Psicología deportiva: las lesiones de ciclismo

Toda persona que practica deporte está expuesta a padecer lesiones en algún momento, desde deportistas profesionales o aficionados que se dedican a la competición hasta los que simplemente lo realizan por ocio, pasando por los que buscan mantener o mejorar su salud.

La R.A.E. define lesión como daño o detrimento corporal causado por una herida, un golpe o una enfermedad.  Por tanto va a suponer una afectación en el aspecto físico del deportista. En la inmensa mayoría de los casos, una lesión a nivel físico, va a conllevar una serie de dificultades a nivel cognitivo, que es donde entra la ayuda de la psicología deportiva. De todos modos, puede haber casos excepcionales, donde una lesión, en lugar de ser un problema, sea un alivio para el deportista, si está padeciendo problemas de estrés o de otro tipo muy serios que no puede controlar.

Una lesión a nivel deportivo, puede afectar negativamente a un deportista por varios motivos:

  • Hay una disfunción orgánica, que va a originar dolor y va a limitar la capacidad de movimiento.
  • Supone la interrupción total o muy limitada de la práctica deportiva (tanto entrenos como competiciones). A veces esta interrupción puede ser un periodo corto de tiempo pero otras veces, el mismo puede dilatarse mucho, dejar secuelas o incluso ser permanente.
  • Se producen pérdidas tanto a nivel personal como grupal (dependiendo de cada deporte). En el caso de un deportista profesional, puede perder patrocinadores, contratos, becas, estatus deportivo, asistencia a eventos importantes, etc. Y en el resto de deportistas, se pierde el nivel físico, el valor del refuerzo positivo que supone hacer deporte a todos los niveles, la afectación a otras áreas personales, académicas, sociales y/o laborales…
  • En casi todos los casos, va a suponer cambios en la vida del deportista, a diferentes niveles, con unas necesidades diferentes a las que se tenía anteriormente, con una probable rehabilitación que va a requerir tiempo, dedicación y esfuerzo.
  • Por último, a nivel psicológico, se van a ver afectadas de un modo u otro, el deportista como las personas que le rodean. Pueden presentarse estados depresivos, pensamientos disruptivos y negativos, dudas sobre el futuro, baja motivación, autoconfianza disminuida, irritabilidad, frustración, ansiedad, problemas de sueño…

El impacto psicológico de la lesión, hablando ya específicamente del ciclismo, puede ser muy variable dependiendo de muchos factores. Por un lado el contexto del ciclista en el momento de producirse. Tanto en las cosas externas, como por ejemplo si ha sido una lesión debida a una caída, por sobreentrenamiento, por malos ajustes en la bicicleta o posturas inadecuadas, etc. Como su estado psicológico en ese momento y su historia de aprendizaje y experiencia en situaciones similares. Este impacto no es igual para todo el mundo. Ya que cada uno reacciona de un modo diferente ante determinadas situaciones e incluso puede no ser el igual en una persona que pasa más de una vez por esa situación.

La variable psicológica más relevante en todo lo relacionado con las lesiones, es el estrés psicosocial. Esta variable muchas veces está presente en los diferentes momentos y etapas de una lesión e incluso, a veces, puede llegar a ser causa o tener un papel clave para que se produzca. Ya que provoca vulnerabilidad en cualquier ciclista. Este estrés puede darse por tanto antes de la lesión, cuando se produce, en los momentos posteriores cuando el deportista aún está convaleciente, cuando se produce el inicio de la rehabilitación, cuando se produce a vuelta a la normalidad y sobre todo cuando se producen recaídas.

El trabajo con un psicólogo deportivo, si el ciclista o su entorno lo consideran necesario, siempre va a ser una ayuda muy valiosa para que el estado emocional del deportista sea mejor a lo largo del proceso de recuperación y sobre todo para poder afrontar en las mejores condiciones posibles, la vuelta a los entrenamientos, la vuelta a la competición y la el trabajo de prevención ante posibles recaídas. Varios estudios demuestran un mejor pronóstico en deportistas que trabajan los diferentes aspectos a nivel psicológico, que aquellos que no lo hacen. Ese trabajo que se realiza, es algo muy específico y muy concreto, que vas más allá del objetivo de este artículo. Que es dar una serie de consejos generales que se pueden aplicar en caso de padecer una lesión, para ayudar al ciclista a tener un mejor estado psicológico en general. Vamos por tanto con algunos de esos consejos:

  • En primer lugar, siempre va a ser de mucha ayuda, ser conscientes de la situación. Qué tipo de lesión tenemos, qué provoca, qué lo ha causado, qué pronóstico tiene, qué fases o etapas suelen ser las más habituales, etc. Conociendo con claridad qué nos ha pasado y qué nos puede pasar, podremos amortiguar hasta cierto punto el nivel de estrés que provoca.
  • Es esencial controlar las respuestas emocionales asociadas a la lesión. Como se mencionó al inicio del artículo, estas respuestas pueden ser muy variadas y tener un impacto muy alto. Ansiedad, irritabilidad, tristeza, pensamientos negativos, indefensión… Hay que tener muy en cuenta si se da alguna de estas respuestas, y actuar en consecuencia. Pidiendo ayuda a un profesional de la psicología, si fuera necesario. Algunas estrategias que se pueden utilizar son la relajación o realizar ejercicios de respiración.
  • Es fundamental el desarrollo de la motivación y la auto-confianza. Una estrategia muy útil es planificar los objetivos a lograr en las diferentes etapas de la lesión. Siendo estos objetivos, algo que dependa de nosotros, que estén bien definidos y que podamos lograr. Ir logrando esos objetivos poco a poco, serán la base de una autoconfianza fuerte y real y de una motivación alta, para seguir trabajando y mejorando.
  • Es también muy importante, tomarse las sesiones de rehabilitación, como si fuera un entrenamiento más. Intentando hacer los ejercicios pautados lo mejor posible, focalizando nuestra atención en lo que vamos a hacer y buscando hacer lo que corresponde. Es un modo de mantener la motivación y la confianza y a la vez de mejorar mucho antes. Por tanto, es vital planificar bien el trabajo que vamos a hacer cada día.
  • Otra estrategia que podemos utilizar es la práctica en imaginación. De ese modo vamos trabajando diferentes aspectos del entrenamiento con la visualización y también sirve para ir anticipando la vuelta. Tanto a los entrenos normales como a la competición, pudiendo simular los mismos.
  • Es importante también conocer cuáles son nuestros recursos, tanto materiales como sociales y personales. Si podemos realizar una rehabilitación concienzuda, si tenemos que usar algún tipo de ayuda física, si contamos con un margen de tiempo para llevarla a cabo, etc. y por supuesto el apoyo social con el que contamos, tanto a nivel familiar, como de amigos y compañeros. Es un aspecto clave para una mejor recuperación, la percepción de contar con ese apoyo.
  • Y por supuesto, es básico no obsesionarse con la recuperación. Puede ser un buen momento para aprovechar a hacer otras cosas que habitualmente no se tiene tiempo para ellas, que quizás no estén relacionadas con el ciclismo. Es vital tener el mayor número posible de refuerzos positivos, y tocará buscar dónde lograrlos, al no poder recibirlos de situaciones habituales.
  • Por último, hay que trabajar la prevención de respuesta, es decir, estar preparados por si las cosas no salen como queríamos. Por si hay una recaída, o aparece dolor o el plazo que nos habían dado para recuperarnos se amplía cada vez más, o si no logramos volver a nuestro nivel previo con facilidad, etc. A veces, cuando ocurre una de estas situaciones, parece que todo el trabajo realizado no ha servido para nada. Y no es así, por lo que hay que tener siempre muy presente todo lo que se ha hecho. También la confianza en nuestros recursos y posibilidad y mantener la motivación alta y el estrés negativo controlado.

Foto: Photogomezsport / A.S.O.