El Occidente asturiano ofrece numerosas joyas. No podemos olvidarnos de la grandeza de un puerto como La Marta, de la belleza de otros como el Connio, de la soledad de Pelliceira, de lo eterno que resulta El Palo, y de esta subida que nos ocupa, Valvaler, uno de los puertos más interesantes de toda esta división occidental del Principado de Asturias. También conocido como el Pozo de las Mujeres Muertas, este puerto suma tres vertientes que ofrecen muchísimo interés. Dos de ellas, las más obvias, conectan Ibias con Narcea a través de una empinada y bien asfaltada carretera. La tercera trepa por las laderas que proceden de El Valledor desde Berducedo.
Arrancamos desde el puente sobre el río Ibias, en las afueras de San Antolín, una pequeña y encantadora localidad en el extremo suroeste del mapa de Asturias. En ese desvío que nos libra de tener que remontar hacia Fonsagrada, ya en la provincia de Lugo, comienza lo bueno. Pese a la buena y ancha carretera, las rampas nos sorprenderán. De salida, dos kilómetros sobre el 7% con rampas que se acercan al 10. Ese primer alto nos conduce a un llano descendente y un abrupto descenso hacia el río Aviouga. Ahí empieza lo bueno, los últimos 11 kilómetros de esta irregular e interesante subida.
De nuevo una serie de dos kilómetros duros, con el territorio ya pareciendo otra vez un puerto de montaña. Los paisajes a los lados nos recordarán que estamos en Asturias, tanto por el verde como por la profundidad de los valles. Tras unos cuatro kilómetros donde la pendiente mínima no baja del 6%, toca un segundo descanso, con tramos al 3,5% que son ciertamente engañosos, con alguna rampita suelta que descoloca las piernas. De ahí a la cima espera lo más duro. Nos moveremos entre el 7 y el 10% en la media kilométrica, con las rampas máximas situadas en el 13% según los carteles de la carretera.
Ya no nos dará ningún respiro esta montaña, que empieza a ganar altura rápidamente y nos permitirá gozar de vistas magníficas sobre los valles. Pasamos el desvío a la pequeña aldea de Valvaler, que da nombre al puerto. Nos vamos a ir a un total de 16 kilómetros de puerto, con una pendiente media dulcificada por los descansillos, pero cercana al 5,5% para superar casi 900 metros de desnivel. Acercándonos a la cima comenzamos a observar la vertiente que procede del norte, que enganchará con esta carretera justo en la cima, a unos 1130 metros de altitud. Esa baja altitud es el gran debe de estos puertos, que por perfil no tienen por qué palidecer ante otros rivales europeos.
La cima de Valvaler se encuentra marcada unos metros antes que la cima real, más conocida por Pozo de las Mujeres Muertas. Ahí también enlazarán algunas pistas de MTB que merece la pena explorar. Es un ascenso muy abierto, sin arboleda que nos proteja desde prácticamente su inicio. Teniéndolo en cuenta, yendo a un ritmo relajado, es un puerto que se disfruta. A poco que aprovechemos los descansos para recuperar y guardar energías (y paciencia) para esa parte final, no habrá mayor problema.
Si nuestras piernas responden y queremos ofrecernos un reto mayor, podemos ascender las otras dos caras de esta montaña. O bien dejarnos caer de nuevo hacia San Antolín para disfrutar del interesante Chao d’Arqueiras, ya en Lugo, o de Pelliceira, que son ya palabras mayores. El Connio también deja sentir sus primeras rampas a la salida de dicha localidad, por lo que es un centro neurálgico perfecto para unos días de ciclismo.
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Fotos: Andalucía Cicloturismo
Nacido en Madrid el 2 de abril de 1986, Jorge Matesanz ha pasado por ser fundador y director de proyectos como Revista Desde la Cuneta, Tourmalet Magazine o High Cycling, además de colaborar en otros proyectos como Palco Deportivo, Plataforma Recorridos Ciclistas o Con el Plato Pequeño. Tras más de 15 años dentro del mundo del ciclismo, llega el momento de fundar Le Puncheur junto a Sergio Yustos y seguir acercando artículos de opinión, casi siempre sobre ciclismo profesional.