Momentos de las clásicas de primavera del WWT 2024

Kopecky Vos

Va el año que… Estamos en febrero. Ya queda menos para que comience la primavera ciclista desde el velódromo de ’t Kuipke en Gante. Con la disputa de la Omloop Het Nieuwsblad dará comienzo oficiosamente la temporada de clásicas de carretera de primavera.

Quedan menos de una semana para el comienzo de esta nueva temporada de clásicas de primavera. Buen momento para hacer memoria a lo que depararon las clásicas de primavera del año 2024. Os dejamos una selección algunos de los mejores momentos o los más destacados de las clásicas de primavera de 2024.

La maldición del arcoíris y la particular de la OHN

Decíamos antes de arrancar las clásicas de primavera de 2024 que, como cada año, volvía la maldición del arcoíris a las comidillas. Una superstición negativa que estaba añadiendo o sumando una también particular estadística. Las «maillot arcoíris» al comienzo de los años de JJ. OO. vencían la Omloop Het Nieuwsblad, pero después fracasaban en la prueba en línea de los Juegos Olímpicos.

En el recuerdo reciente estaban Lizzie Deignan, Annemiek van Vleuten y Anna van der Breggen. Primero fue Deignan (entonces Armitstead) quien estrenó por todo lo alto su arcobaleno de Richmond en Gante. Más tarde en Río “solamente” lograría ser quinta en los JJ. OO de Río. Mirandolo con perspectiva el resultado no fue tan malo. Si bien el polémico verano con suspensión por la UKAD de por medio y defensa in extremis en el TAS parecen propias de una imprecación.

Las siguientes dos víctimas serían dos archirrivales que han firmado un lustro de duelos históricos. Tras hacerse en Harrogate (Yorkshire 2019) con su primer arcoíris en línea, Annemiek van Vleuten reeditó el debut de Deignan llegando en solitario a Nivone. Después los JJ. OO. serían aplazados a 2020 por la pandemia, pero en 2021 cuando por fin se disputaron, Van Vleuten cruzó en solitario la línea de meta. Por un momento, llegó a pensar que había atrapado a todas las fugadas. Algo que solo te desearía tu peor enemiga.

Anna van Breggen se hizo con último arcoíris en Ímola 2020 y lo pudo vestir en el atípico final de la temporada pandémica. Como Deignan y van Vleuten, se impuso en solitario en la OHN vestida de arcoíris. Al igual que las anteriores sucumbió en la prueba en línea de los Juegos de Tokio 2020 disputada en 2021. Fue decimoquinta, lejos de su primer cajón de Río. La vencedora fue, como ya saben, la austriaca Anna Kiesenhofer.

Lotte Kopecky llegó a ‘t Kuip­ke vestida de arcoíris tras su triunfo en Glasgow. Si bien en la OHN a pesar de intentarlo en numerosas ocasiones no consiguió marcharse en solitario. No logró tampoco imponerse en el esprint de las escapadas. Tampoco lograría con eso ahuyentar la «maldición». Fue tercera en París 2024.

Marianne Vos golpeó primero haciéndose con la primera clásica de la primavera de 2024. Vos fue la más rápida en la Omloop Het Nieuwsblad. Lograba así una de las pocas clásicas que le faltaban en su extenso palmarés. Puede parecer extraño que  Vos nunca hubiera vencido la OHN. Más aún que fuera la primera vez que participaba en esta.

Es parte del peaje de ser una ciclista multidisciplinar (y de haberlo sido aun más). Muchas temporadas de carretera han comenzado para la neerlandesa en marzo o incluso en abril. No era un trofeo más para su colección. Era la victoria 249 para la gran leyenda ciclista. La que posibilitó que el cuarto de millar subiera a su marcador unas semanas después.

Marianne Vos vence en la OHN, primera clásica de la primavera de 2024.

La carrera estuvo bastante marcada por el duelo que protagonizaron en algunos momentos Vos y Kopecky. La neerlandesa tenía claro que su rueda a seguir era algunos puntos claves de la prueba era la de la arcoíris Kopecky. Un marcaje, una pelea de tú a tú, que marcó tanto esta clásica como algunas otras de la primavera 2024.

Las Lidl-Trek Elisa Longo Borghini y Shirin van Anrooij intentaron beneficiarse de este juego, sin lograrlo. Fueron varios los ataques de las ciclistas del Lidl-Trek antes los que Vos fríamente pasaba la pelota a Kopecky. Jugaron al gato y al ratón y viceversa. Ya saben, fue la neerlandesa Vos la que salió mejor parada de la contienda, alzando los brazos en Ninove.

Comenzar el año vestida con el maillot más preciado puede ser una losa o darte alas. Si vistes el maillot más preciado es porque eres la mejor o una de las mejores ciclistas del momento. Aunque portarlo supone un lastre. Eres más visible, más fácil de identificar y todo el mundo espera algo más de ti. Un relevo, una pedalada, un ataque…

No es posible mantener un perfil bajo con el arcobaleno. Algunas tácticas de equipo serán a expensas tuyas. Tendrás más presión, dudarás y probablemente evites sincerarte ante la prensa para evitar aun más presión. Ahí es donde Kopecky saca a relucir su animal style. Desde la presentación anual del SD Worx Kopecky afirmaba que su gran objetivo y pico de forma estaría en torno a la Paris-Roubaix.

Más leña para un fuego que también contaba con el factor Vollering. Aun así Lotte Kopecky fue capaz de plantarse en el velódromo de Roubaix con opciones. Moviéndose en los adoquines menos de lo que posiblemente hubiéramos aventurado. Y encarando el sprint final más retrasada y tapada de lo que hubiésemos previsto.

06/04/2024 – Paris-Roubaix Femmes avec Zwift – Denain / Roubaix (148,5km) – KOPECKY Lotte (TEAM SD WORX – PROTIME) – Remporte l’édition 2024, VAN DIJK Ellen (LIDL – TREK), VOS Marianne (TEAM VISMA | LEASE A BIKE)

Fueron Marianne Vos y Elisa Balsamo las que precipitaron su esprint. Siendo superadas en los últimos golpes de riñon por la arcoíris Lotte Kopecky. Pfeiffer Georgi supo aprovechar el rush de la belga para filtrarse en el último instante en el podio.

Marianne Vos alcanzó el cuarto de millar de victorias en las clásicas de primavera 2024

Marianne Vos escribió otra página en su historia en la Dwars door Vlaanderen

Con su victoria en la Dwars door Vlaanderen la neerlandesa lograba su victoria número 250 en la carretera. Han pasado casi veinte años desde que una joven de 18 años comenzará a asombrar al mundo llegando a casi tiranizar el calendario ciclista.

En Waregem Vos no alcanzó solo otro hito en su carrera y en la historia del ciclismo. Sino que nos volvió a dar otra lección de ciclismo. En las pruebas previas Lotte Kopecky y ella habían sido un binomio de fuerzas opuestas. Unos marcajes que en algunos momentos habían llegado a bloquear y a influir en el desarrollo de las pruebas.

Marianne Vos logra su victoria número 250 en la Dwars door Vlaanderen al imponerse al esprint a Shirin van Anrooij.

Longo Borghini y van Anrooij (Lidl Trek) se habían mostrado igual de fuertes que Kopecky y Vos. Sin embargo, su punta de velocidad les había perjudicado. En la escapada de seis en Dwars door Vlaanderen las Lidl Trek eran la fuerza más numerosa.

Vos volvió a tirar de veteranía y se aprovechó de ello. Saltó ante un ataque de van Anrooij, dejando la tostada sobre las restantes tres escapadas (principalmente a su «archienemiga» Kopecky). El resto ya es parte de la historia. La número 250 de Vos llegó en Waregem en marzo de 2024. Habían pasado menos de 18 años de su primera victoria élite en la Gracia-Orlová (en carretera).

Siena no acogió segunda parte del duelo Vollering-Kopecky

El duelo interno con Vollering no fue tal en Strade 2024

Oficialmente no había duelo, no existía una lucha interna en las carreras entre Vollering y Kopecky. Aunque desde fuera sí que lo considerábamos. Había momentos en que cada una buscaba la guerra por su lado y no parecía que en ningún caso fuera a llegar la situación en que una se fuera a sacrificar por la otra en la temporada 2024.

Un duelo de egos o lucha interna que desde fuera se acrecentaba con las últimas noticias. Diez días antes de la disputa de la Strade Bianche se había oficializado la renovación de la belga hasta 2028. Rumbo contrario parecía tomar la neerlandesa Vollering. Aun no se había oficializado su partida a final de año, pero Erwin Janssen ya había indicado en una entrevista en Het Nieuwsblad que era difícil que continuase más alla de 2024.

Con todo ese combustible la más joven de las clásicas de primavera presentaba aun mayor expectación. Fue Demi Vollering la primera en «pisarle lo fregado» a Lotte Kopecky en la Strade Bianche de 2023.

De no haber sido por el movimiento de Kopecky parece difícil que tanto Vollering (marchaba por delante de ella) como la belga hubiesen podido dar caza a la fugada Kristen Faulkner (posteriormente descalificada) en las rampas de via Santa Caterina.

Kopecky afrontaba en cabeza la última curva antes de acceder a la Piazza del Campo. Parecía que iba a igualar a van Vleuten defendiendo su victoria previa. Pero no. Vollering rebasó a su compañera, quitándole las pegatinas. No fue una victoria cualquiera. Corrieron ríos de tinta y minutos de audio. Era una página más en los esprints de la controversia y un punto de inflexión en una posible rivalidad.

En 2024 soñabamos con vivir otro duelo interno en una de esas clásicas de primavera favoritas de algunos aficionados. Toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son. Pero en esta ocasión la Strade Bianche, esa ensoñación hecha carrera, no nos deparó esa lucha de tú a tú entre compañeras.

Aunque quizás no faltara mucho para ello. Puede que solo faltaran unas pocas fuerzas. Kasia Niewiadoma respondía a un movimiento de Demi Vollering, se sumaban a ellas Elisa Longo Borghini y Lotte Kopecky. A apenas 10 kilómetros para meta Kopecky atacaba llevándose con ella a Longo Borghini. En las rampas de via Santa Caterina la italiana no podía aguantar el ritmo de la arcoíris. Siena no nos deparó esta vez el tan esperado duelo interno.

 

La escapista australiana había anunciado que 2024 sería su última gira. Y vaya última gira, con 57 jornadas de competición y numerosos triunfos. Desde su irrupción en el ciclismo y salto al calendario y continente europeos, Brown se había hecho un nombre como una de las mejores contrarrelojistas y escapistas. Su capacidad o intuición para moverse en los momentos claves en las clásicas y su regularidad en las pruebas contrarreloj la hacían habitual en las quinielas. A pesar de ello le faltaba redondear su palmarés con al menos un gran triunfo en ambos eventos.

Había vencido un par de clásicas de primavera como e Brabantse Pijl y Brugge-De Panne. Pero le faltaba hacerse con el triunfo en un Monumento o en una del máximo nivel. Brown llegaba a Lieja con su solo un triunfo en 2024. Su defensa en el campeonato nacional contrarreloj. Ni si quiera había logrado un podio en esa, su última, primavera.

Entonces la mariposa aleteó. Grace Brown se había filtrado en la fuga de nueve que marcaría el devenir de la prueba. Un ataque de la suiza Élise Chabbey en la Côte de Stockeu propiciaría que varias corredoras se escapasen del pelotón. Perseguían a la aussie Sarah Gigante, que entonces se encontraba en cabeza en solitario. Tras el Col du Rosier llegó el agrupamiento.

Eran nueve en cabeza de carrera con algo más de dos minutos de renta. Poco a poco la escapada iría perdiendo corredoras hasta quedarse solo Brown, Chabbey y la neozelandesa Kim Cadzow. Aquel día Cadzow se sacó la maestría y no precisamente en la Rey Juan Carlos. Aunque ese es tema para otro artículo.

La Roche-aux-Faucons parecía ser el sitio predefinido en la estrategia de Longo Borghini. Allí demarró del pelotón principal y continúo apretando. Solo Vollering y Niewiadoma fueron capaces de seguir con ella y dar caza al trío cabecero. Conorada la cota eran seis en cabeza. Tres de la fuga de la fuga y tres del pelotón. ¿50-50?

21/04/2024 – Liège Bastogne Liège Femmes – Bastogne / Liège (152,9 km) – BROWN Grace (FDJ-SUEZ)

A 7 km de meta Brown sufrió un susto en una curva, librando la caída in extremis. Cadzow, Vollering y Niewiadoma tuvieron que frenar y pelear por volver a conectar con Chabbey y Longo Borghini.

En la línea de meta de Lieja fue Niewiadoma quien trató primero de evitar el sprint y quien lanzó la llegada. Longo Borghini cerró el hueco que Cadzow no pudo. Superó pronto a la polaca en el sprint. Pero a 50 m de la línea de meta vio como Brown iba adelanto su rueda.

Escapada, fuga de la fuga, salvada milagrosa y victoria. Es difícil decir adiós de mejor manera a la primavera. Cuando se mayor, si tengo que decir adiós quiero ser como Grace Brown.

 

ELB clavó su segunda pica en Flandes

Había pasado mucho tiempo desde que en 2015 una joven italiana conseguía vencer la Ronde van Vlaanderen con una escapada de ensueño. Elisa Longo Borghini se convertía en la primera italiana en ganar el Monumento flamenco. Apenas tenía 23 años y, aunque aun no había llegado a la plenitud, era ya uno de los nombres propios del pelotón.

Van Vleuten, que sabía lo que era ganar en Flandes, había atacado desde muy lejos. En el Kanarieberg era atrapada por el grupo principa. Kilómetros después, por osadía o simplemente porque creía firmemente en sí misma, la italiana demarraba en el Kruisberg. Quedaban más de 30 kilómetros de la línea de meta de la Ronde van Vlaanderen. Parecía que la italiana estaba inmolando sus opciones. Pero la osadía tuvo premio y el pelotón nunca llego a alcanzarle.

Nueve años después volvió a hacerse con la victoria en el Tour de Flandes. Aunque el desenlace fue diferente. El Koppenberg fue trascendental. Vos, tirando de veteranía, demostró que lo mejor era marcar el ritmo en la ascensión. Con los adoquines un tanto resbaladizos llegó lo que se podía prever. Kim Le Court perdió tracción y pegó un pequeño pero sensible bandazo que terminó con Chloé Dygert apostada de costado en la ladera.  Llegó el temido tapón que contribuyo a que ha que se generase un corte importante.

Ocho corredoras por delante (Longo Borghini incluida). Solo Wiebes como SD Worx y con los principales equipos representados. Aunque pareció que la carrera se les escapaba a Vollering y Kopecky lograron conectar con el grupo. Tras el reagrupamiento van Anrooij aprovechó para marcharse en solitario, dejandole nuevamente la presión al SD Worx.

En el Paterberg Niewiadoma y Longo Borghini abrieron hueco sobre el grupo principal y poco a poco dieron caza a van Anrooij. Las tres mantuvieron un bonito pulso con el grupo perseguidor. En la recta de meta de Oudenaarde van Anrooij lanzaba el sprint en favor a su compañera. Poco a poco Elisa Longo Borghini superaba a Niewiadoma en la llegada y se hacía con su segunda victoria en Flandes.

Fleche Wallone. Kasia volvía a vencer tras un lustro.

La polaca, una de las corredoras más atrevidas, peleonas del pelotón llevaba cinco años de sequía en cuanto a victorias. Por el camino podios de prestigio en clásicas y numerosas buenas actuaciones en generales. Pero no el cántaro no terminaba de romperse. Casi 1 800 días llevaba la ciclista de Canyon//SRAM sin conocer la victoria.

Se dice pronto, parece un pestañeo, pero no lo es. Uno pestañea en una hora y media tantas veces como días habían pasado desde que Kasia Niewiadoma lograse su última victoria. Por eso su victoria en la Flecha Valona fue tan notoria. Por eso y porque sigue sonando casi inverosímil en una ciclista combativa y excepcional como Niewiadoma llevara tanto tiempo sin vencer la edición 2024 de la Fleche Wallone generó tanta atención mediática y aun hoy tiene un lugar especial en nuestra memoria.

Aunque hasta entonces no había acumulado muchos días de competición su rendimiento estaba siendo notable. Había rozado el triunfo ya en Flandes. Y había llorado desconsolada, en parte de rabia, sabía que se le había escapado una clara oportunidad de ser leona de Flandes.

En el Mur de Huy Niewiadoma volvió a llorar desconsolada. No era a priori el final en el que uno hubiera apostado por la polaca como máxima favorita. Quizás Longo Borghini -ganadora en Flandes- y Vollering -heredera de van der Breggen, parecían superiores.

Vollering marcaba el ritmo desde los primeros metros del Mur de Huy. Unas pocas unidades aguantaban. Mientras, Niewiadoma, perseverante como siempre, ponía una rueda en paralelo a Vollering. A falta de 200 m la polaca cambiaba el ritmo y poco a poco abría hueco sobre Vollering y Longo Borghini.

En la línea de meta Niewiadoma alzaba su mano derecha extendida. Los cincos dedos, como los cinco años que habían pasado. Vollering cruzaba a escasos segundos. No había logrado vencer aun en la primavera y se le escapaba una prueba que parecía muy a su favor. Quizás era una profecía y no lo supimos ver. O simplemente casualidades de la vida. Después llegaría en julio el amarillo.

El particular cetro de la velocidad también en juego en las clásicas de primavera 2024

Como cada temporada en título de mejor velocista se ponía en juego. La neerlandesa Charlotte Kool, otrora lanzadora de Lorena Wiebes, se postulaba con candidata al cetro de la velocidad. Después de un fructuoso 2023 la discípula de Wiebes ambicionaba con más. No solo quería vencer en las volatas de las jornadas completamente planas sino que también soñaba con hacerlo en algunas clásicas de primavera.

Lorena Wiebes partía como reina de la velocidad a batir, pero no por una ni por dos, sino para varias pretendientes al cetro. La campeona del mundo de 2021 Elisa Balsamo es otra de las permanentes candidatas al cetro de la velocidad. A pesar de sus numerosos y notables triunfos en las llegadas masivas posiblemente a Balsamo le falta aun un golpe en la mesa o de pedal en las llegadas masivas, Tour de France mediante…

Pero fuera de cualquier duda está que en la conjugación de clásicas y velocidad es firme contendiente en el debate por quien es la mejor. Un debate del que nunca se ha marchado Marianne Vos. La neerlandesa fue, ha sido, es y será una de esas pocas corredoras cuya mera presencia altera las tácticas de carrera.

La velocidad no ha sido ni es cosa de tres o cuatro. Tampoco en las clásicas. Chiara Consonni o Lotte Kopecky también pueden incluirse en esa pugna de candidatas. Lo cierto es que la segunda está supeditada al poderío de su compañera Wiebes. En una llegada en la que esté la neerlandesa sería extraño que Kopecky no sacrificase su opciones personales.

Consonni dio un salto de calidad en 2024, mejorando su rendimiento en las clásicas e incrementando las jornadas en que la italiana puede tener opciones de pelear por el triunfo. Aunque en el cara a cara, en las volatas de las clásicas, no logrará hacerse con ningún triunfo.

Antes de la temporada Lorena Wiebes ambicionaba, igual que Paternoster, Kool y tantas otras ciclistas, con mejorar sus prestaciones en las ascensiones y esfuerzos cortos y repetidos de las clásicas. El objetivo, aumentar sus opciones de victoria, dejando de estar limitadas a las jornadas menos exigentes. Probablemente Wiebes se quedó a medio camino del lugar al que aspiraba llegar, pero no pareció que su rush final se resintiera.

Aunque es difícil un consenso en algo tan subjetivo, Wiebes fue probablemente la mejor velocista de las clásicas. En los tú a tú de las llegadas masivas, como en Gent-Wevelgem y Ronde van Drenthe, se impusó. Solo mordió el polvo ante Vos en la Amstel Gold Race.

 

Adiós al rodillo neerlandés del SD Worx en 2024

Longo Borghini a lo McFly, secuela de Regreso al futuro

¡Vaya comienzo de temporada en la OHN! En Berendries el arcoíris tuvo que moverse en primera persona para intentar volver a controlar la carrera. Por delante se escapaba Elisa Longo Borghini. Después haría lo propio su compañera Vollering, con Vos a su rueda, para coronar el Berendries a apenas cinco segundos de Longo Borghini.

Tras un primer momento de entendimiento Vos dejó el peso de la persecución en su compatriota y en el conjunto SD Worx, que era el conjunto más numeroso en el grupo perseguidor de Longo Borghini.

Piano, piano, si va lontano volvía gritar a los cuatro vientos la campionessa italiana mientras iba cazando y dejando atrás a cada una de las integrantes de la principal fuga de la jornada. Nos volvía a recordar por un momento su machada en tierras belgas. Cuando apenas tenía 23 años y por aun no haber llegado a la plenitud, por osadía o simplemente porque creía firmemente en sí misma, la italiana demarraba en el Kruisberg a más de 30 kilómetros de la línea de meta de la Ronde van Vlaanderen para alzarse con la victoria.

No fue una pintada de cara como la que recibió el equipo  Wiggle-High5 en la Ronde van Drenthe en 2016, pero la sangre corrió y a punto estuvo de llegar al río. Hubo algunas pinceladas o trazas de pigmento que nos lo recordaron.

Tras perder el control, como reconocerían y dirían públicamente en SD Worx antes y después de la disputa de Strade Bianche, o al menos la cara a la carrera, les tocó bregar y montar una rueda de relevos de ensueño: Vollering, Wiebes y Kopecky. Si alguien lo hubiera soñado a buen seguro que habría sido al ataque y no a la defensiva.

Relevos hasta Geraardsbergen dónde Kopecky buscó la solución con un demarraje en las faldas del Kapelmuur con el que terminó por dar caza a Elisa Longo Borghini, aunque fracasó en su propósito de marcharse en solitario. La resolución ya la conocen (Vos). OHN fue el prólogo del final de la era de dominación táctico-física del SD Worx.

 

Alfredo Binda nunca defrauda

Es una de esas pocas pruebas que la podría ganar una escaladora, una rodadora, una velocista, una clasicómana o una puncheur. Pero no vale con comprar el boleto y que te toque la lotería.

 

La reválida de Alfredo Binda

No acostumbra SD Worx a llevar un plantel para pelear por la victoria en Cittiglio. Menos aun a llevar la carrera a su favor tan encaminada con algunos momentos sin a priori una de sus líderes.

Otra vez fue Fisher-Black la que puso fin a los problemas que pudieran surgir. Su fuga con Puck Pieterse hizo tirar al resto de equipos en la vuelta final. Al ser cazadas fue su compañera Reusser quien lo probó en el llano.

Merced al trabajo de todas (o casi) lograron neutralizarlas. Pero siguieron los intentos de escapada. Niamh Fisher-Black seguía a la ofensiva en un día en que fue la más activa de las lugartenientes del pelotón. Otra vez más Shirin van Anrooij tuvo que echar el resto para solucionar un posible problema.

En la meta de Cittiglio, Elisa Balsamo remató el buen trabajo de su compañera imponiéndose a Kopecky. La italiana del Lidl-Trek no ha sido capaz de imponerse a la neerlandesa Wiebes este 2024 en la particular lid que mantienen por el cetro de reina de la velocidad ellas dos y Kool, pero si de imponerse a Kopecky, sumándose un pequeño tanto psicológico bastante concluyente a la hora de determinar la táctica de carrera.

 

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