Llega la primera jornada de descanso a la Vuelta, carrera que en poco más de una semana ha dejado multitud de momentos anecdóticos y no tan anecdóticos jornada a jornada.
Desde mi perspectiva, como se vio en televisión y como muchos ciclistas han opinado, con Remco Evenepoel a la cabeza, el aspecto organizativo ha quedado en tela de juicio, especialmente por algunos acontecimientos que se han ido dando en la primera semana. Por ejemplo, no soy capaz de entender por qué los tiempos se toman a dos kilómetros cuando los escapados pueden sufrir los mismos riesgos y a ellos sí se les permite disputar la llegada original. Cosita aquí y cosita allí, se están cargando al final el significado y el sentido de este deporte.
El día de la crono por equipos (demasiado corta para mi gusto) podían haber previsto el horario, que ya era complicado de por sí por comenzar unos equipos con luz en pleno proceso del atardecer. Es obvio que el tema meteorológico no está en sus manos, pero sí se sabía que era muy probable que la lluvia iba a estar presente. Haber adelantado la etapa media hora hubiese sido suficiente, porque los últimos equipos doy fe que no gozaban de visibilidad alguna para completar el recorrido.
En la segunda etapa se encontraron con el chaparrón que les cayó en Mataró. Puede que las inclemencias del tiempo tuviesen sus efectos, pero me dio la sensación que para ser una Vuelta a España había muy poco público en salidas, metas y pasos intermedios. Seguro que con alguna excepción, pero es lo que pude apreciar. No llevo 20 ediciones, pero, si exceptuamos la de 2020 por motivos obvios, las últimas cinco las he seguido muy de cerca. Y es lo que aprecié de esos dos primeros días. He visto más gente en alguna jornada de la Volta Catalunya, que también conozco in situ. O el Giro o el Tour.
Después está el tema de las chinchetas y los intentos de boicot. Pude hablar con Juan Ayuso, Enric Mas y algún otro y había bastante molestia con ese tema. Muchos ciclistas pincharon rueda, que es casi lo de menos, se repara y ya está. El problema viene más en las velocidades a las que ruedan, y que ese pinchazo se puede convertir en un accidente mucho más grave. Es algo que se debe comentar, me pareció un tema bastante grave.
Tema aparte es el tema de las mascarillas por parte de la prensa. Al principio nos tenían un poco apartados en una zona a la que los ciclistas ni siquiera se acercaban, después nos dejaron entrar en el ‘meollo’ pero con la mascarilla puesta. Mientras tanto ves a tanta otra gente de la carrera que no la lleva, o paseándote por allí con los ciclistas entremezclados con la gente y lógicamente sin mascarilla. Es algo que no pude comprender, que no tiene ningún sentido.
Me dio la sensación que la tercera etapa era un pelín demasiado dura. La contrarreloj por equipos fue muy corta y la primera etapa en línea, entre el tiempo y los recortes, tampoco tuvo tiempo el pelotón de adaptarse un poco a la carrera. Cambiar el terreno así de golpe a una jornada dura tan tempranera no me gustó. Hubiese preferido una etapa algo más light. En la cuarta fue difícil ir de salida a meta en coche, el recorrido alternativo facilitado por la organización fue demasiado largo y me costó incluso llegar al final de la etapa. Fue caótico. Nos cruzamos con un coche de Movistar y otro de Alpecin que iban a toda pastilla porque tendrían el mismo problema que nosotros. Después tocaba marcharse a Morella, en Castellón.
El día de Burriana se dio la segunda victoria de Kaden Groves, demostrando que es el sprinter más en forma de la Vuelta. Aún así, creo que no habría que perder de vista a Sebas Molano, del UAE, en próximas llegadas al sprint. Precisamente está siendo una Vuelta que en esta primera semana no ha dejado mucho espacio a los escapados. Los favoritos no quieren dejar nada a la improvisación y han peleado todas las etapas que han podido. Entre ellos, quien lo tiene francamente mal es Evenepoel, porque Jumbo no sólo tiene a Roglič y Vingegaard, de los que no cabe añadir mucho más y que parecen estar a un nivel superior, sino que arriba de la clasificación está el mejor de sus gregarios, Sepp Kuss.
Lo de este chico es espectacular. En lugar de mostrarse cansado o superado, no se le va la sonrisa. Y ahí está, que parece que cada día está mejor. Aún así, Remco no rehúye la batalla, hablé con gente de su staff y está muy concentrado. Tiene mucha seguridad en sí mismo y va a por su segunda Vuelta. También la tienen Lenny Martínez y Cian Uijtdebroeks, que son jovencísimos, debutan en una vuelta de tres semanas y han dado la talla en esta primera semana. Me parece que están respondiendo de forma espectacular. Habrá que verles en segunda y tercera semana, que se les puede atragantar teniendo tan corta edad.
Entre los españoles, me está sorprendiendo gratamente Enric Mas. Está mejor de lo que me pensaba. Y Juan Ayuso, lo mismo. En las subidas tiene una forma de subir algo irregular que parece que no está lo suficientemente fuerte para resistir las embestidas de Evenepoel o Roglič. Pero ya le vimos esprintando por la victoria con Remco y Primoz en el Xorret de Catí, al final ambos saben regularse muy bien. Están ahí, quizá no para ganar la carrera, pero sí para aspirar a una plaza en el podio de Madrid. Aunque difícil lo tienen con estos rivales.
Como punto positivo, viene ahora una segunda semana de grandes emociones y cuyo recorrido me parece muy acertado. Con los ciclistas que están en liza y cómo llega la carrera, la cosa promete. Si no hay más sorpresas, claro. La participación en sí está rindiendo e implicándose. Pero a nivel organizativo la cosa debe mejorar, ya que muchos ciclistas están bastante mosqueados. Esperemos que no afecte a sus futuras participaciones en la Vuelta, a la que todos deseamos lo mejor.
Laura es de Mallorca y acude en primera línea a las carreras para transmitir de primera mano todo lo que sucede. Entrevistas, artículos de opinión, casi siempre sobre ciclismo profesional. Interesante seguir sus redes.