Acabó una Vuelta a España más, una carrera que quedará para el recuerdo por ser la 4a de Primoz Roglic, que iguala a Roberto Heras como corredor con más Vueltas.
Una victoria conseguida casi en el tiempo de descuento, en una edición marcada por los altibajos, por el calor y por las fugas, está edición ha tenido similitudes y diferencias con la del año pasado. Similitudes porque ha estado comandada por un corredor, Ben O’Connor, que consiguió el rojo y la ventaja gracias a una fuga. La diferencia ha sido tan simple como que finalmente no ganó.
Tras ese inicio en tierras lusitanas, el zafarrancho comenzó enseguida, con Pico Villuercas como testigo en una subida muy descafeinada con 3km duros de cemento y el resto del puerto mucho más tendido. En esa cima se rompieron muchos sueños, que pocos días después, con la complicidad del pelotón, volverían a ser posibles.
Los días posteriores en el Andalucía fueron una auténtica tortura para todo el pelotón, con golpes de calor y Covid, los supervivientes casi debían ser considerados héroes. Como heroico fue lo de Ben O’Connor en Yunquera o lo de Adam Yates en Granada. Está gesta le trajo el maillot rojo al australiano con una renta que ya solo pudo sobrepasar un corredor.
A partir de ese momento dio un vuelco la general y se convirtió en un todos contra Ben, pero nadie se atrevía a toserle, solo Roglic y Mas eran capaces de sacarle de punto y hacerle sufrir hasta reventar como un sapo (Enric dixit). Spoiler: No fue suficiente
Entre victorias de Van Aert y Groves y exhibiciones de los muchachos de Kern Pharma fueron sucediéndose las etapas. El público pensaba que el australiano caería por su propio peso y desaparecería del mapa pero esto nunca ocurrió. Hay un dicho popular que reza: No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. Pero los hombres que luchaban por la Vuelta a España no quisieron seguir este dogma. Así pasó, que bajo el amparo de Felix Gall en Ancares o Picón Blanco y de Valentín Paret-Peintre en Lagos y Moncalvillo, el líder conseguía sobrevivir a los pequeños intentos de escarceos.
Solo un descomunal Primoz Roglic, con etapas hechas a medida para él como Ancares o Moncalvillo, pudo aprovechar las pequeñas carencias de O´Connor para acabar enfundándose el rojo en la etapa 19. Ya no lo perdería y aumentaría su ventaja con sus perseguidores. No sabemos si realmente tenía tan buenas piernas como parecía o es muy buen jugador de poker, pero nadie se atrevió a toserle. Solo algún día inspirado del balear Enric Mas, quien fue el único capaz de ponerle contra las cuerdas, le hizo mostrar debilidad. Pero esto no fue suficiente y ya sabemos todos como acaba el cuento.
Se abre el debate. Primoz Roglic obtiene su 4ª Vuelta a España y esto hace que muchos se pregunten si es el mejor corredor que ha pasado por esta Vuelta y a su vez, unos pocos, se preguntan si es uno de los mejores vueltómanos de la historia.
Lo mejor: La igualdad entre los favoritos.
La carrera estuvo marcada por un grupo de favoritos que luchó por la general y otro grupo de favoritos que se quedó más atrás pero fue recuperando terreno gracias a las fugas. Ejemplo de ello fueron O’Connor, Yates o Carapaz. Esto, unido a la falta de un favorito claro con un equipo que comande el pelotón, dejó una carrera super abierta hasta los últimos días. Ni Red Bull-Bora ni Decathlon tenían la suficiente fuerza como en su día UAE o Jumbo y eso dio alas a que gente más retrasada tuviera su oportunidad de meterse en la general.
Algunos dirán que donde pongo a Kern Pharma. Eso ya lo veréis en un análisis individual que haré del equipo.
Lo peor: Falta de ambición por la general.
Esa igualdad de la que hablamos como lo mejor al final ha dado lugar a falta de ambición. Unos por falta de «ganas» como Carlos Rodríguez, Skjelmose o Kuss y otros por falta de equipo como Mas o Carapaz, quienes tuvieron que buscarse la vida casi en solitario. El único que pudo contar con algo de apoyo y lo intentó fue un Mikel Landa que acabó cediendo en Herrera y perdiendo toda opción de pódium. Se habla muchas veces del dominio apabullante de equipos como UAE, quien en este Giro y Tour no ha dejado títere con cabeza. Sin embargo se ha demostrado en esta Vuelta que si ellos no están, ningún otro equipo tiene ahora mismo los mimbres o agallas necesarias para tomar el mando de la carrera.
Alberto aterriza en Le Puncheur por elección propia después de haber dirigido durante 6 años otro proyecto relacionado con el atletismo. Deportivamente dedicado a la marcha atlética, pero apasionado de ciclismo desde que tiene uso de razón, este Toledano viene a darnos su punto de vista siempre desde el lado mas objetivo posible.
