La ciudad de Zúrich no es precisamente nueva para el Campeonato del Mundo de ciclismo. A principios del siglo XX fue sede del mismo en tres ocasiones: 1923, 1929 y 1946. 101 años habrán pasado del estreno mundialista de la ciudad suiza. Lástima que no se hiciera coincidir la celebración de la fiesta internacional del ciclismo con la efeméride. Sea como fuere, será un Mundial especial, con un recorrido duro, con zonas para el ataque y para la sorpresa. Las rampas más duras se ubican lejos de meta, pero a cambio no habrá un metro llano hasta la línea de llegada, como se puede ver en los gráficos.
El perfil de la prueba reina, que viene a ser la de élite masculina, consistirá en 273,9 kilómetros. Ocho vueltas al circuito con dos escaladas previas de postre. Sobre todo, la segunda de ellas se hará notar, con 1,2 kilómetros al 10,8%. Repechos constantes y circuito que acumulan un total de 4.470 metros de desnivel, el equivalente a una etapa de alta montaña. Si Glasgow fue una tortura para sus participantes por los constantes giros y el ritmo de competición, Zúrich promete que los más fuertes tengan ocasión de explayarse. Todo en un trazado cuyo perfil da pavor. La salida se dará en Winterthur, también en territorio suizo.
El perfil de las féminas constará de 154,1 kilómetros y 2.385 metros de desnivel. Serán cinco vueltas al circuito, con salida en Uster. Las cronos tendrán diferente longitud, como ha sido habitual desde que ambas pruebas coinciden en el Campeonato. 46,1 kilómetros para la categoría élite masculina y 29,9 kilómetros para las féminas. Salvando la zona llana del inicio, el recorrido es similar y bastante selectivo para los candidatos a las medallas en sendas pruebas.
Hablar de favoritos es prematuro sin tener una parilla de salida. Pero es un circuito que se adapta a todo tipo de corredor: desde los clasicómanos que pasen dignamente las subidas cortas a los candidatos a las Grandes Vueltas. La sorpresa y el ataque parece la forma más razonable de decidir quién portará el arco iris durante un año. Tras las interesantes batallas de 2023, esperan nuevas en 2024.
En la que será su cuarta ocasión como sede del Campeonato del Mundo, Zúrich recordará la gesta de un ciclista local, el suizo Hans Knecht, que se convirtió en ganador en su propia casa. Fue el primer ciclista que hubiese conseguido triunfar en su ciudad natal en un Mundial y hasta la fecha no se ha repetido tal hazaña. En 1950 el belga Briek Schotte venció a escasos 30 kilómetros de su Kanegem natal. En la actualidad sí hay ciclistas suizos que aspiren a retomar la senda de Oskar Camenzid (1998), pero naturales de Zúrich será complicado que repitan la hazaña de Knecht.
Gráficos: zurich2024.com
Nacido en Madrid el 2 de abril de 1986, Jorge Matesanz ha pasado por ser fundador y director de proyectos como Revista Desde la Cuneta, Tourmalet Magazine o High Cycling, además de colaborar en otros proyectos como Palco Deportivo, Plataforma Recorridos Ciclistas o Con el Plato Pequeño. Tras más de 15 años dentro del mundo del ciclismo, llega el momento de fundar Le Puncheur junto a Sergio Yustos y seguir acercando artículos de opinión, casi siempre sobre ciclismo profesional.