sido mi competición de tres semanas favorita. Este año, al inaugurarse en territorio italiano peninsular, cosa que hacía varias temporadas que no ocurría, desde High Cycling vimos una buena oportunidad de estar presentes en su arranque evitando los desplazamientos y dificultades logísticas que conllevaba el paso de la carrera por territorios de nacionalidad diversa. Así que, sin dudarlo demasiado, hicimos maletas y nos desplazamos hasta la provincia de Pescara, en la región de los Abruzos, donde la carrera arrancaba con una crono individual en la localidad de Fossacesia Marina con un recorrido de 19,6 km con el mar Adriático como telón de fondo.
Una “Grande Partenza” diferente a la que nos tenían acostumbrados en las últimas temporadas y considero que bastante deslucida comparada con la de años anteriores a nivel estético, ya que no es lo mismo ver una salida con todo el pelotón en marcha de forma conjunta en una gran ciudad a ver una competición con el arranque de una prueba contra el crono individual en una pequeña localidad marítima de pocos habitantes, aunque la prueba de crono sea una fórmula bastante usada por los organizadores de las Grandes Vueltas en reiteradas ocasiones, ya sea con prólogos individuales o por equipos.
Analizando esta primera experiencia asistiendo a la carrera italiana es difícil no hacer una valoración comparativa con otras carreras o competiciones en las que también hemos podido asistir anteriormente. Si bien es cierto que el Giro de Italia tiene ese encanto que la hace especial y, para aquellos que somos unos románticos del ciclismo, entre los que me incluyo, se proyecta como una competición envuelta en un halo de épica y magia si recordamos las gestas de Pantani o la ascensión a esos colosos montañosos que te dejan sin respiración, he podido captar diferentes aspectos muy positivos y otros a mejorar en líneas generales en este primer viaje relámpago para el comienzo del evento italiano.
A nivel estético, hay que aplaudir la involucración de la organización, patrocinadores y afición en general, donde se puede ver un despliegue de medios, motivos decorativos por doquier, tanto en el centro de las localidades como en carreteras intermedias, que nos hacen tener presentes en todo momento que la Corsa Rosa es una fiesta grande para el pueblo italiano. El “amore infinito” del pueblo italiano por el ciclismo se desprende y propaga por todos los cinco sentidos. En este aspecto, creo que en España, aún vamos un paso por detrás y tendríamos que poner más atención en estos detalles que son reflejo del cariño y el valor que se le da a la prueba por parte de todos: organizadores y aficionados.
Por otro lado, me ha parecido muy positivo que, con excepción de la etapa que sale desde territorio suizo y la penúltima en territorio esloveno, la mayor parte del recorrido sea en suelo italiano. Creo que Italia es suficientemente diversa y atractiva como para ofrecer un recorrido variado con opciones para todo tipo de corredores y en esta edición se haya descartado el inicio desde ciudades de territorios extranjeros.
Un aspecto que considero que deberían mejorar es la gestión organizativa de cara a los medios. Si bien es cierto que al cubrir una competición de varios días, el estar presente los días anteriores al evento es un aspecto clave para entender el funcionamiento organizativo de las pruebas, ya que cada una tiene sus particularidades, y a nosotros desde High Cycling nos fue imposible estar ahí, sí es verdad que noté algunas diferencias respecto a la organización de La Vuelta. Punto a favor de La Vuelta al tener en cuenta y dar espacio y cabida a los diferentes tipos de medios en la zona de prensa del control de firmas.
En La Vuelta hay un espacio reservado para medios digitales, prensa escrita, radio y cadenas de televisión diversas. En el Giro la zona de prensa no estaba delimitada por zonas según tipología de medios y las cadenas de televisión campaban a sus anchas, incluso metiendo codos y poniendo malas caras, por la presencia de personas que, aunque sea para medios más humildes y pequeños, estamos allí para intentar captar cualquier dato o información relevante que pueda ser de interés para después difundirlo, aunque el alcance de audiencia sea menor. Este aspecto lo estuve comentando posteriormente a la salida de la segunda etapa con varios periodistas españoles, como los integrantes del podcast El Maillot, que también se habían desplazado a Italia para el arranque del evento.
Tanto ellos como periodistas españoles de prensa escrita como el diario Marca habían priorizado quedarse en la zona de buses para buscar el contenido con más tranquilidad y sin entrar en agobios y tensión con el medio televisivo internacional. Tomo nota de ello para la próxima ocasión, aunque eso implique, por otro lado, perderse otros momentos y anécdotas que se ven siempre en el control de firmas. Aparte de ello y en la misma línea de temas de gestión, he tenido constancia de que desde la organización este año se ha modificado la compañía o los encargados que trabajan en el tema logístico y de ocupación hotelera y a los mismos equipos les ha llegado dicha información con muy poca antelación, cosa que dificulta su propia gestión logística.
Entrando ya en competición cabe remarcar el brillante inicio del campeón del mundo, el joven ciclista belga del Soudal Quickstep, Remco Evenepoel. A nivel personal había apostado que la primera “maglia rosa” sería para el italiano Filippo Ganna al correr en casa y mostrar su intención de ganar en la crono los días antes de la carrera. Una crono que, aunque corta, de menos de 20 km y en un terreno llano en unas antiguas vías de tren reconvertidas en un carril bici y con una única ascensión en el último kilómetro del recorrido, fue calificada como “muy, muy dura” por el ciclista del Groupama FDJ, el francés Thibaut Pinot, en línea de meta.
Una grata sorpresa ver al francés este año en la carrera italiana, el año de su despedida como ciclista profesional, cambiando su programa habitual de Grandes Vueltas. Aunque quizás haya venido a la carrera sin esa presión añadida que siempre ha tenido por ser el eterno aspirante a lograr la victoria en el Tour de Francia por la afición francesa, ya ha dado muestras de su calidad y a día de hoy se impone en la clasificación de montaña portando la “maglia azzurra” que lo confirma.
Justamente sobre Remco estuve hablando con su inseparable jefe de prensa, el británico Phil Lowe, a quien pregunté si veía alguna posibilidad de conservar la “maglia rosa” durante toda la competición a lo que él me comentó que sería muy improbable, que seguro la acabaría “soltando” en los próximos días.
No ha tardado en hacerlo y en la jornada del martes cedía la “maglia” ante el triunfo y la ventaja de tiempo en la clasificación general del joven ciclista del DSM, Andreas Leknessund. Buena jugada la del Soudal Quick Step quienes se quitan el peso y la responsabilidad del liderato, al menos por unas jornadas. Quien de momento se mantiene algo más discreto, como discreta fue su actuación en la crono si la comparamos con la marca registrada por el campeón del mundo, es el esloveno del Jumbo Visma, Primoz Roglič, siempre con una eterna sonrisa en la cara.
En la segunda y tercera jornada, etapas más pensadas para la llegada al sprint, se imponían los ciclistas Jonathan Milan del Bahrain Victorious y Michael Matthews del Jayco Alula respectivamente. El joven talento italiano Milan, de quien hay rumores de su marcha el año próximo de su actual equipo, estaba en todas las quinielas para hacerse con la victoria en la segunda etapa y no defraudó.
Por otro lado, el ciclista australiano Matthews, del Jayco Alula, se mostraba muy motivado y con ganas de buscar la victoria con unos “emocionantes días por delante” en las declaraciones que hizo en el control de firmas de la segunda etapa. No tardó en conseguirla al día siguiente imponiéndose a otros favoritos como Mads Pedersen o Kaden Groves.
El UAE Team Emirates, de momento ha empezado en su línea,y su líder Almeida se sitúa discretamente tras la estela del belga Evenepoel. Tampoco hay que perder de vista al conjunto alemán Bora Hansgrohe. Su líder Aleksander Vlasov de bien seguro será otro de los aspirantes más fuertes de la competición y, de momento, se mantiene en las primeras posiciones de la clasificación general. Veremos si tomará el relevo en el triunfo final de su compañero de equipo, el australiano que se impuso en la edición pasada, Jai Hindley, quien ha sido el gran ausente en esta edición y al que, en principio, veremos este año en la ronda gala.
Aunque la carrera acaba de empezar y hay todavía más de dos semanas por delante, al tratarse de una competición tan impredecible, lo que sí está asegurada es la emoción hasta la última jornada. Las conjeturas y predicciones del ganador final ya es tarea más complicada, aunque estos primeros días nos han dado pistas y algunas cartas ya se han puesto sobre la mesa. Quizás tras la segunda jornada de crono, que llegará en la novena etapa, se empezará a ver con más claridad el orden de los aspirantes en la clasificación general y se separará el grano de la paja. Seguiré comentando sobre las siguientes jornadas en los próximos artículos de la columna. Seguid atentos…
Foto: Laura M. Taberner
Laura es de Mallorca y acude en primera línea a las carreras para transmitir de primera mano todo lo que sucede. Entrevistas, artículos de opinión, casi siempre sobre ciclismo profesional. Interesante seguir sus redes.