Psicología ciclista: la retirada

Se podría definir la retirada deportiva, como el momento en el que un deportista que compite, independientemente de su nivel, deja de hacerlo, sea cual sea el motivo, para pasar a otra etapa vital diferente. Por lo tanto, en el deporte de las dos ruedas, este proceso se produce tanto en ciclistas profesionales al más alto nivel, como en aquellos que están en un escalón previo al mismo (sub23 y élites), en categorías inferiores, máster y en cualquier deportista que se dedica a la competición, más allá por tanto del tipo de ciclismo que haga, de su categoría y de su nivel.

Para un ciclista profesional, esta retirada supone pasar a un nuevo tipo de vida, siendo una persona aún joven, a la que debe adaptarse social y emocionalmente. En muchos casos, durante su carrera deportiva, un deportista de élite o alta competición, vive aislado respecto al mundo que le rodea, centrado en entrenar, cuidarse y competir, en una especie de burbuja, con sus rutinas diarias y sus objetivos deportivos y personales muy claro.

Su vida se ha reducido en ocasiones a dar pedales desde que era un adolescente y prácticamente no sabe hacer otra cosa, y además, su círculo de amigos y conocidos, también está relacionado con el deporte que practica y con unos ingresos económicos estables en la mayoría de casos, que suponen no tener dificultades en este aspecto.

Si esa persona, por el motivo que sea, no ha planificado su futuro, no ha ido buscando alternativas, no se ha formado ni ha buscado tener intereses de cualquier otro tipo, no ha anticipado el gran cambio que va a suponer, etc. con una probabilidad muy alta, tendrá dificultades cuando llegue el momento de retirarse, y más aún, si es algo que ocurre de manera abrupta e inesperada.

El motivo que provoca la retirada deportiva, puede ser muy diferente, y en ocasiones será decisión propia y en otros casos, esa decisión será forzada al no tener otra elección o no encontrar atractivo en las que hay disponibles. Veamos algunos ejemplos:

  • Puede ocurrir cuando una persona que lleva varios años compitiendo, se retira por voluntad propia, pese a que podría continuar, después de una carrera dilatada (Haya tenido más o menos éxito en la misma) y decidir que ha llegado el momento de dejar la competición. (Ejemplo cualquier ciclista que se retira después de haber completado una carrera de varias temporadas: Valverde, Nibali, Sagan…)
  • También puede suceder cuando la persona que compite decide no continuar con su carrera, por no encontrar motivación suficiente o un equipo que se adecúe a sus objetivos o que lo que ha encontrado al llegar a determinada categoría, no es lo que esperaba, pese a que por su edad aún podría competir varias temporadas. (Por ejemplo, Carlos Barbero o los ciclistas jóvenes que se retiran después de una temporada en el ciclismo profesional)
  • Del mismo modo, un ciclista, puede retirarse debido a que no encuentra sitio en ningún equipo y en ese caso, la retirada es forzosa, ya que no es algo que quiere hacer ese deportista.
  • Igualmente, puede ser una retirada fortuita, debida a una lesión grave, problemas médicos y/o psicológicos, que ponen en peligro la salud de la persona y obligan a dejar de competir. (El caso de Sonny Colbrelli, Dumoulin, la ciclista italiana que se retira por problemas con TCA…)

La causa que origina la retirada deportiva, va a influir casi siempre en el proceso, tanto previo como posterior. No es igual ese proceso a nivel psicológico cuando la retirada es algo totalmente inesperada u obligada por las circunstancias, que cuando se ha meditado con profundidad y la decisión se ha tomado con mucho tiempo, teniendo en cuenta las consecuencias y con un futuro más o menos planificado. De todos modos, cada persona es un mundo, que interactúa en un contexto determinado con unas situaciones y personas determinadas, y por supuesta está la influencia de nuestra historia de aprendizaje previa, por lo que cómo vamos a reaccionar, nunca se puede saber hasta que sucede, esté planeado o no.

Cuando ocurre la retirada, la inmensa mayoría de deportistas va a pasar por un proceso de duelo, que se produce cuando tenemos una pérdida importante para nosotros, sea del tipo que sea. De todos modos, a pesar de lo que se suele creer, los estudios nos demuestran que no todo el mundo pasa por ese proceso o que cuando se pasa por el mismo, el orden y duración de sus fases no es el habitualmente establecido y conocido. Dependerá, como hemos mencionada antes, de muchos factores personales y contextuales y su interacción.

Sí que hay correlación entre no resolver bien este proceso y la aparición de problemas psicológicos y de salud mental, incluyendo depresión, trastornos de ansiedad, pérdida de identidad, adicciones, ira y frustración, problemas de relación social, que además pueden acentuarse (O no, no es algo matemático) si el deportista ya los presentaba durante su carrera deportiva.

Por desgracia, esta situación ha sido habitual tanto en el mundo del ciclismo como del deporte profesional, y son varios los casos de personas con problemas mentales muy graves que incluso, por desgracia, han acabado en suicidio o intentos del mismo, con casos muy conocidos, incluyendo ciclistas, unos muy famosos y otros no tanto.

¿Y cuál es el papel del psicólogo deportivo?

Por todo lo mencionado en los párrafos previos, la labor del psicólogo deportivo es de vital importancia, tanto en la preparación del proceso de retirada, en el momento de producirse y después de la misma, siempre y cuando sea necesario para esa persona. El psicólogo, ayuda y acompaña al ciclista en todo este proceso y le dota de las herramientas y estrategias adecuadas para poder afrontar los retos y dificultades a las que tiene que enfrentarse.

Actualmente, este tipo de trabajo se realiza con mayor frecuencia y la labor de los psicólogos deportivos tiene más relevancia en este proceso, e incluso se va trabajando en muchos equipos deportivos y federaciones desde categorías inferiores y después de la retirada, algo que sin duda es muy beneficioso en cualquiera de los casos y que puede ayudar enormemente a la persona durante todo el proceso y sobre todo, evitar muchas situaciones complicadas y trágicas.

El trabajo por tanto, puede ser a nivel grupal como individual. Cuando esta intervención psicológica es a nivel individual, se debe adaptar a cada persona concreta, con sus particularidades, con su contexto personal, carrera deportiva, etc. Y a partir de ahí, ir trabajando todo lo necesario para culminar con éxito este proceso.

Cuando un deportista puede elegir cuándo retirarse y decide hacerlo, el psicólogo deportivo puede ayudarle a planificar adecuadamente ese proceso. Es importante que el ciclista se vaya preparando para ese momento y sobre todo lo que vendrá después. En primer lugar debe tener claro qué nuevos objetivos quiere conseguir una vez se retire, su nuevo rol, cuáles son sus intereses y su vocación, sus fortalezas y cualidades, el desarrollo personal que desea, cómo va a afrontar económicamente este cambio, etc. para ir trabajando su identidad social y del mismo modo, ir preparando a su entorno familiar y social, buscando el apoyo del mismo.

Igualmente, es importante desarrollar nuevas habilidades de afrontamiento, para evitar por ejemplo la falta de reforzadores positivos que tenía cuando competía, la prevención de adicciones, las inseguridades ante nuevas situaciones, etc. También es importante que asuma que tras la retirada, van a ocurrir cambios tanto físicos como psicológicos, derivados de la falta de actividad física o no al mismo nivel que tenía mientras competía.

Lo ideal sería que todo este trabajo se fuera haciendo a lo largo de la carrera de cualquier deportista, desde que está en categorías inferiores, para que de ese modo, siempre tengan en cuenta la importancia de tener un plan alternativo por si las cosas no salen como quieren o porque simplemente, en algún momento la retirada llegará.

Es por tanto un trabajo anticipatorio, donde se busca que los deportistas tengan intereses más allá de su deporte, que tengan una formación que les permita tener más opciones, ocurra la retirada deportiva en un plazo corto o largo, que se rodeen de personas que supongan un apoyo social real para ellos, etc. El psicólogo es partícipe de ese proceso, con el objetivo de intentar minimizar las consecuencias negativas que pueda ocasionar ese momento, hasta que la persona esté adaptada a su nueva realidad.

Cuando el deportista debe retirarse por cualquiera de los otros motivos, forzado por una lesión o problemas médicos y/o psicológicos, falta de oportunidades o de motivación, etc. la labor del psicólogo tiene si cabe más importancia, al encontrarnos a una persona en una situación inesperada y que puede necesitar mucha ayuda para poder afrontar todo ese proceso y resolverlo del mejor modo posible.

En la mayoría de estos casos, lo más probable es que ese deportista no tenga ningún plan establecido, por lo que deberá establecerlo atendiendo a los mismos elementos que mencionábamos anteriormente. Puede haber muchas más dificultades que cuando la decisión es voluntaria, aunque esto no tiene una correlación directa. En la actualidad, es positivo que muchos deportistas en esta situación cuenten con un psicólogo deportivo para ayudarles en todo el proceso, y que se vaya normalizando y no se vea como algo a ocultar o negativo.

Fotos: Álvaro Campo

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