Pogacar y Vingegaard: ¿son positivos para el espectáculo?

Pogacar y Vingegaard: Cuando el abuso se convierte en «aburrimiento». Para empezar quiero dejar algo claro, esto es una simple opinión y, por lo tanto, seguro que muchos no estarán de acuerdo y pensarán que soy un amargado con lo que a continuación voy a exponer. Pero no puedo quedarme callado. ¿Se está convirtiendo el ciclismo en aburrido y previsible? ¿Son Pogacar y Vingegaard unos abusones? Estas dos preguntas no tienen relación la una con la otra, pero a la vez van de la mano. Me explico.

Los aficionados al ciclismo estamos de suerte, vivimos probablemente uno de los mejores momentos de la historia de este deporte. El tiempo dará o quitará razones. Tadej y Jonas; Pogacar y Vingegaard. No se recuerda una rivalidad igual en muchos años, con dos corredores tan superiores al resto. Dos gladiadores que copan todas las primeras posiciones, cada uno a su manera, con sus armas, uno buscando el espectáculo y la épica histórica y el otro apoyado en la superioridad de su equipo.

Cuando ambos están frente a frente, el nivel es superlativo. Y se respira un clima distinto, como si de un acontecimiento histórico se tratase. Todos sabemos que algo muy increíble puede pasar y es difícil saber quién ganará, ya que la igualdad es máxima. Pero estamos ahí, frente a la pantalla, deseando que nos hagan saltar del asiento. El problema de todo esto es que para que ambos corredores coincidan hay que esperar normalmente al mes de julio, puesto que, salvo sorpresa, solo suelen coincidir en el Tour. En 2023, por ejemplo, aparte del Tour solo coincidieron en Paris – Niza y en 2022 en Tirreno. Pero, al lío, que me voy por los cerros y a estos dos en bici no les sigo el ritmo.

El resto de días del año en los que ambos compiten por separado y que tienen opciones de victoria se convierten en tediosos. Da un poco de rabia ver tanta superioridad. Te pueden caer mejor o peor, sí, son 2 fueras de serie. Pero llega un momento que las carreras acaban por perder emoción, convirtiéndolas en algo previsible. Y digo esto a sabiendas de que se me van a tirar al cuello, pero es innegable que cada vez ocurre más asiduamente. Y no, no pienso entrar en el debate de los presupuestos de cada equipo o de las diferencias en intangibles que les puedan favorecer, aquí vamos a su rendimiento individual.

Reconozcámoslo, vayan donde vayan no tienen rival. Y el interés de la carrera ya no reside en ver quién gana, simplemente tenemos intriga por saber que corredor será el valiente que quizá intente seguirles y luchar por el pódium. Los ejemplos mas claros los tenemos esta misma semana. Pogacar está en La Volta, llegan la etapa de Vallter 2000, la de Port Ainé o la de Queralt, y la única parte interesante es ver en qué momento a Tadej le da por irse solo. Estoy seguro que todos ya sabíamos a falta de 10 km que si no pasaba nada paranormal, el esloveno ganaría.

Pero es que en el resto de carreras donde acuden la tónica es la misma. Con Jonas en O Gran Camiño o Tirreno ha pasado exactamente lo mismo. Allá donde compiten y pueden luchar por la victoria, no hay nadie que pueda con ellos cuando se trata de etapas o pruebas en las que se puede luchar cara a cara. Al final, todo esto repercute al nivel ciclístico, ya que muchos equipos o corredores no se atreven a intentarlo o a proponer táctica alguna a sabiendas de que hagan lo que hagan este dúo no tiene rival.

De hecho, aludiendo a datos básicos para que la gente se haga una ligera idea, en 2023 entre ambos corredores consiguieron 33 victorias, divididas en 27 triunfos parciales (12 Vingegaard + 15 Pogacar) y 6 generales (4 Vingegaard + 2 Pogacar) en 116 días de competición. El porcentaje de victorias es superior al 28%. Además, si tenemos en cuenta que se enfrentaron durante 29 días entre sí y solo puede ganar uno… Vamos que el dato es demoledor.

Pero es que este 2024 ha empezado siendo más abusivo todavía, ya que el danés de Visma ya lleva 5 etapas y 2 generales en 11 días de competición. El corredor del UAE lleva 4 victorias en 9 días (y la general de la Volta sentenciada salvo hecatombe). Siendo básicos y generalizando, podríamos decir que entre Pogacar, Vingegaard y Meintjes han ganado todo lo que se ha corrido.

Podríamos ahondar en más datos estadísticos, pero al final estarían falseados ya que obviamente hay pruebas que se juegan al sprint o etapas que el pelotón decide «fumarse», como coloquialmente se dice, y acaba llegando la escapada. Por lo que no tengo forma empírica de probar con certeza lo que digo. Pero estoy seguro que todos entendéis este punto de vista. Y lo reitero, esta superioridad le quita mucha emoción a las carreras. Tenerles a ambos es un punto mediático muy importante, vale. Y la rivalidad vende muchísimo, pero de cara a la competitividad general, creo que es un flaco favor al ciclismo y a su vez afecta al desinterés del espectador medio.

Esperemos que este ciclismo mas previsible junto con el sonido del helicóptero en las retransmisiones no actúen como somnífero. Disfrutemos de estos ciclistas que serán recordados hasta el fin de nuestros días.

Fotos: ASO / Ballet / López