Los primeros años de las estrellas del Tour de Francia (I)

Todos conocemos a los grandes nombres del pelotón actual pero, exceptuando contadas excepciones, sus historias en el ciclismo formativo son contadas de boca en boca a modo de «teléfono escacharrado» o, dicho de otra forma, son un conocimiento adquirido a posteriori del aficionado medio al ciclismo. Es por ello que vengo a repasar en estos dos artículos las historias de los ciclistas más destacados que nos acompañan durante estas tres semanas del mes de julio y que coinciden en gran medida con las mayores figuras del calendario mundial.

Para hacerlo todo más visual y fácil de entender para el lector voy a incluir junto al nombre del ciclista mencionado las temporadas que pasaron desde su debut élite hasta su ascenso al profesionalismo (me tomo esta licencia por la que los expertos tienen razones para corregirme) y sus equipos de cantera, por llamarlo de alguna manera.

Tadej Pogacar (2)

Ljubljana Gusto (’17-’18)

Ahora todos los equipos buscan al próximo Pogacar desde cadetes en muchos casos ya pero lo cierto es que el Pogacar original, aunque ya destacaba en juniors, se pasó sus primeras dos temporadas sub23 completas en un equipo de tercera división de su país. Han pasado seis años de aquella época y el ciclismo ha cambiado tanto que resulta impensable imaginar una trayectoria así en 2024.

Como he mencionado, Tadej Pogacar era un nombre familiar para los expertos y seguidores del ciclismo junior en esos años. Tras un primer año algo más discreto en lo que es la tónica habitual del ciclismo de formación, en su segundo año demostró un potencial enorme en finales exigentes pero ni mucho menos era el mejor de la categoría. Es por ello, quizás, por lo que recaló en el equipo tradicionalmente conocido como Radenska-Rog, que contaba con licencia Continental desde el año 2005.

Allí tuvo un primer año en la categoría propio de un ciclista destacado. Unos buenos resultados en carreras de descubrimiento de talento como el Istrian Trophy y la Carpathian Race, sumado a un gran mes con «los mayores» en Eslovenia y Hungría catapultaron a Tadej a ser uno de los talentos importantes del panorama mundial. Sus victorias al año siguiente en la Carrera de la Paz y el Tour del Porvenir es bien conocido pero creo que el resumen de su etapa formativa es que nadie, ni siquiera en los escenarios más optimistas, preveía lo que iba a pasar en su salto a UAE en 2019.

Remco Evenepoel (0)

[equipos junior] Forte VZW (’17), Acrog-Tormans (’18)

remco
Remco Evenepoel corrió en juniors en el Acrog-Tormans (Balen) del que también había salido Tom Boonen (JPV/PN/Cor Vos)

Es difícil decir algo que no se sepa ya del junior con más expectación de la historia. Tal era la expectativa que mi recuerdo es escuchar más de él en aquel año 2018 que del nuevo dominador de las montañas en la categoria sub23, Tadej Pogacar. Como la mayoría sabréis ya los resultados, me voy a centrar en mi historia de descubrimiento de la estrella belga.

Allá por 2017 el humilde escritor de esta pieza tenía 14 años y no era ni mucho menos el relativo conocedor del panorama de formación que es ahora pero sí recuerdo quién fue mi primer junior «ojeado» y cómo lo descubrí. Aunque ya había creado mi cuenta actual de Twitter, ni mucho menos esa era mi fuente principal de información. Los tiempos eran otros porque yo tenía apenas 10 o 20 seguidores y unas decenas de tweets en mi nombre y, sobre todo, porque el seguimiento del ciclismo junior no era tan exhaustivo.

En mi rutina de señor mayor, leía los sitios webs especializados en la materia con el foco puesto en lo típico de un aficionado más casual pero recuerdo lúcidamente un artículo en Ciclo21 de Nicolás van Looy (link al artículo de octubre de 2017) hablando de un Remco Evenepoel que era digamos que un ilustre desconocido en el mejor de los casos.

No voy a esconder que para un niño de 14 años el fútbol suele ser una entidad superior a cualquier otro deporte e incluso ámbito de la vida. Yo no era menos (seguía practicándolo en esa época) y por ese motivo la historia de un futbolista frustrado (mi caso) llegando al ciclismo era llamativa. Quizás era solo un intento de buscar un apoyo en las ideas confusas que rondaban por mi mente en busca de un deporte en el que alcanzar el estrellato que ansían millones de niños. El caso es que yo dejé el fútbol, nunca arrancó mi carrera ciclista y, por lo que sea, no soy Remco Evenepoel pero sí me sirvió para iniciar esta enfermedad fronteriza con la esquizofrenia que es seguir y escribir sin ánimo de lucro sobre ciclismo de formación.

Wout van Aert (6)

Fidea (’13-’14), Vastgoedservice (’15-’16), Verandas Willems (’17-’18)

wva
Wout van Aert sonríe junto a Bart Wellens en la presentación de los equipos de Fidea (BELGAIMAGEN via HLN)

Se sabe de sobra la historia de Wout van Aert de surgimiento en el CX y posterior estrellato también en carretera. Se asocia al belga con este nuevo ciclismo que podríamos separar del anterior en 2018 (entrada en mi blog sobre el tema) pero se tiende a olvidar que sus años sub23 fueron hace ya prácticamente diez años y que en su primer buen resultado en carretera (ZLM Tour 2014) se batió con ciclistas como el Philippe Gilbert de BMC y Thomas Dekker, entre otros.

Obviamente estas incursiones en la carretera eran no más que esporádicas y siempre en pruebas veraniegas en Bélgica y Países Bajos, como se acostumbra entre los especialistas de CX. Primero en el equipo de Sven Nys y después en el actual Pauwels Sauzen agotó sus años sub23 con esta estrategia.

En 2017 este último equipo, Crelan Vastgoedservice, se fusionó con el también belga Verandas Willems para subir a la segunda división con Nick Nuyens y Niels Albert en la dirección. Este equipo se fusionaría con el ahora también extinto Roompot tras la marcha de Wout van Aert. Con contrato en un equipo superior empezó a correr más en los meses de verano, llegando a ser líder del Tour de Bélgica en la edición en la que también se destapó su gran rival.

Su 2018 se resume con la imagen gravada en la retina de muchos aficionados de su llegada agónica a la plaza de Siena en la Strade Bianche. Al año siguiente y tras destacar enormemente el resto de temporada, ficharía por Visma y alcanzaría el estrellato.

Jasper Philipsen (2)

BMC Dev Team (’17), Axeon (’18)

philipsen
Jasper Philipsen (derecha) posa de niño junto a Tom Boonen (Daniel Benson Twitter)

Es fácil decir esto cuando se habla de ciclistas que ya han tenido éxito pero lo cierto es que con alta probabilidad estos ciclistas ya eran destacados en categorías inferiores. Cada caso es distinto evidentemente y en el deporte como en la vida misma acaba pasando de todo pero la «regla de pulgar» es que los que triunfan en juniors y/o sub23 acabarán siendo buenos al más alto nivel. Se está demostrando en los casos de este artículo.

Jasper Philipsen es un caso digamos que prototípico del ciclismo belga. En su primer año junior ya demostró que iba a ser muy bueno y es que en esta categoría si tienes motor puedes destacar en terrenos que no serán tu especialidad en el futuro: campeón belga y 6° en el mundial en contrarreloj. Para su segundo año, además de repetir título nacional, incorporaría una victoria en la versión sub19 de E3.

Su paso a sub23 llegó en el último año del filial de moda del momento: el de BMC (Philipsen, Sivakov, Appelt, Reto Müller, Hirschi, Cras, Turgis, Van Hooydonck…). Allí se destapó como un sprinter top de su generación con victorias en el Giro, Alsacia, Monts Châteaux y la Paris-Tours. Resumiendo, era uno de los nombres de moda.

Con ese caché llegó al Axeon de Axel Merckx, que en aquel 2018 todavía era el equipo de referencia para muchos de los grandes talentos del pelotón mundial. Su única temporada allí fue muy similar a la vista en el filial de BMC el año anterior: ganó Monts Châteaux con dos victorias de etapa, ganó etapa en el Giro y en general su rendimiento no dejaba lugar a dudas sobre su futuro. Para gente como yo resulta interesante su victoria en la primera edición de la Gylne Gutuer (carrera por tramos de tierra conocida como la Strade Bianche del norte).

En 2019 su primer gran equipo, UAE, había dado un giro brusco por el fichaje de talento joven como él y Pogacar que planteaban un relevo para las figuras más veteranas que mantenían desde el nacimiento de la estructura dos años atrás. Resulta obvio decir que en el caso del esloveno salió a la perfección pero la sensación con Philipsen es que se perdió por el camino. Ya en su primer año debutó en el Tour de Francia y en general la acumulación de buenos puestos, aunque sin victorias, auguraba un futuro prometedor en el equipo emiratí. A veces pecamos de decir que se estancó pero mirándolo con más detenimiento es más justo decir que UAE no supo encontrarle sitio. Quizás ahora se hubiera hecho de otra manera y se rumoreó durante algunas semanas su posible vuelta pero Alpecin resultó ser el trampolín que necesitaba en su carrera.

Hola 👋

Regístrate para recibir todo nuestro contenido en tu correo electronico

¡No hacemos spam! Lee nuestra política de privacidad para obtener más información.