Marianne Vos, la coleccionista de pancartas

Puede parecer que nos referimos con ello a una persona incómoda o reivindicativa. Nada más lejos de la realidad. Marianne Vos es y ha sido un ejemplo dentro y fuera de la carretera, donde además ha mantenido un papel muy activo para fomentar el ciclismo femenino y eliminar barreras por la igualdad en este campo.

Vos es y será recordada por su hambre de victoria, por su voracidad en las carreras y por su parecido a Eddy Merckx en ese aspecto. La ciclista nacida en Hertogenbosch vio salir de su localidad natal el Tour de Francia en 1996. Años después nunca lo ganaría. La versión femenina de la Grande Boucle dejó de celebrarse justo antes de que la holandesa comenzase su época dictatorial particular en el ciclismo mundial. De hecho, sólo pudo ser tercera clasificada en el año de su adiós, 2009. La recuperación de la versión femenina del Tour ha sido reciente en un formato más breve. Aún en él, ha sido capaz de levantar los brazos y subirse al podio final de París en lo más alto.

Sí que ha podido expresarse en el Giro de Italia, la única grande que resiste en el calendario femenino. Cerca de una treintena de etapas, tres victorias finales y múltiples maillots secundarios que la inercia le llevo a ganar. Victorias en Emakumeen Bira, en el Tour de Holanda, en el de Noruega, en clásicas como la Flecha Valona o el Tour de Flandes, en los Juegos Olímpicos o en tres mundiales en ruta. Todo eso únicamente en carretera, porque en ciclocross suma a su vez muchísimas victorias y campeonatos mundiales (un total de siete títulos. Seis ganados de forma, además, consecutiva). En esta disciplina es en la que ha estado más centrada en la parte final de su carrera, si bien aún le queda tiempo por delante para seguir demostrando sus cualidades.

No puede decirse que no ha tenido grandes rivales en la ruta. De hecho, Emma Pooley (vencedora de aquella última edición del Tour) se quedó con la miel en los labios en el Giro debido a la tiranía de la holandesa. Judith Arndt también toparía con Vos y no pasaría de una segunda plaza. En otra época hubiese sido una victoria casi segura por parte de la corredora alemana.

Donde sí ha tenido competencia es en tomar el relevo de su exitosa carrera. Van Vleuten y Van der Breggen, compatriotas de Marianne, han sido las vencedoras de cinco de las últimas seis ediciones del Giro femenino. Los números reflejan el claro dominio de las tulipanes en el palmarés de la corsa rosa, siendo ganadoras de la misma ciclistas holandesas desde 2011, con excepción de dos ediciones ganadas por las norteamericanas Megan Guarnier y Mara Abott.

Su comparación con ‘el Caníbal’ Merckx lanzó a esta ciclista a la fama y promocionó de paso el ciclismo femenino, que atraía así la atención y seguimiento de tantos admiradores de la modalidad masculina. La conexión con el mítico ciclista belga no está tanto en la cantidad de victorias logradas. Más bien en la forma en la que somete a sus rivales, que no pueden más que pelear por las migajas de las pruebas en las que compiten.

Las clasificaciones individuales en ocasiones son coto de los vencedores finales de las pruebas. Pero en el caso de Vos las victorias en dichas clasificaciones menores eran absolutamente voluntarias. Con obsesión por cada meta, por cada llegada, por cada etapa. Ese espíritu voraz la ha hecho parecer imbatible.

Es más, pocas carreras no cuentan con ella en el palmarés histórico de vencedores. Prueba que se crea, victoria de la neerlandesa. El hecho de que Marianne esté tan implicada cada vez que se pone un dorsal es parte del mito que se creará (si no lo es ya) una vez se retire.

Quizá se esté viviendo un momento demasiado álgido en su país con el dominio por turnos del calendario. Pero lo logrado por esta auténtica devoradora de metas y pancartas está fuera de toda duda. En épocas de menor esplendor es cuando se tendrá perspectiva real de lo que Vos ha supuesto y significado. Porque lo mejor no ha sido cuantificar  lo que ha sido capaz de acumular, sino cómo lo ha hecho.

Aún le quedan retos por cumplir y por ello ha fichado por el exitoso Jumbo Visma, donde se ha conformado un muy buen plantel alrededor de su figura y cuya reciente llegada al pelotón añade frescura. La idea no es basarse en Vos como única líder, sino crear una academia que genere nuevos talentos para el ciclismo internacional. Para ello compartirán recursos con el equipo masculino en el que destacan poderosos nombres como Primoz Roglic, Sepp Kuss o el sorprendentemente retirado, Tom Dumoulin.

La ambición de crear el mejor equipo del mundo está intacta y por ello lucharán. Una ilusión que a Marianne, después de más de quince años de carrera en la élite del ciclismo, la mantiene con la motivación de un recién llegado a este deporte. De ese modo lo declaraba en diversas entrevistas. Con ellos ha comenzado la temporada de ciclocross y se espera que también acuda a las grandes citas de carretera si la pandemia lo permite.

Una campeona que no deja de evolucionar y buscar motivos para seguir dedicando tiempo a su hobby favorito: devorar pancartas.

Foto: Sirotti