Con el año ciclista 2024 recién arrancado y las primeras pruebas apenas disputadas uno de los temas de conversación más frecuentes está siendo el presente y porvenir del equipo Movistar tras la retirada de Annemiek van Vleuten. Quien más y quien menos se ha aventurado a devanar en su sesera las oportunidades que se le presentan a la escuadra telefónica y cómo van a repartir los huevos y los roles para obtener el mayor rédito posible en la primera temporada sin la neerlandesa.
La para nada ortodoxa carrera ciclista de van Vleuten, de sobra conocida, es digna de guion o al menos de narración literaria. Después de instruirse en el arte y erigirse como una de las grandes corredoras de clásicas en el omnipotente Nederland Bloeit/Rabobank Annemiek se alejó de las comodidades neerlandesas y comenzó su metamorfosis en el Bigla suizo.
Una reconversión que, abruptamente, no llegó a culminar en filas suizas sino en las antípodas. En 2016 culminó su mutación vistiendo ya los colores del Orica-AIS. Frecuentemente cuando hablamos de la neerlandesa se cita Río 2016 como un pero, un fallo en su camino. Me parece injusto o al menos impreciso. Si acaso fue lo contrario. Fue su punto de inflexión. En Río nos mostró el cambio que paciente y comprometidamente había estado tejiendo durante un largo periodo.
Como en casi todas las metamorfosis la eclosión del capullo suele resultar un tanto abrupta. De sobra es conocido lo que sucedió bajando, pero demasiado poco se habla del verdadero hito, de la prueba de su mutación.
Mara Katherine Abbott. La presencia de pocas corredoras puede haber levantado las alarmas y despertado las tácticas anti como la estadounidense. Del juego mental en las entrevistas precarrera donde las rivales indicaban cómo iban a tratar de deshacerse de Abbott antes de su terreno – la montaña – a las tácticas de bloqueo llegadas a exhibir por el todopoderoso Rabobank-Liv aun en su máximo apogeo.
Volviendo al tema, aquel día en la ascensión a Canoas Vista Chinesa Annemiek van Vleuten terminó por convertirse en Vleuty – apelativo de la neerlandesa en el equipo australiano -. Entonces Vleuty no solo se recuperó física y emocionalmente del amargo final de su participación olímpica en Río sino que se convirtió en la mejor o una de la mejores – según se mire – ciclistas del momento en prácticamente todos los terrenos.
Dejó atrás la etiqueta de clasicómana y prologuista y se convirtió en la ciclista total y dominadora que hemos conocido este último lustro. Llegado el rearranque de la temporada pandémica, la comidilla era el futuro era el posible destino de una Annemiek que finalizaba contrato con los aussies ese año. Movistar aparecía en las quinielas. Pudo ser, pero no fue un burdo rumor. Vleuty pasó a ser Miek. No fue una nueva metamorfosis, sino una nueva estrategia de comunicación o marketing. Pero si que fue una mutación para el equipo telefónico.
Habían pasado tres años desde el debut del proyecto femenino de Abarca. Habían llegado y progresado en él algunas de las mejores ciclistas españolas, pero también se habían terminado marchando. Fue entonces cuando llegó Miek, 2021. No fue solo un cambio de cromos, de caras y de expectación mediática. Su llegada se sintió en los cimientos y perturbó la gestión y el comportamiento en carrera del equipo. Comenzó la era del todas para una y una contra todas. Cambio de roles o de perspectiva para funcionar o correr en favor de un objetivo casi único.
Igual que su llegada y presencia fue una perturbación en forma de estímulo positivo y dinamizador su ausencia también supone una perturbación positiva y negativa. Mentiriamos si dijéramos que su baja no vaya a afectar de manera negativa al equipo. Pero al mismo tiempo que su baja se presenta como la duda de llenar el vacío, de cumplir con las expectativas tan altas que cumplía van Vleuten prácticamente en cada pedalada, por otro lado, su ausencia se presenta como una oportunidad para otras corredoras que supeditaron algún objetivo u oportunidades individuales al bien o acervo común y al mismo tiempo.
Pero aquí estamos para divagar de los posibles, probables e improbables escenarios que se presentan y expectativas a lo largo del calendario internacional a la corredoras de Movistar así como las oportunidades que van a tener siin Miek en plantilla.
Fotos: Getty / Movistar

Pucelano, este deportista varios años colaborando con proyectos tan exitosos como Road&Mud, High-Cycling y ahora Le Puncheur. Ciclismo femenino, masculino y siempre una opinión certera, informada y que aporta a quien la lee.