Barcelona es la ciudad que vio nacer a Juan Ayuso y será el punto de partida de su primera oportunidad como líder absoluto de un equipo, más aún de uno de los mejores equipos del mundo como es el UAE de Joxean Fernández ‘Matxin’ y Tadej Pogačar. Esa es la dimensión que cobra el ciclista español, ya que tendrá los galones con el portugués Joao Almeida paralelamente ubicado en el escalafón para intentar restarle presión y tener una baza más en punta de carrera. El luso es un valor fiable y Ayuso muy joven, además de que aún debe confirmar lo que el año pasado cosechó en la Vuelta, que es esperanzador y motivador por un lado.
Por otro, se trata de un resultado tan bueno (3º en el podio de Madrid) que es un listón muy elevado y con este pelotón de estrellas no será nada fácil igualar o superar dicho registro. Si las sensaciones son buenas y se mueve de tú a tú con todas estas figuras en la plenitud de su carrera, el resultado será secundario porque habrá sido un paso más en la evolución del que se supone será un megacrack del ciclismo del futuro no tan lejano. La esperanza del ciclismo español y la del UAE para encontrar alternativa y alternancia a su gran líder, un Tadej Pogačar que pese a que abarca mucho calendario, no puede adquirir toda la responsabilidad.
El núcleo duro del que será aspirante a repetir el podio de Madrid estará formado por el propio Joao Almeida, que viene de ser tercero en el Giro de esta misma temporada, y es claro candidato a estar peleando por repetir hazaña. En la Vuelta pasada tuvo una actuación notable, con ataques lejanos que no pudieron fructificar y que hicieron la vida más fácil a Ayuso, que pudo esperar y proponer desde el grupo de los mejores con tranquilidad. No será un lugarteniente ni un gregario, salvo que la carretera les ponga en ese lugar. Es más un segundo líder, por lo que pueda pasar. Mejor dos bazas que una.
A su lado estará un seguro de vida como es Marc Soler. El catalán no sólo se ha ganado los galones de gregario de lujo en el pasado Tour, sino que en la Vuelta tiene un feeling especial con la victoria. Sabe gestionar su esfuerzo, luchar por victorias de etapa y de paso echar una mano a sus líderes. Con tantas etapas de alta montaña por el camino, será necesario un ciclista así para atacar o para defender, dependiendo del contexto. Con él, otro escalador sobresaliente como Jay Vine. Nadie duda de su capacidad para subir montañas y poner en jaque a los mejores.
Tampoco se duda de sus problemas con los descensos y las trazadas, por lo que no será hombre para darle la responsabilidad. Ya fue espectacular su rendimiento en la Vuelta 2022 hasta que besó el suelo y se marchó para casa a dos días de terminar y luciendo el maillot de la montaña. Hasta aquí los fijos. Después están los probables, como el estadounidense Brandon McNulty. Ganador de etapa en el Giro, tras saltarse el Tour, su rol será similar, con atención y asistencia a los líderes al tiempo que goce de sus ocasiones en la media montaña.
Después hay un grupo de corredores que pelear por conseguir las tres plazas restantes. Rui Oliveira, portugués, es un buen ciclista de equipo, y cuenta con muchas posibilidades de sumarse al ocho. Felix Großschartner y Rafal Majka son otros dos ciclistas con posibilidades de entrar. Tal vez sólo uno de los dos lo consiga. Quien parece ocupará la octava y última plaza será el colombiano Sebastián Molano. El velocista viene de ganar en Burgos y sin un gran tren para los sprints podría probar suerte. También Sjoerd Bax. Un equipo repleto de talento para sus líderes, pero con ciclistas polivalentes por si pasasen a ser la opción A en algún punto.
Fotos: UAE / Sprint Cycling Agency