Nacida en Reims, Pauline Ferrand-Prevot se puede decir que fue una de las primeras influencers del ciclismo femenino sin serlo. En la actualidad hay centenares de ciclistas que utilizan la estética para ganar seguidores. Y es totalmente legítimo. Pauline tenía (y tiene) ese atractivo estético, pero al mismo tiempo ha sido (y es) campeona del mundo y una corredora de éxito que ha conseguido lo que difícilmente nadie podrá conseguir jamás, que es proclamarse campeona del mundo en cuatro disciplinas diferentes. Así que en realidad nada de influencer, sino una deportista como la copa de un pino.
Una profesional modélica que vive por y para el ciclismo. Y para su familia, que a su vez está altamente relacionada con el ciclismo por los cuatro costados. Dentro de todo lo que ha conseguido, que es mucho, es una estrella ciertamente infravalorada, una figura que debería estar mucho más arriba en los rankings de popularidad, en la historia del ciclismo de forma más firme. Sí, hace casi una década se llevó la Flecha Valona, la Emakumeen Bira, fue segunda en un Giro a sólo 15 segundos de una leyenda como Marianne Vos, fue campeona del mundo en ruta en el Mundial de Ponferrada…
Pero al no haber nacido en esta era moderna del ciclismo femenino donde parece que el Tourmalet y el Tour se han descubierto antes de ayer, Pauline parece que no existe. Pero sí lo hace. El precio que ha tenido que pagar por dedicarse a la multidisciplina, otra cuestión que ahora está de moda y ella lleva practicando toda su carrera, es que su fama se ha visto resentida. Si preguntásemos a cualquier aficionado random por sus cinco corredoras favoritas, casi ninguno mencionaría a Ferrand-Prevot.
Hablamos de una corredora que lleva mucho tiempo en el candelero, pero que nació en 1992 y tiene en la actualidad 31 años. Con todo lo que ello significa. Su primer oro llegó en la categoría junior. Fue en el Europeo contrarreloj del lejano 2009. Sólo un año más tarde se proclamó campeona del mundo en ruta, de nuevo como junior. El siguiente paso en la ruta fue convertirse en campeona francesa absoluta, año 2012, tanto en ruta como en contrarreloj. Lo hizo por tres años seguidos aún siendo ciclista sub 23. De hecho, computaron las dos victorias, ya que las pruebas femeninas suelen incluir todas las edades y después otorgar premios por categorías.
Al tiempo, fue campeona de Francia en un par de ocasiones en la modalidad de ciclocrós. Y campeona del mundo en 2015. En Mountain Bike, que es donde ahora ha instalado su pequeño reinado, ha brillado y brilla con luz propia. Es la actual campeona del mundo en Campo a Través, en 2023 por séptima vez. Una barbaridad. Lo fue en junior, en el Europeo, en el de Francia sub 23 y absoluto… También ha sido campeona del mundo en gravel, esa disciplina que está más de moda que nunca. En octubre se verá si es capaz de revalidar el título o no, pero no sería de extrañar, es la gran favorita.
Pocos y pocas ciclistas habrá con quince oros en distintos Campeonatos del Mundo. Ninguno con tan poca relevancia mediática para la que debería ser con una ciclista de esta altura. El tourcentrismo que sólo reconoce a las corredoras que aspiran a vivir en las grandes vueltas. El currículum que tiene Marianne Vos en carretera es muy superior al de Pauline, es evidente. Pero los méritos de Ferrand-Prevot en Mundiales son muy superiores a los registros de la considerada por muchos mejor ciclista de la historia. El equipo Ineos no ha sido ajeno a sus logros y se ha apoderado para su equipo de quien será una leyenda.
Fotos: UCI (Twitter) / Sirotti