La otra visión de la evolución del ciclismo

Hace tan solo una semana, nuestro compañero José Manuel Gutierrez «Gallu», nos aportaba este artículo acerca del ciclismo y la evolución humana.

A propósito de ello, nos llegó una respuesta por parte de uno de nuestros lectores, Alberto Masa Novo, la cual nos ha parecido muy interesante de compartir con todos los visitantes de esta web. Os la dejamos a continuación:


Escribo esta réplica con respeto y con el único propósito de aportar una visión complementaria desde el ámbito científico, más aún cuando se menciona la ciencia y la teoría básica de la evolución.

1. La evolución no ocurre en una sola generación.

A mi juicio, el punto central de confusión del artículo es la asociación entre la mejora del rendimiento y la evolución biológica.

La Evolución es un cambio en la frecuencia de alelos dentro de una población que ocurre a lo largo de múltiples generaciones y miles de años. Los cambios observados en el ciclismo en una o dos décadas simplemente no cumplen con esta escala temporal. Lo que el autor describe es una adaptación fenotípica y un resultado de la optimización ambiental, no un salto biológico en la especie.

La idea de que los juniors de hoy «nacen con un motor distinto» podría ser una simplificación que, llevada al extremo, resulta confusa. Si bien la genética sienta las bases, el incremento en el número de jóvenes con una base aeróbica tan sólida (3-3,5 W/kg a bajo lactato) se explica por factores ambientales y de selección mucho más plausibles: mejor nutrición desde la infancia, una cultura deportiva más extendida y el acceso temprano a metodologías de entrenamiento estructurado. La plasticidad del cuerpo humano a las cargas de entrenamiento es inmensa; no es necesario recurrir a una mutación genética para explicar que un deportista joven con entrenamiento planificado pueda rendir más que uno de hace 30 años, cuando las metodologías eran más empíricas.

2. La selección deportiva frente a la selección natural.

El autor interpreta de manera discutible la Selección Natural de Darwin. La Selección Natural opera sobre la supervivencia y la capacidad reproductiva. En el ciclismo, lo que estamos presenciando es una forma de Selección Artificial o Deportiva.

El aumento de rendimiento es una consecuencia directa de la Ley de la Oferta y la Demanda de Talento:

Aumento del Pool Genético: El ciclismo es ahora un deporte global, con más profesionalización, salarios más altos y mayor prestigio. Esto atrae a un mayor número de individuos excepcionalmente dotados (altos VO₂ máx, predisposición metabólica) de todo el planeta, individuos que en el pasado quizás se habrían dedicado al fútbol o al atletismo. Cuanto mayor es el número de personas dotadas que compiten por un puesto, más alto se sitúa el listón. Estadística (otro gran melón).

Tecnología de Medición y Filtro: La generalización del medidor de potencia (W/kg) permite a los equipos y directores hacer una selección científica y desapasionada. Los que no pueden mover los vatios requeridos son descartados. Lo que antes podía pasar desapercibido por «olfato» o «talento natural» ahora es un dato frío e innegociable. El pelotón se ha convertido en una concentración de la élite genética y entrenada, y solo los mejores entre los mejores sobreviven.

3. La Optimización de 360 Grados.

La explicación para el cambio de nivel está en la ciencia aplicada al deporte, un factor que el artículo tiende a minimizar:

Metodología Científica: Los equipos junior y cadete actuales aplican los conocimientos de fisiología y periodización que antes eran exclusivos de la élite. La precisión en la nutrición, el descanso, la cuantificación de la carga de entrenamiento y la gestión de la fatiga han maximizado el potencial que la genética les otorga.

Aero-Eficiencia: no me quiero meter demasiado en este punto ya que sería eterno y tiene múltiples factores. Expreso únicamente un ejemplo de la complejidad de esta cuestión. El ahorro de energía debido a las mejoras en bicicletas, cascos y ropa se traduce directamente en que se puede ir más rápido con menos esfuerzo metabólico. Una carrera de 45 km/h hoy exige menos vatios absolutos del ciclista que hace dos décadas, liberando esa energía para aumentar el ritmo. Se me podría tachar de reduccionista en este punto, pero como he dicho, es únicamente un ejemplo sencillo.

En conclusión, el aumento del nivel en el ciclismo puede explicarse sin necesidad de recurrir al concepto de evolución biológica. Es una prueba de que, cuando se combinan un mayor pool de talento genético (masa de candidatos, reserva de talento, etc.), la máxima presión de selección deportiva y la aplicación rigurosa de la ciencia y la tecnología, el rendimiento humano puede ser optimizado a niveles que antes considerábamos imposibles.

«Lo bueno de la ciencia es que es cierta independientemente de si crees o no en ella.» — Neil deGrasse Tyson

Escrito por: Alberto Masa Novo.

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