Isola 2000. Rominger reta a Indurain en el Tour 93

La etapa Embrun-Isola 2000 de este Tour 2024 tiene, cómo no, reminiscencias históricas. En el Giro 2016, se realizó una etapa casi idéntica, aunque llegando a Sta. Ana de Vinadio tras Lombarda (Isola 2000 es Lombarda a esa altitud), donde Nibali destronó a Chaves. En 2008, se hicieron Lombarda y Bonette en sentido opuesto, terminando en Jausiers, el día en que Dennis Menchov perdió buena parte de sus opciones de ganar el Tour.

En 1993, la etapa reina de la edición, con llegada a Isola 2000, incluía al inicio el Izoard (que se repite en este 2024 junto a Vars, Bonette, e Isola 2000) en una etapa realmente exigente. Indurain llegó al Tour con el reto de ser el primer ciclista en ganar dos dobletes Giro-Tour consecutivos, tras haber ganado el Giro con la recordada etapa de Oropa en la que todos sufrimos junto a él cuando los duros ataques de Ugrumov lo dejaban clavado.

El Tour del 93 parecía la última oportunidad de Bugno tras fracasar en el Giro, y la presentación de Rominger como contendiente en el Tour. Fue un Tour de esprinters hasta la contrarreloj de Lac de Madine, en la que Indurain se hizo con el amarillo (que ya no soltaría) y los favoritos cumplían, aunque a más de 2 minutos de Indurain.

Y comenzaban los Alpes con el terrible Galibier por el Telegraphe, que dejó fuera de combate a Chiapucci, Bugno y Zulle, entre muchos otros. Fue una etapa para Rominger, escoltado por Indurain, y nuevos outsiders como Mejía y Jaskula aparecieron.

Y llegaba el día D, como les llegará a los ciclistas este 2024, aunque este año será en la antepenúltima jornada. Tras unas primeras subidas de tanteo, comenzaba la Bonette (la cima más alta de siempre con sus más de 2800 metros de altitud). Una fuga de la que quedaron Robert Millar y Perico Delgado, en un maravilloso deja vu ochentero. Por detrás, el Clas de Rominger dinamitaba el grupo, dejándolo muy reducido y rompiendo las esperanzas de un Breukink (ahora con la ONCE) que había salvado la etapa anterior.

Millar dejaba a Delgado, quien se quedaba en un grupo de apenas 10 unidades con Indurain y Rominger, liderado por un colosal Jon Unzaga. Millar coronaba con poco más de 1 minuto sobre un grupo de 8 en el que sufría Perico, acompañado por Rominger e Indurain. La eterna subida a la Bonette hacía daño, con el malogrado Antonio Martín haciendo una buena subida aunque sin poder conectar con el grupo del líder.

En el llano entre puertos, se producía un reagrupamiento que se rompía a las faldas de Isola 2000 por ataques de Rijs y Chiapucci, y, cómo no, Rominger forzando la marcha para hacer ceder a sus rivales por el podio. La mala suerte en la CRE le había hecho perder tiempo, imposibilitando aún más el asalto al dominio de Indurain, mientras Millar aún seguía con una ligera ventaja. Una subida con parecido al Alpe d’Huez y con las curvas honrando a los ganadores del Tour.

isola2000 Tour de France 1
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El momento clave llegaba en los últimos kilómetros cuando Millar, tras ceder en los primeros kilómetros de subida, conseguía enlazar. Curiosamente, Indurain ponía el ritmo, dando caza al escocés y dando paso a un último kilómetro de locura. Saltaba Jaskula poco antes del banderín, Rominger lo remataba y se iba con Indurain. En el esprint, Indurain parecía que podía ganar a Rominger, hasta que a falta de pocos metros dejaba de pedalear mirando atrás. Pocas veces me enfadé tanto con el navarro.

Ganaba la etapa Rominger (primer ciclista desde Zoetemelk en los 70 en ganar 2 etapas alpinas consecutivas) y se colocaba maillot de la montaña. Indurain iba a menos en los Pirineos, llegando a sufrir lo indecible para seguir el ataque de Rominger en la subida de Pla de Adet desde Saint Lary, pero el Tour llevaba muchas etapas resuelto, aunque Rominger no conseguiría desembarazarse de Jaskula (ganador en Adet por delante de Rominger e Indurain) por el segundo puesto hasta la crono final.

De estos Pirineos, cómo olvidar a Indurain dando caza a Rominger en el descenso del Tourmalet tras ceder en el puerto en la última etapa pirenaica. Una crono final que fue para Rominger (Indurain acusaba un proceso gripal y tenía fiebre) a pesar de pinchar. Indurain pasaba a la historia por su segundo doblete Giro-Tour, en un Tour recordado por muchas cosas, pero que a un adolescente como yo le marcó aquella terrible etapa alpina, que este año nos volvemos a encontrar en versión «light», pero con Bonette e Isola 2000 en un menú que promete ser apasionante.

31 años ya de aquel Tour, de nostalgia y amarillo, de un chaval que aún hoy, ya mayor, volverá a ponerse delante de la televisión en espera de poder disfrutar de un gran día de ciclismo en los Alpes.

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