En tiempos pretéritos, el ciclismo español fue considerado el mejor del mundo. No tenemos que irnos tan lejos, unos 10-15 años atrás, para recordarlo. Una época en la que los Alberto Contador, Alejandro Valverde, ‘Purito’ Rodríguez u Óscar Freire eran favoritos a casi todo durante toda la temporada. Y cuando no aparecían ellos como superestrellas de nuestro ciclismo, lo hacían otros. La llamada ‘clase media’.
Clase ‘media-alta’ más bien podríamos decir si nos referimos a figuras como Carlos Sastre -ganador del Tour de Francia y podio en numerosas grandes vueltas-, Samuel Sánchez -con un palmarés excepcional, podios incluidos en Tour y Vuelta- o Luis León Sánchez -ganador de cuatro etapas en el Tour y un sinfín de carreras al máximo nivel-. Ellos, junto con los Haimar Zubeldia, Dani Moreno, Rubén Plaza, Pablo Lastras, Óscar Pereiro, Juan Antonio Flecha o Juanma Gárate daban lustre a una era dorada del ciclismo español. Quizá no llegaban al nivel de los megacracks citados en el primer párrafo. Pero su contribución fue esencial, en forma de victorias parciales o presencia en las grandes carreras, a esa generación de ciclistas que dominó el ciclismo internacional durante diez o quince años al comienzo del siglo.
Una ‘clase media’ camino de la retirada
Volviendo a la actualidad, esa clase media está a punto de desaparecer. Eso ocurrirá si las nuevas hornadas de ciclistas destinados a heredar ese protagonismo secundario no da un paso adelante. Tenemos claro que con Carlos Rodríguez y Juan Ayuso podemos tener un relevo a la hora de luchar por las grandes vueltas. Pero, ¿qué ocurre con el resto? ¿Qué pasará con las victorias parciales, las fugas, las clásicas…? ¿Quién aportará protagonismo al ciclismo español? Por ello, para que la respuesta a esta pregunta sea positiva, la nueva ‘clase media’ debe dar un paso adelante en 2024.
Actualmente, la retirada de ciclistas como Luis Léon Sánchez, Imanol Erviti o José Joaquín Rojas, junto a la veteranía de hombres como Mikel Landa, Pello Bilbao, Jesús Herrada, Omar Fraile, Jonathan Castroviejo o Ion Izagirre, provoca que sean otros los que deban tomar el relevo. Ciclistas más jóvenes pero ya con una edad suficiente como para iniciar su madurez ciclista. Y, al menos en 2023, ese relevo no ha otorgado el protagonismo esperado al ciclismo nacional en las carreras de primer nivel. Ese protagonismo ha recaído en ‘los de siempre’ -los citados anteriormente-.
No hay más que atender a los triunfos españoles en las grandes carreras en 2023. De los cuatro del Tour, tres fueron para ciclistas citados en el párrafo anterior y en la Vuelta a España, únicamente pudimos disfrutar de un triunfo parcial, de la mano de Jesús Herrada, y un ‘uy’ de Pelayo Sánchez en la penúltima etapa. Pese al cierto protagonismo de Ayuso, Landa y Más en la general, un bagaje muy pobre para ser la carrera de casa: ni podio, solo una victoria y, lo peor, apenas opciones ni siquiera de luchar por los triunfos parciales.
Por ello, aquellos ciclistas que están entre los 24 y los 30 son los que tienen ahora la responsabilidad. Son ellos los que deben dar ese salto hacia adelante y convertirse en los complementos perfectos a los Rodríguez y Ayuso. ¿Qué ciclistas deben dar un paso adelante en 2024?
Oier Lazkano, un brote primaveral
Como decíamos, es necesario que la clase media actual, los ciclistas de entre 23 y 30 años que están en camino a su consolidación como ciclistas de primer nivel, de un paso adelante en 2024. Empezando por uno de los corredores que más ilusiona a nuestro ciclismo a corto plazo y quizá una de las pocas excepciones de la temporada en cuanto a presencia en grandes carreras: Oier Lazkano (23). El ciclista de Movistar ha dado un gran paso adelante en este 2023. Pero necesita un empujón más para convertirse en el líder de la clase media de nuestro ciclismo, tanto en clásicas de Primavera como en etapas de grandes vueltas.
El vitoriano ha conseguido cuatro triunfos en la campaña que acaba de finalizar, en carreras de buen nivel como la Vuelta a Burgos, Boucles de la Mayanne o el Campeonato de España de Ciclismo. Así como un gran segundo puesto en A través de Flandes. Pero es cierto que su final de temporada, y especialmente su participación en la Vuelta a España, dejó algo que desear. Apenas vimos al vasco en posición de triunfar desde una fuga. No digo que no entrara en escapadas pero cuando lo hizo, no estuvo en disposición de disputar las victorias parciales. Como casi ningún ciclista español en La Vuelta.
Pelayo Sánchez, ¿un cazaetapas de otra generación?
Y es que, como decíamos antes, ningún ciclista nacional nos hizo saltar en nuestro sofá, vibrar con un posible triunfo. Como decíamos antes, ninguno, salvo Jesús Herrada, claro está, estuvo en disposición de triunfar desde una fuga -o desde el pelotón, pero eso fue otra historia-. Bueno, uno sí, nuestro siguiente protagonista.
Pelayo Sánchez (23) sí que nos brindó la oportunidad de triunfar en la penúltima etapa, con una disputadísima jornada en la que solo Poels y Evenepoel. Vaya dos. Le batieron al sprint en Guadarrama. El asturiano, que ha dado un gran paso adelante en 2023, hizo lo que pedimos a los nuestros en ‘nuestra’ carrera: pelear hasta el final por triunfar.
El asturiano apunta maneras como cazaetapas, capaz de tener presencia en fugas de etapas muy duras y capaz también de leer a la perfección los movimientos, como hizo en Guadarrama. Esa inteligencia y ese fondo tan importantes puede ser decisivo para lograr un paso adelante clave en 2024.
Al igual que Lazkano, Pelayo liderará la clase media de nuestro pelotón en 2024 y deberá seguir dando pasos adelante en el World Tour, dejando atrás al Burgos-BH y batiéndose a diario con los mejores en Movistar.
Javier Romo, ambición a falta de constancia
Otro que llega a Movistar dando un paso importante en su carrera es Javier Romo (24). Otro de los ciclistas españoles que debe liderar la clase media del futuro más próximo y que no ha cuajado una mala temporada en 2023. Eso sí, por una cosa o por otra no ha podido culminar con éxito en ninguna carrera de las que ha disputado, pese a destacar en muchas de ellas y mostrarse como un corredor ambicioso y atacante.
Puede que su llegada a la estructura telefónica le aporte una mayor regularidad y más oportunidades de brillar al máximo nivel. Sin duda, un escalador capaz de estar en escapadas de nivel y con mucho fondo. Con un poco más de fortuna seguro que en 2024 llega su primera victoria como profesional.
Alma de vueltómanos
Siguiendo nuestro repaso a esos ciclistas que deben liderar esa clase media del ciclismo español, llegamos a los vueltómanos. Quizá no sean corredores tan completos y tanta clase como Carlos Rodríguez o Ayuso. Pero ciclistas como Juanpe López (26) o Cristian Rodríguez (28), tienen la calidad suficiente como para pelear por buenas posiciones generales. Especialmente en Giro y Vuelta o reconducir su temporada y tratar de conseguir triunfos parciales en la alta montaña. Dos que deben dar un paso adelante en cuanto a regularidad y que gozan de buenas estructuras para hacerlo.
Evitar ese día malo, muy malo, que suelen tener será clave para ganar regularidad y tratar de estar a menudo en el top 10 de las grandes vueltas. Al más puro estilo Haimar Zubeldia en décadas anteriores. Eso y tratar de triunfar desde fugas siempre que tengan margen. Juanpe ya lo rozó en el Giro de Italia 2022… ¿lo logrará finalmente en 2024?
¿El ‘penúltimo tren’?
Pasando de vueltómanos a cazaetapas, Movistar Team cuenta con una buena legión de ciclistas que deberían nutrir nuestras vitrinas de victorias parciales y triunfos en las clásicas. Lo cierto es que, hasta el momento, quieren pero no pueden. Hablamos de hombres como Alex Aranburu (28), Iván García Cortina (27) o Gonzalo Serrano (29) que podrían ver pasar su penúltimo tren’ si quieren ser ciclistas triunfadores en las grandes carreras a nivel internacional.
Especialmente el primero sí que ha dado un gran salto en este 2023, especialmente con un gran final en Luxemburgo y las clásicas de final de temporada en Canadá e Italia. Es cierto que el guipuzcoano ha ganado regularidad durante este año pero necesita un puntito más de ambición y remate para poder acrecentar su palmarés. Y 2024 será una gran oportunidad para ello, siempre y cuando seleccione mejor su calendario, apostando por clásicas con cierta dureza que le vengan bien a su ciclismo y se filtre en escapadas clave dentro de las grandes vueltas.
Por otro lado, lo de Iván García Cortina es ya un caso aparte. Le sobra calidad para ganar, pero siempre se queda a las puertas, ya no de triunfar, sino de pelear por el triunfo. La colocación, la constancia, la regularidad… el asturiano afronta un año decisivo para su futuro como ciclista al más alto nivel. 2024 tiene que ser su año definitivo, tanto en las clásicas de Primavera como en las grandes vueltas por etapas. No puede repetir el folio en blanco de la presente campaña.
Y Gonzalo Serrano, otro al que le sobra calidad y que puede y debe estar con los mejores. Especialmente en semiclásicas del estilo del GP Wallonie, donde ha conseguido su única victoria de 2023. De nuevo, buscar al regularidad y apostar por un calendario adaptado a sus cualidades como escalador explosivo y buen rematador será vital para que el madrileño se consolide definitivamente como un ciclista ganador en el ciclismo mundial.
El gran salto para Adriá y Azparren
Por último, la clase media de nuestro ciclismo también necesita que los recién llegados al World Tour den un pasito adelante en sus carreras. De hecho, para eso les han fichado. Hablamos de Roger Adrià (25) y Xabier Mikel Azparren (24).
El catalán ha cuajado una temporada buena y, sobre todo, muy regular, peleando por las primeras posiciones en prácticamente todas las carreras que ha disputado gracias a su explosividad cuando la carretera se pone cuesta arriba. Sus buenos puestos en Mallorca, Asturias y Croacia, junto con muy buenas actuaciones en clásicas francesas e incluso en clásicas de primer nivel como Lieja y Flecha Valona, le han dado su billete al World Tour. Ahora le tocará dar ese pasito adelante y pelear, ya sí, por las victorias dentro del Bora-Hansgrohe.
Por su parte, el ciclista vasco no ha tenido la mejor de las suertes en 2023, con un buen arranque de temporada pero con muchos abandonos y problemas a lo largo del año. Algo que, lógicamente, han lastrado su rendimiento y su regularidad. Un ciclista diferente a Adrià y probablemente al resto de la clase media. Azparren tienen las cualidades para sumarse a los Juanpe López o Cristian Rodríguez para conseguir buenas posiciones generales. O quién sabe si luchar por los podios en algún momento. En Arkea deberá dar un pasito adelante para adaptarse y seguir creciendo al máximo nivel.
Así pues, por las piernas de estos ciclistas que hemos bautizado como ‘clase media’ pasan las esperanzas del ciclismo español de presente y futuro. De su paso adelante depende que España vuelva a consolidarse como uno de los países top en el ciclismo internacional. Dentro de que son corredores en edad de progresión, poco a poco van alcanzando su madurez -que actualmente cada vez llega antes-. Son los ciclistas que deben escoltar a Carlos Rodríguez y Juan Ayuso en la batalla por dominar el ciclismo que está por llegar.
Foto de portada: Movistar / Getty Sports
Adrián González Blanco es cántabro, periodista, y amante del ciclismo. No, no tiene relación con el mítico ex-futbolista del Real Madrid. Sí tiene que ver con unos análisis audaces e infalibles sobre la actualidad ciclista a través de radiografías exactas y siempre interesantes.