Según la clasificación del UCI World Tour, Pello Bilbao es el ciclista español mejor clasificado, ocupando la decimoprimera posición. No es uno de los momentos de mayor competencia en ese aspecto, puesto que el siguiente es Enric Mas, exactamente en el top 20 de dicho ranking. Eso lo dicen los números. Los puntos, que se consiguen en base a resultados. En base a clasificaciones en las carreras. Pero es que en las sensaciones, en la forma de correr, en la efectividad, en el balance entre expectativa y realidad, el vasco sigue ganando y por mucha más diferencia con respecto a sus rivales. El vizcaíno no hace excesivo ruido mediático, pero una vez en carrera rara vez falla. Un seguro.
Porque sí, Carlos Rodríguez ha sido la sensación del Tour de Francia, ha rozado el podio en varios momentos y se ha adjudicado una victoria de etapa. Pero es que Bilbao, haciendo mucho menos ruido se ha clasificado sólo una posición por detrás y ha logrado el mismo botín de victorias parciales (una). Se filtró en un par de escapadas para remontar posiciones en la general e incluso durante algunas etapas era una amenaza clara para la última plaza del podio de París. En resumen, un Tour de ensueño que sólo hubiese mejorado de haber logrado el triunfo en San Sebastián, donde lo intentó de forma muy inteligente. Faltó únicamente un poco más de desacuerdo en el pelotón.
Pero es que en el resto de la temporada ha estado rayando a muy buen nivel. Que nadie se olvide de cómo empezó su año, en el Tour Down Under, ganando una etapa y siendo tercero en la general final. Es más, en las vueltas de una semana sólo se ha bajado del top cinco por dos circunstancias. Una, por el abandono en Itzulia tras la primera etapa, y dos, por el fallecimiento de Gino Mäder, su compañero de equipo y amigo. De no haber mediado la desgracia, quién sabe si Pello hubiese tenido la posibilidad de anotarse una victoria en la Vuelta a Suiza. Tercero fue en la meta de La Punt y quinto en la general.
Fue 3º en la carrera prólogo, el Grosser Preis des Kantons Aargau. Fue 4º en el UAE Tour, 3º en la Vuelta a la Comunidad Valenciana y después del Tour segundo en la Clásica de San Sebastián. Resistió a todo un Remco Evenepoel, que le batió con el maillot de campeón del mundo en la recta final. Un papel más que digno a lo largo de la temporada que le hace merecedor del título honorífico a mejor ciclista español del año 2023. A no ser que algún otro lo remedie en la inminente Vuelta a España, donde Pello Bilbao no tiene previsto participar. Dejará la oportunidad a otros ciclistas para que lideren Bahrain Victorious, como Buitrago o Caruso.
La lástima ha sido que el ciclista de Gernika no haya podido participar en el Mundial de Glasgow, donde visto lo visto hubiese sido un ciclista muy válido. El fondo y la resistencia fueron claves en una cita en la que el ritmo impuesto fue altísimo. La intensidad de la carrera requerían esas dos características fundamentales para obtener éxito en ella. También la visión de carrera para elegir cuáles eran los momentos más importantes, las ruedas a seguir y el papel a desempeñar. Dada la situación entre el ciclista y el seleccionador, el mejor ciclista español en lo objetivo y en lo subjetivo tuvo que verlo desde su casa.
Al tiempo que sólo dos ciclistas de la Selección Española finalizaban la prueba…
Foto de portada: ASO / Ballet // Interiores: Down Under / Sprint Cycling Agency