Septiembre del año 2017. Por aquel entonces militaba en las filas del Kuwait-Cartucho. Abdullah Alshammary, que era el manager del equipo, me contactó para ir a correr el Tour de Moluccas, en Indonesia. Pero tenía que viajar al día siguiente. Así que cogí un tren de Torrelavega a Madrid en el que tuve problemas con el interventor para subir la bicicleta. En el trayecto me llegaron los billetes del avión. Un vuelo de Madrid a Dubái donde nos íbamos a reunir con Davide Rebellin, Andreas Kreuser y Stefan Schumacher. Al aterrizar en Dubái, tengo un mensaje de Davide para ir a tomar un café antes de ir a la puerta de embarque del vuelo a Yakarta, capital de Indonesia. Al rato llega Andreas, pero Stefan nos comunica que no llegaría.
En ese momento llamamos a Abullah para ver qué hacemos. En la carrera, el mínimo para salir por equipo era de cuatro corredores y estábamos tres. Nos dice que no hay ningún problema, que él hablaba con el organizador y correríamos sin ningún problema, aunque yo tenía mis dudas.
Volamos a Yakarta. Una vez allí, alguien de la organización nos lleva a descansar a un hotel unas horas, a una habitación doble para tres. Hicimos un Tetris con las camas y dormimos unas horas. Hacemos el siguiente vuelo a Ambon y cogemos un autobús hasta el hotel de la carrera, donde nos esperaban un mecánico y un masajista local que habían contratado. Después de incontables días de viaje, pude dormir una noche entera en una cama y por la mañana salimos a rodar. Esa noche era la presentación de equipos. La verdad es que montaron un autentico espectáculo, nos presentaron como equipo y volvimos al hotel. En ese momento los jueces nos comunican que nos podíamos correr solo con tres ciclistas. Habíamos inscrito a Stefan por si colaba, pero al no estar en la presentación no funcionó.
Al día siguiente, cogimos un ferri a la isla donde empezaba la carrera. Era una ubicación paradisiaca, la organización nos permitía quedarnos el tiempo que duraba la vuelta en los hoteles de la carrera. El día que empezó la misma decidimos hacer la etapa dos horas por delante de la carrera para entrenar.
Cuando llevábamos unos 70 kilómetros, empezamos a subir un puerto. No sé en qué momento nos habíamos confundido, pero estábamos perdidos. Después de diez kilómetros de puerto, el asfalto se terminó y comenzó una pista. Andreas se subió al coche que teníamos de apoyo. Davide y yo decidimos seguir, la pista cada vez estaba más rota y tenía rampas del dieciocho por ciento. Para colmo, empezó a llover y las ruedas patinaban. Se me pasó por la cabeza subirme al coche también. Pero Davide quería seguir, así que seguimos. Finalmente, no recuerdo ni cómo fue, pero llegamos al hotel y los ciclistas de la carrera ya estaban cenando.
Al día siguiente hicimos igual. Salimos antes que la etapa y, cuando llevábamos dos horas, paramos a por unas coca-colas en un puesto que había en la carretera. Davide (Rebellin), que era la persona a la que más vi cuidar la alimentación, cogió unos bollos y en ese momento le digo: “¿qué haces comiendo eso, Davide?”. Su respuesta fue: “¡Esto es ciclismo de supervivencia, Gallo!”.
Al final pasaron los días y fuimos al Tour de Banyuwangi Ijen, donde llegaron el resto de corredores del equipo y ganamos la clasificación general con Davide.
Fotos: cedidas por ‘Gallu’
José Manuel Gutiérrez, conocido por todos como ‘Gallu’, es un ciclista natural de Cantabria. Se estrena en el palco de opinión, pero tiene muchas cosas que decir sobre ciclismo profesional, entrenamiento y muchos otros aspectos de los que nos hablará este auténtico trotamundos del mundo del ciclismo y enamorado de la bicicleta.