Aunque ya había ocurrido con anterioridad de forma más esporádica, en los últimos años predominan las salidas de las Grandes Vueltas por etapas fuera de su territorio original, hubo años en los que incluso las tres grandes salieron de países distintos al suyo de origen. De la misma forma, predominan las incursiones en países vecinos, el Tour en Italia, el Giro en Francia, o la propia Vuelta en territorio galo o portugués. Sin embargo, y debido a la propia logística y duración de las mismas, es muy poco frecuente ver una carrera de una semana que transite más allá de su territorio, aunque alguna hay como por ejemplo esta temporada en Gran Camiño con una etapa en Portugal, pero más difícil es si cabe todavía ese traslado a una isla, como ocurrió en la Volta a Catalunya de 1986, en la que se disputó una contrarreloj en Cerdeña, Italia, concretamente en la localidad de Alghero o L´Alguer en catalán.
En el siglo XIV y provenientes de diferentes zonas de lo que hoy es Catalunya y entonces el Reino de Aragón, llegaron a la ciudad de Alghero gran cantidad de colonos que tenían el idioma catalán como propio, no precisamente los más ilustres hay que decirlo, y que fueron expandiendo en esta parte del territorio sardo, el dialecto llamado alguerés , una variante del catalán, que en estos tiempos apenas es hablado en algunos barrios concretos de esta ciudad costera y amurallada, que fue en su momento un importante punto estratégico y comercial por su ubicación en el Mediterráneo, y que ha quedado al amparo de voluntarios y lingüistas que hacen lo posible por difundir un idioma que ocupa el tercer lugar en las conversaciones de sus habitantes, por detrás del italiano y el sardo.
Dentro de los actos del 75 aniversario de la Volta a Catalunya, meses antes de la disputa de la misma en el mes de septiembre, la Unió Esportiva Sants, entidad organizadora de la prueba catalana, presentaba el recorrido con la peculiar inclusión de una etapa en la isla italiana de Cerdeña. La ciudad de Alghero, denominado como último reducto del habla catalana, iba a acoger una contrarreloj de algo menos de 30 kilómetros que se presumía como definitiva para conocer al ganador de la carrera, ya que estaba ubicada un día antes del epilogo en Barcelona. La participación fue de auténtico lujo en Platja d´Aro, localidad en la que se daba inicio a la Volta con un breve prologo. Además de los referentes del pelotón español de entonces, Álvaro Pino, Pedro Delgado, Eduardo Chozas o Ruiz Cabestany entre otros, también fue de resaltar la concurrencia foránea con Laurent Fignon, Charly Mottet o Sean Kelly además de una importante legión de ciclistas colombianos. El recorrido tenía como punto clave, además de la citada prueba contra el crono en Alghero, la etapa reina con final en la estación invernal de Walter 2000. Única jornada que se podía considerar de alta montaña por su desnivel y dureza. En ella el irlandés Kelly salió bastante bien parado de los ataques de los escaladores como Perico y llegó en segunda posición a unos segundos del ganador Juan Fernández. Un joven y prometedor Anselmo Fuerte, enrolado en las filas del ZOR-BH se hacía con el liderato, una primera plaza que iba a aguantar hasta la llegada a tierras sardas para la disputa de la etapa cronometrada.
La organización iba a fletar un avión para ciclistas y directores, mientras que parte de la organización y algunos aficionados hicieron el trayecto vía marítima para llegar a la isla de Cerdeña. Todo parecía dispuesto para el asalto de Kelly al liderato debido a sus grandes prestaciones contra el crono, aunque otros rivales como el propio Delgado o el francés Mottet seguían de cerca al gran corredor irlandés. El recorrido estaba compuesto por varias ascensiones de poca entidad, dentro de 29, 9 kilómetros de recorrido, un auténtico subibaja por los alrededores de Alghero para sentenciar prácticamente esta edición de la prueba.
Los pronósticos esperados se acabaron cumpliendo con la victoria del ciclista irlandés de KAS, que superó en algo menos de un minuto a Fignon y a Julián Gorospe, proclamándose prácticamente vencedor de su segunda Volta a Catalunya. Con una jornada de descanso de por medio para el traslado desde tierras sardas a la ciudad condal, los corredores afrontaron la última etapa, que fue de mero trámite de cara a la clasificación general. Así terminaba esta edición del 75 aniversario, que tuvo en el paso por Alghero uno de sus puntos culminantes. Algunos rumores apuntaban en los últimos años a que la Volta podría repetir la experiencia por aquellas tierras, un hecho que de momento no se ha materializado.

Alberto Díaz Caballero es madrileño y uno de los puntales de Le Puncheur. Anteriormente, había participado también en High-Cycling, así como en otros proyectos como Road & Mud y Planeta Ciclismo. Sobre historia, sobre actualidad o sobre cualquier tema. Un todoterreno del ciclismo que transmite conocimiento y pasión en cada texto.