El ciclismo portugués ha vivido épocas de gran esplendor. A nivel individual, con gente que alcanzó cotas nunca alcanzadas y peleó los podios de las grandes vueltas. También a nivel grupal, con la creación de muchos equipos que estuvieron presentes más allá de sus fronteras, alguno de ellos con el anhelo de correr el Tour de Francia.
Sin embargo, no había surgido un corredor con tanta calidad como para aspirar a grandes cotas en el ciclismo. Rui Costa estuvo más dedicado a carreras de un día, con la consecución de un Mundial y grandes triunfos en rondas de una semana. En cambio, poco prodigado en las grandes, la presencia portuguesa se ha visto reducida a fugas y victorias de etapa, que no es poco.
João surgió como un soplo de aire fresco. Absolutamente desconocido para el gran público, se mostró al mundo con el secuestro de la maglia rosa por gran parte del Giro. Sólo la combinación del Stelvio con un imperial Rohan Dennis pudieron arrebatarle el podio que tanto mereció. Aún así, fue de los más reforzados de la carrera al pelear por un tercer puesto que no lograría.
Ahora suena como favorito a las carreras en las que compite y, sorprendentemente, está al nivel de otros que serán con casi toda seguridad contenders en tres semanas más adelante en la temporada.
Ello nos indica que Joao va en serio, nada de conformarse con ser una firme promesa. Deceuninck confía en él y deberá aprovechar sus oportunidades, ya que la competencia y el nivel del equipo es muy elevada. Está en el lugar idóneo, es un equipo bravo, con poco complejo y que se muestra, justo lo que parece necesitar un ciclista con el carácter de Almeida. Una auténtica joya en su rendimiento, más aún con su actitud inconformista. Es lo que, unido a que fue capaz de mantener la mirada a los más fuertes en gran parte de la alta montaña, le hizo salir muy reforzado.
Lo mejor de todo es que parece que hay ciclista sólido detrás, ninguna flor de un día. Ello llenará de ilusión a un ciclismo muy agresivo corriendo, muy ofensivo y que sólo requería de una figura así para volver a la primera plana. Las cotas de Agostinho, logradas a través de una carrera repleta de infortunios, son difíciles de alcanzar, como podios en Tour y Vuelta o victorias de etapa en Alpe d’Huez o en la carrera de casa, la Volta a Portugal, que venció en tres ocasiones. De momento, sólo el indicio de que algo se está moviendo en Portugal nos hace saber que el relevo puede estar teniendo lugar.
Foto: Sirotti