Histórico. Puede ser el mejor calificativo para describir el paso de Mathieu Van der Poel por el ciclismo. Una vez más, el especialista en fotografías cumple con los pronósticos e impone su clase, fuerza y valentía sobre todos los demás. No sería justo decir que no tuvo rivales, aunque la segunda posición de Philipsen, a tres minutos exactos, destaca el papel del equipo Alpecin, que dominó Roubaix como si fuera un paseo militar. Gianni Vermeersch, a quien se le recuerda por ser el primer campeón mundial de gravel, se encargó de neutralizar a los competidores que, si se vieron superados, fue por el esfuerzo y no por las condiciones meteorológicas. La chicane pasó desapercibida debido al estado de la pista, que llegó a Arenberg en condiciones desfavorables. Si lo hubieran sabido, habrían evitado colocar las vallas y el bochorno.
La emoción en la carrera duró lo que Van der Poel tardó en lanzar su ataque. La baja de Jonathan Milan fue un golpe para el equipo Lidl-Trek, dejando a Mads Pedersen en evidente inferioridad numérica. Ni siquiera pudo enfrentarse cara a cara con el campeón mundial en el tramo seleccionado. Desde el momento en que Van der Poel tomó la delantera, la distancia entre él y los perseguidores solo aumentaba: cuatro, cinco, ocho, doce, veinte, cuarenta segundos… tres minutos al cruzar la meta. Y esto, a pesar de que en los últimos kilómetros empezó a planificar su próxima victoria en Amstel y Lieja, donde al parecer, competirá por segunda vez. En su lucha con Pogacar por convertirse en el primer no belga en ganar los cinco Monumentos, su paso por la capital ciclista belga es inevitable. Sin embargo, se enfrentará directamente a uno de los pocos ciclistas que podrían vencerlo.
La foto del podio en Roubaix muestra una sutil diferencia respecto al año anterior: a pesar de que los dos primeros lugares fueron para corredores del equipo Alpecin, en esta ocasión, Van der Poel lucía el maillot arcoíris del campeón del mundo. Durante sesenta kilómetros (hora y media) lideró la carrera sin dar oportunidad a sus competidores. La segunda posición fue más trabajosa para Philipsen, quien actuó como un escolta eficaz ayudando a que Van der Poel, el corazón de su equipo, continuara haciendo historia. Supera cualquier desafío que se le presente y castiga a aquellos que se comparan con él; uno de los mejores clasicómanos de todos los tiempos. Merckx, Hinault, Van Looy, Sagan, y otros llegaron a Roubaix con la famosa «siete barras» en sus espaldas, pero ninguno logró la hazaña de ganar Flandes y Roubaix en una misma temporada, excepto Rik Van Looy, sesenta y dos años antes que Mathieu. Foto, hito y mito. Ah, si tan solo hubiera ganado San Remo…
La dimensión histórica del ciclista neerlandés se escribirá sola una vez que haya terminado su carrera de conquistas. Da miedo pensar qué habría sido del ciclismo si se hubiera enfrentado, como en esta ocasión, a rivales que estuvieran a su altura. Sin Pogacar, Van Aert y compañía, la brecha entre él y sus perseguidores es tan grande que el desafío radica en cómo elegir sus victorias. Si lo comparamos con otras situaciones, sería como si un león decidiera dar ventaja a las gacelas, o si las cazara usando la técnica del famoso salto del tigre. O como si marcar goles ya no fuera suficiente desafío, sino que se planteara hacerlo con el talón, de espaldas a la portería, o incluso con la cabeza sobre la línea. Esto recuerda a Tom Boonen, quien en 2012 respondió a las críticas atacando donde nunca lo había hecho antes. La diferencia es que Van der Poel había hecho algo similar apenas unos días antes para ganar su tercer Tour de Flandes. Hay cinco Monumentos y, con este, seis victorias en ellos para el líder indiscutible del equipo Alpecin.
El año 2024 se perfila como histórico para él. Limitando al máximo sus participaciones en competiciones (solo 5 días), el nieto del francés Raymond Poulidor aspira nada menos que a la corona olímpica en los Juegos de París. Con una medalla de oro en su cuello, además de la posibilidad de repetir en el Mundial, el doblete en las clásicas de pavé y algunas otras victorias que pueda lograr, podría convertir esta temporada en una de las mejores en la historia de las pruebas de un día. Como los viajes se hacen estación por estación, después del velódromo vienen las Ardenas. Pocos ciclistas han logrado ganar tanto en pavé como en las colinas belgas a lo largo de su carrera, y mucho menos en una misma temporada. Solo podemos pensar en los clásicos de siempre, como Merckx y poco más. Tadej Pogacar, su compañero de generación, amigo y gran rival, será su mayor obstáculo. Porque nadie duda de que si el líder del equipo Alpecin se enfrenta al resto, el desafío radicará en cómo, cuándo y cuánto, ya que su superioridad sobre el resto hace que los pronósticos con él sean muy sencillos.
Imágenes Paris Roubaix
Nacido en Madrid el 2 de abril de 1986, Jorge Matesanz ha pasado por ser fundador y director de proyectos como Revista Desde la Cuneta, Tourmalet Magazine o High Cycling, además de colaborar en otros proyectos como Palco Deportivo, Plataforma Recorridos Ciclistas o Con el Plato Pequeño. Tras más de 15 años dentro del mundo del ciclismo, llega el momento de fundar Le Puncheur junto a Sergio Yustos y seguir acercando artículos de opinión, casi siempre sobre ciclismo profesional.
Hola Jorge:
Gracias por la buena crónica y análisis!
Te dejo 2 comentarios:
La chicane no fue un problema porque Alpecin decidió muy pronto romper el pelotón en múltiples pelotones. Otra cosa hubiera sido si llegan todos juntos a ese punto con el nerviosismo que eso conlleva…
En cuanto a victorias de MvdP en otros monumentos…(LBL o Lombardía) estando Pogaçar (o Remco) le doy respectivamente un 15 y un 5% de posibilidades…no más. O sea prácticamente imposible que las gane. Una cosa es atacar una y otra vez en una cota corta y otra cosa muy diferente es digerir la casi media montaña de las Ardenas o de Lombardía.
En Lieja y Lombardía Pogaçar procurará hacer con MvdP exáctamente lo que MvdP hace con sus adversarios en los adoquines…o sea…reventarlo. Otra cosa es que no esté Pogaçar, que tenga un percance o que Remco no esté recuperado de la clavícula no estando Pogaçar. Sólo en ese supuesto tiene posibilidades. Otra cosa para MvdP es ganar la Amstel; eso sí es bastante posible.
Un saludo,
Paco Avila