El rumor de fusión de Jumbo y Soudal, una OPA al ciclismo entero

Rumor que corrió como la pólvora, por el que Jumbo Visma y Soudal Quick Step podrían estar valorando la posibilidad de unir fuerzas. Es decir, que al dominio imperial del Jumbo Visma aplicado en increscendo durante las últimas temporadas, y coronado por el cuasi pleno de 2023, le añadiríamos a uno de los pocos ciclistas que se encuentra al menos dispuesto a plantarles cara a futuro como Remco Evenepoel. Un dream team que conduciría al ciclismo profesional a riesgos elevadísimos de monopolio, a una exacerbación de la concentración del talento que tan poco bien le está procurando a este deporte.

Por el momento es un simple rumor, aunque se conozca el dicho del río y las piedras, que aplica casi siempre, en un alto porcentaje de los casos. Los ejemplos de los efectos que esta fusión producirían tienen tintes apocalípticos. Nadie en su sano juicio vería con buenos ojos un enfrentamiento entre todo el Jumbo más Evenepoel en la lucha contra Tadej Pogačar, el único ciclista que quedaría en rebeldía ante todo este sistema de gigantes unidos bajo unas mismas siglas. Pero, claro, el esloveno no estará presente en todas las carreras.

En un momento donde de por sí sería necesaria una reflexión y acción contra la concentración de grandes estrellas en dos, tres World Tour, subir la apuesta en la dirección contraria acabaría por restar al ciclismo el poco interés que como competición y deporte aún conserva. Imaginemos una Vuelta donde de salida todos aparezcan en su línea de salida con los brazos caídos. Si ya lo fue de alguna manera en los últimos días, plantear el ciclismo así desde la casilla de salida puede ser el pinchazo definitivo que haga explotar la burbuja.

Aún con todo, aunque esa especie de OPA tuviese lugar, habría que estudiar cómo queda el panorama ciclista. Sí que nos borraría de un plumazo a un histórico como Quick Step, la estructura de Lefevere. O al Jumbo, relevo del histórico Rabobank. El papel de éste sería definitivo, no es realista pensar que se plegaría a un rol secundario, tampoco imaginable que un Jumbo procedente de los mayores éxitos de su historia cediese toda su autonomía al belga. O viceversa. Según se rumorea, la cuestión debería estar muy avanzada y ser «cuestión de días».

En esa búsqueda de un nuevo patrocinador que siga imponiendo ritmo marcial en el World Tour para sustituir a Jumbo, parece extraño que el mandamás belga acepte subordinar a su equipo y sus marcas asociadas a otro que además tiene base en Países Bajos. De una mezcla de ese calibre podría salir cualquier cosa, con una plantilla que da miedo con sólo pensar en ella. El terremoto afectaría a ambos lados, habría que ver las cuotas, a varios de los ciclistas saliendo forzosamente y a otros buscando seguro acomodo para disfrutar de oportunidades de liderazgo en otra parte.

Remco Evenepoel tendría así camino libre para marcharse a Ineos Grenadiers, la eterna lucha. Se diluiría su relación contractual, quién sabe. Todo menos ser cola de león, concepto que no parece encajar con los planes de quien ambiciona a destronar a Vingegaard y compañía en el Tour 2024. Se ha podido comprobar a través de la última Vuelta a España que ganar no está nada sencillo ni siquiera funcionando dentro de esa misma estructura que tiraniza el ciclismo en la actualidad.

Queda por analizar las posibilidades que le queda a la UCI. No sería ninguna buena noticia para ellos, con la desaparición de una de las dos licencias. La posición en el World Tour la asumiría cualquier otro con puntuación y garantías financieras. A corto plazo los efectos económicos no deberían hacerse visibles. A largo, el ciclismo sufrirá el monopolio y la pérdida de interés. Como competición, el ciclismo profesional empezaría a degradar, y sino que se observen las deriva que ha tomado el fútbol.

La NBA optó por límites salariales para cuidar su competición en el largo plazo. El sistema del DRAFT es una medida interesante para reforzar a las franquicias menos favorecidas por la clasificación. Visto cómo el fútbol se ha dejado sortear con el Fair Play financiero y las mil formas de esquivarlo, el ciclismo debería tomar nota. El desequilibrio trae carreras decididas de antemano, menor incertidumbre y más aburrimiento, justo el polo opuesto a lo interesante para un espectador y para un inversor.

Si la UCI se vuelve a dormir en el bienestar por el corto plazo, aunque suene apocalíptico, malos tiempos se aproximarán al pelotón. Si en estos momentos es complicado comprender y defender según qué posturas en el ciclismo actual, con los efectos nocivos que tienen sobre las otras bases del ciclismo, complicado será comprender la inacción ante un tsunami que de confirmarse podría tener tantas repercusiones tanto a nivel deportivo como económico. Se desconoce cuál será la reacción de las marcas implicadas en la actualidad cuando sean conscientes de no tener opción alguna a la victoria.

La poca compatibilidad entre el dinero del desierto y la base competitiva tradicional nos hace ver movimientos tan extraños como futbolistas de primera plana hacer las maletas para competir en una liga más que menor. El ciclismo, que no es inmune a todos esos problemas, seguirá esa senda. Para qué invertir dinero en equipos y ciclistas top que promocionan países europeos cuando se pueden organizar competiciones en los países de origen de dicho dinero. El dinero árabe se ha dado cuenta en el fútbol, y no es criticable. De nuevo, la inacción, la dejadez, las decisiones cortoplacistas y evasivas. Pan para hoy, arena para mañana.

Fotos: ASO / Unipublic