Vuelta al Besaya: no todo vale

En la segunda etapa de la Vuelta al Besaya, una carrera junior que ha vuelto a la categoría UCI en este 2025, sucedieron una serie de problemáticas indignas de una carrera de este nivel, y hemos decidido darles voz en este artículo con el objetivo de que no vuelvan a suceder, la seguridad es lo primero. Durante la semana anterior a la disputa de la carrera, en el reconocimiento de algunos equipos de la subida a la Estranguada por Merilla se empezaron a compartir una serie de videos en los que se apreciaba como la carretera estaba cubierta por alquitrán en un estado tirando a líquido, en algunas partes de la subida.

Es por ello por lo que la organización decidió asfaltar las zonas que se encontraban en mal estado de la subida días antes de este viernes, lo que a la postre empeoro mucho más la situación de la carretera. Esa misma mañana algunos equipos subieron en coche a reconocer la subida, y mandaron varios videos en los que se podía apreciar que estaba en condiciones impracticables. No siendo conscientes de las condiciones en las que estaba la carretera, la organización decidió dar luz verde al paso de la prueba por dicho ascenso. La forma en la que se ha gestionado este problema, sumado al descenso posterior a esta subida, 3 kilómetros con un porcentaje negativo del alrededor del 13%, con el asfalto cubierto de grijo y 12 horquillas, bajada a la que varios corredores calificaron como una de las bajadas más peligrosas a las que se han enfrentado, muestra que la organización orquesto este recorrido sin prácticamente ningún análisis ni valoración previa del mismo.

Este alquitrán no solo deteriora neumáticos, cuadros y coches, sino que además muchos corredores sufrieron pinchazos debido a toda la ‘mierda’ que se les iba quedando pegada en las ruedas, la mayoría de estos corredores que se encontraban en grupos traseros no tenían ningún tipo de asistencia, teniendo que abandonar la vuelta.

Además, durante el transcurso de la carrera se produjo alrededor del kilómetro 25 una caída masiva en el pelotón, alrededor de 50 corredores se cayeron y otros 50 se vieron cortados de la parte delantera del grupo, tras esta caída varios corredores llegan a afirmar que fueron alrededor de 30 minutos sin una ambulancia, lo que es completamente ilegal y moralmente reprobable. Tras una caída de esta magnitud lo lógico suele ser la neutralización y reagrupación del pelotón, pues alrededor de 100 corredores se habían visto involucrados, e incido en esta situación porque debemos recordar que estamos en un ciclismo de formación donde prima que en la siguiente etapa los chavales que se preparan y entrenan para estos eventos dejando de lado muchas otras cosas, puedan volver a salir y competir en el deporte que les gusta. Tanto es así, que en esta segunda etapa alrededor de 70 corredores se tuvieron que ir para casa, no pudiendo ser de la partida en las siguientes etapas.

Si pretendemos que más chavales se enganchen a un deporte, en el que la mayoría no va a vivir de ello, y en el que se tienen que jugar su físico en todo momento y se expulsa a la mitad del pelotón a mitad de la vuelta, tras haberla preparado con tiempo, dedicación y sufrimiento, lo único que vamos a conseguir es que cada vez menos jóvenes decidan practicar este deporte, y es más que muchos de ellos decidan dejar de competir.

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