23 años, debutante en una gran vuelta con el Caja Rural – Seguros RGA, barcelonés y con todo el futuro por delante. Abel Balderstone disputa la primera mitad Vuelta a España y hace balance sobre la experiencia. El vuelo entre Murcia y Valladolid camino del día de descanso será una de ellas: «llegamos a las 2 y 30 de la noche, fue un día duro. Cuando estábamos a punto de aterrizar en Valladolid, el capitán dijo que con esas condiciones climatológicas no podía tocar suelo». Precisamente ahí tienes los pies un ciclista humilde, prudente y concentrado, consciente de la magnitud y la dificultad de los desafíos que tiene en frente.
Eres de Ullastrell, en Barcelona, y esta Vuelta, tu debut en una grande, sale de Barcelona.
AB: «Para mí ya era un sueño estar en la Vuelta en mi primer año como profesional. Empezar en casa ha sido muy especial. Ha venido mucha gente a verme y he recibido muchos ánimos, eso te da todavía más energía, parece que ni te cansas. Una locura».
Hubo varias circunstancias que no pusieron ese inicio nada fácil…
AB: «Mira que a mí no me gusta la lluvia, y que en Barcelona no suele llover. Pilló así, y aún así no se me hizo pesado ni nada por todo lo que comentaba».
¿Cómo está siendo este primer año en el pelotón?
AB: «En diciembre me lesioné, así que mi primer año ha empezado así, con lesión en la rodilla. Debuté en O Gran Camiño, y aunque fue justo tras volver de la lesión, noté que el ritmo era muy diferente a la categoría amateur. Fue un sueño para mí estar en la máxima categoría. Otro sueño que cumplí fue debutar en la Volta Catalunya, la carrera de casa. Era mi segunda carrera en profesionales y ahí ya vi que era otro nivel. Los tres primeros días me hicieron sufrir como nunca encima de la bicicleta. Y no sé ni cómo, mi cuerpo giró y era otro, se adaptó mucho mejor a esas etapas y me fue mejor. Empalmé con la Itzulia, así que muy contento pese a la lesión».
Y es que después de la lesión no has parado. Y has ganado tu primera carrera, en el GP Beiras, en Portugal.
AB: «Fue muy especial ganar. Era una etapa muy dura, con lluvia, y como decía antes, no soy un corredor al que le guste mucho, y con mucho frío. Fue muy intenso, llegué a meta con otro corredor y me veía más fuerte que él. Eso da mucha fuerza».
¿Cuándo te enteraste de que ibas a correr la Vuelta?
AB: «De forma oficial, fue en el mes de julio, a principios. Hice un parón ese mes, preparando para la Vuelta, llevaba una temporada larga, necesitaba algo de descanso ya pensando en la Vuelta, y con ella en mente hice Castilla y León y Clásica de San Sebastián, para coger un poco el ritmo de competición otra vez. Después hice una concentración en altura con el equipo y ya listos para las tres semanas».
¿Cómo empieza Abel Balderstone en la bicicleta?
AB: «La descubrí con mi padre, que salía con su grupeta todos los domingos en los alrededores de Terrasa, en Barcelona. Salía cada domingo, se sumó mi hermano y yo también quería probar. Salían ellos y yo con diez años ya quería una bici, pero hasta los doce no me la compraron. Empecé un año con la grupeta y después ya en cadetes empecé a competir».
¿Qué recuerdas de esas categorías inferiores? ¿Cómo te fuiste adaptando?
AB: «Empecé en cadetes, en el Club Ciclista Ca n’Aglada, que es un club de Terrasa. En juvenil se juntó con otro club y estuve en juveniles con ellos. De ahí pasé al Valverde Team y tres años después vi que necesitaba un impulso más, contacté con el filial de Caja Rural, me cogieron. Ese año salió todo muy bien y ya a profesionales. Bueno, hice la temporada pasada (2022) con el filial todavía y en agosto ya firmé como profesional y probaron qué tal se me adaptaba la categoría como stagiare. Hice Tour de Limousin y Tour de Eslovaquia, donde fui octavo en la general».
No te dio tiempo a coincidir precisamente con Valverde.
AB: «Me hubiese gustado, ya que le conocía de haber compartido entrenos con él y con el equipo, pero bueno, no se dio la ocasión de correr con él».
¿Qué ídolos has tenido en el ciclismo?
AB: «Desde bien pequeño, a mí me gustaba mucho Alberto Contador. Su manera de correr, de atacar…»
Como a él, se te describe como un ciclista de grandes vueltas. ¿Te sientes cómodo con esa definición? ¿Es un objetivo centrarse en ellas?
AB: «Creo que soy muy joven aún para saber hacia dónde me puedo orientar, pero sí veo que soy un corredor de vueltas, no de clásicas. En un día me cuesta más, pero en la acumulación me siento mejor, soy muy regular. La Vuelta a España ya son tres semanas y eso ya es muy diferente».
¿Cómo está siendo tu debut? ¿Cómo lo estás viviendo desde un punto de vista personal?
AB: «Está siendo muy intensa. Hay días que pasas mejor que otros, y si estás mal, lo pasas muy mal. La lluvia te deja muy tocado. He tenido dos días de dolor de tripa, lo que me ha producido comer menos y perder energía en la bicicleta. Para mí, hasta la fecha, han sido los días más duros que he vivido en ciclismo».
¿Y desde la perspectiva del equipo después de no ser invitados el año pasado?
AB: «La estamos disfrutando como nunca. Para nosotros, participar en una carrera así es un lujo. Al final es aprovechar todo lo que podamos, disfrutarlo y a tope hasta el final. Luchamos siempre por el objetivo, que es ganar una etapa. Estamos muy cerca, cada vez más, y estoy seguro de que lo vamos a lograr».
¿Has compartido tiempo con todas esas figura con las que compartes pelotón?
AB: «Poco. Me parece que son unos ‘máquinas’, unos héroes. Hacen cosas que no son normales. Tienen un gas que no se sabe ni de dónde lo sacan. Pero, por ejemplo, con Sepp Kuss sí que voy hablando en las etapas. Es un muchacho tan normal, tan bueno, y después le ves subiendo y no sé ni cómo lo hace».
¿Qué objetivos te marcas en la segunda mitad de la Vuelta?
AB: «Mi objetivo principal es intentar estar un día en la fuga. Quiero sentir cómo es una escapada en una gran vuelta. No tengo ninguna etapa marcada, según vaya viendo cómo me encuentro cada día. Me gustaría más intentarlo en las etapas de montaña, como Tourmalet o Angliru».
¿Y en tu carrera en general? ¿Qué sueños te gustarían cumplir?
AB: «Soy muy de casa, así que uno de mis sueños, por qué no, es ganar una etapa en la Volta Catalunya. Si fuese la de Vallter 2000, que es muy típica en los últimos años, mejor que mejor».
¿Qué puntos débiles y puntos fuertes podemos ver en tu yo ciclista?
AB: «Uno de mis puntos débiles es no saberme colocar todavía bien en el pelotón. Estoy intentando mejorarlo, porque al final es muy importante estar delante en los puntos clave de las etapas para no sufrir problemas y tener que hacer esfuerzos bruscos. ¿Punto fuerte? Las subidas largas, intensidad alta a largo plazo…».
¿Cómo fue ese Campeonato de España sub 23? ¿Esperabas ser tercero?
AB: «No esperaba el resultado. Tres o cuatro días antes estuve malo. Íbamos planteando en la Selección Catalana que yo iba a ser el líder y que íbamos a intentar ganar. Fue llegar ese día, yo estaba un poco mal, pero no sé qué pasó que mi cabeza hizo clic y me dijo que tenía que intentar ganar sí o sí. Las piernas me fueron muy bien ese día, se intentó y no pude dar alcance a los dos primeros. No respondí en un momento de duda y ya no pude hacer nada para alcanzarles. Fue una carrera que me cambió, cambió mi carrera ciclista por completo. A partir de ahí empecé a conseguir victorias en el campo amateur».
¿Tienes alguna manía?
AB: «En ciclismo pocas. La típica de mirar la hora y que sean números iguales, como 12:12, 17:17 y cosas así, me beso un tatuaje que tengo en la muñeca y que es de ciclismo».
Fotos: Caja Rural Seguros RGA
Nacido en Madrid el 2 de abril de 1986, Jorge Matesanz ha pasado por ser fundador y director de proyectos como Revista Desde la Cuneta, Tourmalet Magazine o High Cycling, además de colaborar en otros proyectos como Palco Deportivo, Plataforma Recorridos Ciclistas o Con el Plato Pequeño. Tras más de 15 años dentro del mundo del ciclismo, llega el momento de fundar Le Puncheur junto a Sergio Yustos y seguir acercando artículos de opinión, casi siempre sobre ciclismo profesional.