Un calendario incomprensible nos daba una oportunidad de revancha maravillosa. No terminan de encajar con la fecha adecuada para el Europeo, que fluctúa en el tiempo desde mediados de agosto a octubre. A mí, personalmente, se me hace raro que se dispute después del Mundial; siendo antes, veo más apetecible luchar por el Europeo que de esta forma, que lo veo como luchar por el segundo plato, por las sobras. Bueno, suponiendo, claro está, que haya alguna sobra, porque estando Tadej Pogacar lo lógico es que se coma el primer plato, el segundo plato, el postre y hasta la comida de los empleados del restaurante.
Pero bueno, en esta ocasión, esta rareza (que también se dio cuando el Mundial fue en agosto) nos brindaba la oportunidad de que Remco Evenepoel tuviera la revancha de la victoria de la cual le privó su mecánico/primo. Las palabras de Remco dejaron entrever que los problemas mecánicos le impidieron salir a por el esloveno, porque tenía piernas para ello. Pues el destino le preparaba la revancha, y de qué manera. Un circuito bastante similar al de Kigali, aunque con menos desnivel, que a priori (solo acabaron 17 corredores) debería favorecer algo más al belga que al esloveno, que cuanto más dureza, mejor. La nómina de favoritos era también de primerísimo nivel: todos los del Mundial más alguno más, como Jonas Vingegaard.
Si me dices hace un año que iba a estar esperando la retransmisión de un Europeo, te diría que me dieses las drogas que recorrían tu organismo, porque debían ser muy buenas. Y es que así era: en los canales internos de Le Puncheur debatíamos por qué no daban la carrera al completo, y precisamente creo que en lo anterior está la respuesta. Y es que nadie esperaba esta expectación cuando se realizaron las programaciones televisivas, y tampoco nos acostumbramos a que las carreras se rompan a 100 kilómetros de meta. Así que tocaba dormir al peque y sentarse en el sofá a ver la revancha de Remco, y con suerte no tener que verle de nuevo haciendo aspavientos (spoiler: de nuevo hizo aspavientos, esta vez a las motos que indican las diferencias), que afean lo gran corredor que es.
Empezaba el día con una numerosa escapada a la que no iban a dejar mucho tiempo, ya que creo que no pasó de los 2’30”, pero todo seguía por el camino más o menos normal. Pero cuando yo todavía ni estaba en el sofá, hubo ya un ataque de Pavel Sivakov de lejos, al cual dio continuidad Remco. Pero claro, jugar de lejos con Tadej Pogacar es jugar a su juego. Al contrario de los ciclistas de otra época, él no va a rehuir jamás la batalla lejana, así que allí, a rueda, se puso. Y después de un momento de calma, Jan Christen, la perla suiza, arrancó subiendo para que Remco volviese a darle continuidad, quedándose tan solo Pogacar, Seixas y el citado Evenepoel. La selección española, estos movimientos les pillaron de charleta, supongo, porque iban todos en cola de pelotón…
Para este momento de carrera, João Almeida se había quedado, pero también Jonas Vingegaard. El danés dejó claro que venía porque le habían obligado, porque su rendimiento fue más que decepcionante; pero es que la sensación era que no estaba en un momento físico adecuado para un ciclista de su nivel.
Me pregunto qué pensarán los revolucionarios del Andorra Cycling Masters de la elección de corredores que han hecho. Recordemos que se trata de un evento con solo 4 ciclistas: Pogacar, Del Toro, Roglic y Vingegaard. Esto que vendieron como la primera revolución del ciclismo, que no era un criterium más, se les está quedando, a dos semanas de celebrarse, con uno de los 4 corredores en una forma que no es la más adecuada para dar un espectáculo de categoría contra el esloveno. No es algo que vaya a visionar; como evento ciclista me parece que tiene una importancia nula, menor que otros criteriums ya existentes y que nunca han tenido ninguna trascendencia, así que esto pinta a lo mismo.
Hasta aquí la cosa pintaba muy, muy bien: había alternativas, Evenepoel mostraba una actitud de revancha súper agresiva, Seixas y Francia al completo parecían estar bien de forma. Además, en la escapada había un corredor belga y no quedaba ningún esloveno, todo pintaba bien, pero claro todo esto, con el esloveno compitiendo, no es algo que importe, porque… ¿qué le importan las estrategias de equipo a un tipo que gana carreras haciendo 100 km él solo? Así que, en la última subida al puerto largo del recorrido, Saint-Romain-de-Lerps, el esloveno decidió que mejor solo que mal acompañado, así que empezó a apretar poco a poco, siguiendo la estrategia de la rana que nos explicaron los Segis en su segundo disco, Mundo Toxico:
“Si la metes en agua hirviendo,
inmediatamente salta.
En cambio, si la metes en agua fría
y la calientas lentamente,
la rana muere hervida,
sin capacidad de reacción.”
Y eso pasó. Poco a poco fueron cayendo todos menos Remco, que iba a rueda quemándose poco a poco, hasta que hubo un momento en que se abrió a la derecha, para esperar al siguiente grupo. Se escapaban las posibilidades del tú a tú, pero, por contra, Pogacar coronaba con 30″ sobre un interesantísimo grupo: Juan Ayuso, Paul Seixas, Cristian Scaroni y Remco Evenepoel. Cuatro corredores que, de haberse puesto de acuerdo, podrían, gastando menos, haber terminado cogiendo al esloveno y, al menos, hacerle dudar. Algo así pasó, ya que se pusieron a 20”, pero llegó la siguiente subida antes de que pudieran agarrarle, y en esa subida acabó la carrera y las aspiraciones de victoria del belga. Tadej acabó por delante controlando la ventaja ante un Remco que lo daba todo por echarle mano, pero no fue suficiente.

Al final, los últimos 70 km fueron un calco del Mundial, con idéntico resultado en las dos primeras plazas del podio. Pero el tercero estuvo ocupado por otro protagonista del Mundial y gran esperanza contra Pogacar: Paul Seixas. Este chaval está quemando etapas a una velocidad espectacular y no nos extrañaría que fuera la alternativa a Tadej y a Remco en un futuro próximo. Ayuso acusó el ser generoso, según él, y acabó siendo alcanzado por detrás, haciendo un buen 6º puesto. Muy buena carrera la suya.
Este es el ciclismo que nos ha tocado vivir. A mí me gustan mucho los ataques lejanos, y me gusta el ciclismo que proponen, pero la realidad es que Tadej está tres puntos por encima de Remco, y cinco por encima del resto. La otra alternativa, Jonas Vingegaard, es un ciclista que, fuera del Tour, no soy capaz de reconocer en él a ese ciclista superlativo; se me hace difícil verle con esta actitud. Aunque hay que reconocerle mucha consistencia en sus resultados en carreras de un día, porque no hay ni un resultado decente en toda su carrera.
Ahora, a esperar Lombardía y el Andorra Cycling Masters para ver si Tadej Pogacar remata una temporada histórica o no.

Loco de esto de las bicis desde los 5 años. Pantani, Ullrich, Euskaltel y Van der Poel me guiaron en mi camino… Amante de todo lo que tiene que ver con el offroad, ya sea pavés, CX o MTB. Cuando me propusieron colaborar con Sergio y Jorge en LePuncheur y cumplir mi sueño de escribir sobre ciclismo, no lo pensé, ¡no dejaría pasar esta oportunidad! Adicionalmente, también soy un paquete más compitiendo en Mountain Bike.