La debacle de Ineos Grenadiers

A pocos días de empezar el año, el futuro de Ineos Grenadiers no se presenta muy ilusionante. Lejos quedan ya aquellas gloriosas épocas donde dominaban el Tour de Francia con su inexpugnable tren que dejaba al pelotón diezmado para llevar a sus ciclistas a lo más alto del pódium de la ronda gala.

Esta debacle no ha sido algo ni mucho menos progresivo o que se pudiese esperar hasta el 2022 o incluso el 2023, pero ya ganando en plazas menores, Ineos/Sky seguía siendo uno de los dominadores claros del ciclismo mundial, quizás con menos brillantez que en años anteriores, pero con un amplio grupo de ciclistas capaces de luchar por triunfos en el World Tour.

De cara a la temporada 2023 las cosas se empiezan a torcer. Se consiguen un buen número de victorias, pero la mayoría en carreras fuera del World Tour. Además se producen salidas de ciclistas de calidad capaces de luchar por monumentos o grandes vueltas como Carapaz, Van Baarle o Adam Yates. Ese mismo año están muy cerca de perder a una de sus grandes esperanzas, Carlos Rodríguez.

En la temporada 2024 las cosas no han ido mejor. Encaraban la temporada con la pérdida de Daniel Felipe Martínez (2º en el Giro), Luke Plapp, Pavel Sivakov, Ben Tulett y Tao Geoghegan Hart, todos con potencial o siendo ya corredores importantes en el equipo. En el apartado de fichajes llegaron jóvenes prometedores como AJ August, Artem Shmidt a mediados de la temporada, o Theodor Storm, el cual, por razones desconocidas, no compitió en todo el año. Además de Óscar Rodríguez que, siendo generosos, es un gregario de nivel bajo y un Tobias Foss que, aparte de su sorprendente título contra el crono en Wollongong 2022, no tiene resultados de gran entidad. Si sumamos esto a la indiscutible pérdida de nivel, la consecuencia es lo ocurrido, el número de victorias ha bajado drásticamente hasta las 14.

Y con este contexto llegamos a la temporada 2025, aún por iniciar, donde la situación no ha mejorado. Pierden a Narváez, los hermanos Hayter y, sobre todo, al que era la estrella multidisciplinar Thomas Pidcock, que directamente rompe contrato con el equipo y se marcha a Q36.5, aparte de otros corredores veteranos como Viviani, Wurf o Rowe, salidas lógicas por edad y que alguna viene dada por la retirada del corredor del ciclismo profesional, como el caso de Rowe.

En el aspecto de las llegadas fichan a un corredor interesante como Axel Laurence que ya ha dejado destellos en Alpecin y apunta a ser un buen “puncheur”. Sin embargo, el resto de fichajes vuelven a la tónica de 2024, corredores que, por unas razones o por otras, no están al máximo nivel.

El primero, Bob Jungels, que si bien puede ser un corredor interesante, está ya muy alejado de su máximo nivel y de aquel ciclista que ganó Lieja; Samuel Watson, un corredor inglés que viene de AG2R, bastante rápido, que pasa alguna cota y que se desenvuelve bien en prólogos; Lucas Hamilton, el escalador australiano que viene de un par de temporadas muy discretas; Peter Oxenberg Hansen, que en principio llegaba a Ineos, pero se va a Lotto Kern Haus (que tiene un acuerdo con Ineos para ser su filial); y por último, el más sorprendente, Victor Langelotti, el monegasco del Burgos BH, que pasará de ser un buen ciclista para PRT a miembro de uno de los (supuestamente) equipos más ricos del WT en un fichaje que poca gente entiende.

Dentro del apartado técnico, el equipo también ha sufrido múltiples bajas: su jefe de rendimiento Xabier Artetxe, Dan Bingham y Jonny Wale, encargados de las cronos, o Steve Cummings como director son las más recientes.

Pero, ¿qué está pasando en Ineos para que suceda todo esto en uno de los equipos más poderosos económicamente y que, desde su creación, han estado siempre en el top mundial en cuanto a corredores y resultados?

Desde la siempre favorable prensa inglesa aún no se ha dado ninguna razón o rumor sobre qué está pasando y cuáles son las causas para los múltiples bandazos en cuanto a alineaciones de corredores y directores que se han ido dando durante el año, desde apartar a Cummings de la dirección del Tour hasta la baja de última hora de Pidcock en el Giro de Lombardía.

Voces autorizadas como Carlos de Andrés mencionaban que el rumor que corría por el pelotón es que en el equipo había una preocupante falta de liderazgo desde la dirección y que eran Geraint Thomas y Tom Pidcock los que hacían y deshacían a su antojo.

GCN hace mención a que simplemente era un problema con los entrenamientos que se habían quedado anticuados. Sorprende pensar que Ineos, la estructura ciclista adalid de la modernidad que nos contaban todo aquello de las marginal gains, los platos ovalados y todo tipo de invenciones e ideas novedosas, ahora sea un equipo anquilosado en el pasado a nivel de métodos de entrenamiento.

Ineos Grenadiers

Otros dicen que su dueño (Jim Ratcliffe) está demasiado centrado en su nuevo proyecto, reflotar el Manchester United, para el cual se ha llevado a Dave Brailsford, que estaba en Ineos Grenadiers, y que esto provoca un mayor descontrol y una falta de liderazgo que se traduce en una falta de resultados y un éxodo de corredores y técnicos. ¿Pero y si resulta que todo es mucho más fácil que eso?

Quizás se están buscando explicaciones y justificaciones a un problema mucho más sencillo, como puede ser la falta de dinero. ¿Qué otra cosa sino podría explicar la pérdida de corredores de nivel alto y que estos sean compensados con corredores de nivel medio bajo y ciclistas jóvenes que son una incógnita? ¿No son esas las prácticas de los equipos que se encuentran en la parte baja de la tabla de presupuestos? Quizás Ineos ya no es ese poderoso gigante que fichaba gente a golpe de talonario, tanto ciclistas como técnicos, y reunía a los mejores corredores del mundo para ponerlos al servicio de un líder, principalmente en el Tour de Francia.

Es muy fácil que todo vaya bien cuando los resultados no paran de llegar y tienes capacidad para conseguir al ciclista que quieras, pero eso ha cambiado. Ya no eres el rey; otros han llegado con más capacidad que tú y simplemente no puedes aplicar a conseguir los mejores ciclistas. Esto evidentemente te impide conseguir resultados. Para muestra, el caso Pablo Castrillo, que recientemente ha declarado que Movistar apostó más fuerte por él que Ineos Grenadiers, lo que sorprende teniendo en cuenta el supuesto potencial económico de unos y otros.

El ciclismo y los ciclistas no son diferentes al resto de deportes y de seres humanos: se mueven por lo grande que sea la oferta económica y el resto de los aspectos quedan en un segundo plano. Si analizamos más a fondo las salidas de Ineos podemos ver que ninguno se va a un equipo menor. Bingham y Wale se van a dirigir el apartado aerodinámico de Bora; Yates se fue a UAE, lo mismo que Narváez y Sivakov; Tulett y Van Baarle rumbo a Visma; Daniel Felipe a Bora y Pidcock a Q36.5, según parece cobrando el doble que en Ineos Grenadiers.

Sus bajas más relevantes se han ido a equipos actualmente más poderosos que Ineos, lo que puede hacer pensar que el problema es efectivamente económico, y eso trae el resto de las consecuencias. De momento, la temporada 2025 no se presenta como para tener optimismo con el futuro del equipo. Con la firma del filial parece que se resignan a buscar el talento y explotarlo y no a pagarlo como hacían antes, lo que parece un claro cambio de tendencia.

Veremos si los corredores jóvenes que han fichado en estos años dan un salto y empiezan a ser importantes dentro del equipo como hasta ahora solo ha hecho Tarling y, sobre todo, cuánto tiempo durará este proyecto si no vuelven a los resultados de hace años, si Ratcliffe decide que es momento de subir la inversión o de dejar de invertir.

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