Un Giro d’Italia 2025 que, tras mucho sí pero no, saldrá finalmente de Albania. Como diría aquel, «Poderoso caballero es don dinero», pero no por ello esperemos que sea menos emocionante. Además, lo hará con tres etapas variadas: una quebrada con el primer puerto «serio» pero que da opciones a todo tipo de corredor, otra contra el crono y una tercera interesante de media montaña con un puerto de primera a menos de 40 km de meta.
De vuelta a suelo italiano, nos encontraremos durante la primera semana y media con etapas llanas, con trampas, la vuelta de San Pellegrino in Alpe recordándonos la exhibición de Casagrande en el 2000 camino del Abetone, el sterrato en Siena y la crono con final en Pisa junto al final en alto en etapa de media montaña de Tagliacozzo.
Esto dará paso a la llegada de la alta montaña, que como casi siempre en el Giro se concentra en el tercio final. Tendremos llegadas a Asiago tras pasar el Grappa (aunque no por su vertiente dura de 2024) y, tras el descanso por el lago di Garda, con llegada al duro San Valentino en una de las etapas más exigentes de la carrera. Posteriormente, llegada a Bormio en etapa descafeinada sin Gavia ni Stelvio y con un Mortirolo versión light que parece destinada a escapadas.
Para la traca final vuelve Aosta en la quizás etapa reina con pasos por Saint Panthaleon, Tzecore y Joux, y 20 años después de su estreno, el Col de la Finestre hará que quien gane en Sestriere pase a la historia de este deporte. Si hace 20 años aquel duelo de Simoni y Savoldelli emocionó a Italia, para 2025 esperemos que las nuevas figuras italianas como Pelizzari, Tiberi, etc. hagan frente a los Vingegard, Roglic, Pogacar o Remco que participen, y que el Giro recobre parte del lustre que ha perdido en las últimas ediciones, cuando su ganador luzca el rosa por la ciudad eterna. Y es que Roma será el cierre de esta próxima edición.
Sin duda, un recorrido que parece querer volver a lo clásico pero que se queda un poco a medias. Falta una etapa reina redonda «marca Giro» con puertos duros de paso y final apriquiano (la de Aosta son otro perfil de puertos), junto con más kilómetros en alguna etapa y otra contrarreloj (o alargar la de Pisa a unos 45-50 km). Pero terreno hay, el recorrido ofrece muchas cosas e impronta Giro hay… y aunque uno tiende a pensar que el Giro debe ser más excesivo y más «cruel», lo disfrutaremos, porque como reza su maravilloso eslogan, «la corsa piu dura nel paese piu bello»…
Perfiles de las etapas:
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Los puertos, al detalle:
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De Sevilla, Pedro García Redondo es una auténtica referencia en cuanto a historia del ciclismo se refiere. Una auténtica enciclopedia de la historia ciclista, es toda una autoridad en la materia, siendo uno de los historiadores de ciclismo más certeros y respetados. Ahora dirige la sección histórica en Le Puncheur, además de escribir artículos que nos hacen viajar a épocas pasadas y revivir las gestas de ciclistas que ya no están en activo.